El asesinato de Gianni Versace (TV Serie), 2018

MV5BNzc2MzJmM2ItMjgzYy00MjgxLTljYjctZjJhYzM1ODFhMzU0XkEyXkFqcGdeQXVyMTMxODk2OTU@._V1_SY1000_CR0,0,666,1000_AL_«American Crime Story: El asesinato de Gianni Versace»

(Miniserie de TV)

9 episodios de casi 60 min.

USA 2018

v.o.s.

Siempre resulta interesante comparar una historia que conoces por los medios y su adaptación a la pantalla. En este caso ha tenido más publicidad por algunos de los actores que han colaborado: Penélope Cruz (como Donatella, la hermana) y Ricky Martin (como el amante gay), que están, pero sin sobresalir.

La realización y las interpretaciones son correctas, pero yo creo que con una película de dos horas estaba todo explicado. De toda la familia Versace no cuentan nada especial que no fuera muy evidente. Ninguna revelación y todo muy comedido. De hecho la serie es más bien la historia del asesino, que es un asesino en serie de gays. Y no sería lo que de entrada esperas ver.

Quizá lo más relevante es el propio ambiente de Miami y la decoración en general. El estilo Versace que cómo puede apreciarse en la foto de abajo es excesivo y tirando a hortera con pretensiones, unido a descolorido decadentismo de la propia ciudad de Miami.

58

La casa de las miniaturas, TVserie 2017

MV5BZGJjYTViNjYtNTdjZi00MjY1LWFjMWUtZWQ4ZDBjOTgzMTcyXkEyXkFqcGdeQXVyNTY2MzkxMjc@._V1_«La casa de las miniaturas»

(The Miniaturist)

Guillem Morales

Reino Unido 2017

v.o.s.

Basada en la novela de Jessie Burton publicada en 2014.

Estamos en el siglo XVII en Amsterdam. Una joven del interior de buena familia pero arruinada es casada con un mercader de la ciudad. Una vez en su destino descubre la hostilidad de su cuñada, la frialdad de su nuevo hogar y que su marido solo la necesita como pantalla para ocultar su homosexualidad.

A todo esto hay que añadir una misteriosa artesana fabricante de miniaturas que parece conocer el futuro.

La serie es brillante y aborda una historia original lejos de los argumentos tópicos habituales que estamos acostumbrados a ver. También es cierto que es lenta y poco condescendiente. Lo mejor de largo es la ambientación y la sensación de que estamos en una determinada época. Algo que logran con gran mérito sin que noS demos cuenta con pocos escenarios y recursos.

Sin embargo, una vez vista con esas buenas sensaciones, y la piensas, te das cuenta de gran parte de la artificialidad del argumento. El componente de las miniaturas, que tiene gran importancia mientras lo sigues, acaba siendo un elemento cortina de humo para distraer de una historia que no acaba de explicarse bien.

Man in an Orage Shirt, TVmovie 2017

Orange«Man in an Orage Shirt»  (Hombre con camisa naranja)

BBC – TV movie de 120 min. – dos episodios

Reino Unido 2017

v.o.s.

 

Un episodio de sitúa al final de la segunda guerra mundial, y el otro en la actualidad. Tema: la homosexualidad. Antes bajo pena de cárcel, ahora… cualquier motivo.

El hecho de que sea de la BBC y salga Vanessa Redgrade le da mucha altura a la cosa. La filmación buena y clásica de la cadena, pero el tratamiento es de melodrama y convencional a más no poder.

Salir del armario, 2001

20156359«Salir del armario»

Le placard )

Fancis Veber

Francia 2001

 

Un apocado contable a punto de ser despedido de su empresa, finge ser homosexual para evitarlo.

Sencilla comedia francesa, pero que se deja ver por la elegancia en el tratamiento y por la colección de actores de primera fila.

Ángeles en América, TV Serie, 2003

«Ángeles en América»  (Angels in America)

Mike Nichols

USA 2003

TV serie de 6 episodios de 1 hora aprox.

Me parece que esta serie no ha estado disponible en España hasta que la ha puesto en su catálogo la HBO. Tenía curiosidad porque había oído la banda sonora de Thomas Newman: preciosa como todas las suyas, aunque también todas muy parecidas.
Basada en una obra teatral de Tony Kushner, la acción se sitúa en los años ochenta: homosexualidad y sida (+ judíos de Nueva York y podríamos decir también mormones).
Hay varias historias entremezcladas, pero las más importantes son un joven homosexual enfermo de sida y un viejo abogado y mala persona, también homosexual y enfermo de sida, aunque no quiera admitir, ni una cosa, ni la otra.
El joven, pongamos que en sus delirios febriles imagina un ángel que hace que trascienda su realidad y se proyecte a espacios mentalmente más espirituales. Por otro lado, hay gente que sin duda son ángeles.
La serie tiene un reparto muy importante: Al Pacino, Mery Streep, Emma Thompson, Patrick Wilson, etc. lo que contribuye a darle un aspecto importante. Se ve con interés, aunque el papel del personaje de Al Pacino se hace muy largo y las apariciones angelicales son chocantes.

