«Lawrence de Arabia» (Lawrence of Arabia)
David Lean
Reino Unido, 1962
v.o.s.
Intento de aproximación a los sucesos reales de la intervención de Thomas Edward Lawrence (1888-1935) conocido más tarde como Lawrence de Arabia, en la revuelta árabe durante la primera Guerra Mundial.
Lawrence, arqueólogo y escritor. Oficial del ejercito británico en Oriente Medio durante la Gran Guerra. Había sido un personaje muy popular en su día, sobre todo gracias a la prensa, que había difundido una imagen de él aventurera y romántica. También existía un libro escrito por el propio Lawrence sobre los hechos de Arabia «Los siete pilares de la sabiduría», y además, como elemento de intriga estaba su propia muerte en un accidente de motocicleta en Inglaterra en 1935 y la sospecha de que podía tratarse de alguna conspiración. Por todo ello había interés en llevar estos sucesos a la pantalla. La ocasión se presentó cuando después del gran éxito de «El puente sobre el río Kwai» (1957), el productor Sam Spiegel le preguntó a David Lean si tenía en mente algún otro proyecto. Lean le propuso Lawrence.
La película «Lawrence de Arabia» constituyó una gran producción, cuando Reino Unido aún se atrevía con estos proyectos. Tanto esfuerzo empresarial fue recompensado ampliamente por los premios Oscar, con siete estatuillas, así como el favor del público. Considerando que se trataba de una cinta de casi cuatro horas y en cuyo argumento no sale ninguna mujer, ni romance, ni subtramas: solo la campaña bélica de Arabia.
Se trata sin lugar a dudas de una obra maestra. Y para mí la mejor película de David Lean, la más conseguida de una manera completa. En esta obra tuvo Lean la suerte de que todos los elementos estuvieron a su favor. En primer lugar, la propia historia. Después y de forma importantísima los actores elegidos, el mejor casting imaginable. No puedo imaginar un Lawrence mejor que Peter O’Toole, ya no solo porque es parecido con Lawrence era muy grande, sino porque O’Toole hace el papel de su vida. No es menos importante la elección de Omar Shariff como Sherif Ali, una elección fabulosa. No solo lo hace maravisosamente, sino que sirve para mostrar el contraste entre los dos personajes principales.
El resto del casting completamente a la altura: Alec Guinnes, como el rey Faisal extraordinario como siempre. Sin olvidar a Anthony Quinn (la estrella americana ogligada), Jack Hawkins, como siempre lo borda, Anthony Quayle en un papel de matices muy bien resuelto, Claude Rains también, etc. Todos, todos, excepcionales.
Una fotografía maravillosa en 70mm de Freddie Young. Unos paisajes excepcionales de Marruecos y Jordania. Alguna parte también rodada en España y con algún extra español.
La música es como es habitual en Lean, de Maurice Jarre. Aquí logra la hazaña, que ya no volverá a suceder, de que la banda sonora esté al servicio de la película y no al revés. Además aparte del tema principal, la elaboración de los temas secundarios está mejor trabajada y conseguida.
Encontramos las características fílmicas de Lean tan apreciadas y copiadas: las puestas de sol (que se lo pregunten a Spielberg), el uso de la cerilla como transición de una escena a otra, la sombras como elemento drámatico, los planos generales. La combinación de escenas intimistas con escenas de masas, etc.
La propia historia es un caramelo y está tratada de la forma adecuada. Un gran acierto conservar las contradicciones del personaje. De presentarlo con sus sombras y sus luces. Como un héroe y también como alguien controvertido con sus facetas de engreído y vanidoso. Tampoco se omiten el juego de intereses cambiantes de todos los integrantes de la intriga política, con lo que todo adquiere gran madurez intelectual y de pretensión de que el público acepte situaciones ambiguas.
Me encanta la secuenda inicial con el accidente de motocicleta. Un acierto colocarla al inicio y cómo está rodada. Después sigue las preguntas del periodista a varias personas que salen del funeral de cómo era Lawrence. Esto recuerda a Ciudadano Kane.
Sin embargo, y a pesar de todos estos grandes aciertos, no puedo decir que sea una película que apetezca ver muchas veces. Incluso hay que tener el día especial para verla. En parte porque la segunda aparte resulta muy oscura emocionalmente, es como un desengaño tras otro y deja un poso muy melancólico.
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Película en la lista AFI. Ocupa el
puesto 5 en 1998, y el
puesto 7 en 2007
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a la izquierda en Lawrence real y a la dcha Peter O’Toole |
(iba a decir que Lawrence había imitado a Rodolfo Valentino -El Caid/El hijo del Caid-, pero resulta que debió ser al revés ya que son posteriores 1921 y 1926)