La chica danesa, 2015

«La chica danesa»  (The Danish Girl)

Tom Hooper
Reino Unido 2015

Adaptación de la novela de David Ebershoff que trata sobre el pintor danés, Einar Wegener que hacia 1930 se convierte en el primer caso de cambio de sexo. Einar estaba casado felizmente con Gerda, también pintora, pero poco a poco descubre su personalidad femenina y ya no hay vuelta atrás. El matrimonio vive la evolución psicológica de Einar entre el juego primero y el sufrimiento después.
La película tiene una fotografía preciosa adecuada para paisajes nórdicos, así como los escenarios, las localizaciones y la ambientación, ya solo por eso perece la pena.
Al contrario de lo que pasaba con «Carol» (2015) también de temática de conflicto de sexualidad, pero en una visión fría y distante, aunque elegante y sofisticada, aquí late una gran proximidad psicológica.
Las interpretaciones también son el punto fuerte: tanto Eddie Redmayne como Einar/Lili, que a mi es un actor que no me gusta, pero que aquí está fantástico e incluso mejor que en «La teoría del todo» por el que recibió un Oscar en un papel aparatoso, pero menos sutil que éste. Alicia Vikander como su mujer también hace una buena interpretación, pero tampoco para un Oscar a la mejor actriz secundaria. Yo se lo hubiera dado por «Ex_Machina». El resto del casting con Matthias Schoenaerts y Ben Whishaw son un buen complemento.
Lo que ya no me gusta tanto es la propia historia. No es la primera vez que vemos cómo un transexual imagina lo que es una mujer y creo que la idea que tienen no se corresponde con la realidad y esto es algo que esas historias no cuestionan. Imaginan a un tipo de mujer que estaría entre Greta Garbo y Sarita Montiel, hipermujeres muy amaneradas e icónicas, ideales para la representación de un cliché de cabaret o de cine, pero para nada reales como mujeres. Einar se obsesiona con una imagen estética de sí mismo como mujer que busca encontrar sus posturas y movimientos en lo que él cree es femenino. Curiosamente cuando busca su modelo no usa a su mujer que se comporta de forma natural, sino que asiste a un espectáculo erótico en el que una prostituta interpreta a un ideal de feminidad y erotismo. Por otro lado, Einar como hombre es un ser completo: artista que pinta, equilibrado y enamorado de su mujer. Cuando desea convertirse en una mujer lo sustituye todo por una constante agonía emocional, trabajar como dependienta sublimando un perfume y tener conversaciones triviales (de mujer?), así como estar tan solo pendiente de su imagen, en una reducción del papel femenino preocupante.

Carol, 2015

«Carol«

Todd Haynes
Reino Unido 2015

v.o.s.

En los 50 en Nueva York. Carol (Cate Blanchett) es una mujer de buena posición atrapada en un matrimonio a punto de romperse debido a su lesbianismo y que su único consuelo es su hija pequeña. Carol conoce en unos grandes almacenes a una dependienta (Rooney Mara) de la que se encapricha y con la que inciará una relación amorosa.
Adaptación de la novela de la escritora Patricia Highsmith publicada en 1952 bajo seudónimo debido a la temática lésbica. Patricia que era lesbiana en una época difícil para estas tendencias sexuales acabó huyendo de Estados Unidos para instalarse en Suiza. 
La historia de Carol, que está inspirada en la propia vida de la escritora tiene ese componente de autenticidad, pero al mismo tiempo carece de todo atractivo. Es una historia que me aburre. No le encuentro ningún aliciente. Por no decir que las relaciones asimétricas (diferente clase social, situación de status, etc. son siempre sospechosas). Hay elementos dispersos como la época de los años cincuenta que ahora está de moda reflejar, la interpretación de las dos actrices principales… pero Cate Blanchett ¿no está haciendo siempre lo mismo?  No me extraña que en los pasados Oscars tuviera seis nominaciones y ningún premio.
Lo que sucede es que más allá de la temática lésbica, que por cierto y en clave de homosexualidad es muy parecida a «Lejos del cielo» (Far from Heaven, 2002), aporta muy poco.

Sofisticada y elegante, pero también fría y distante.

Dioses y monstruos, 1998

«Dioses y monstruos»  (Gods and Monsters)

Bill Condon
USA 1998

v.o.s.

James Whale fue un director inglés que triunfó brevemente en Hollywood con las primeras películas de Frankenstein. Su homosexualidad era perfectamente conocida y después de unos problemas cerebrovasculares se suicidó ahogándose en su piscina en 1957, a los 67 años.
Usando la parte conocida, más una ficción sobre la posible amistad del director con un fornido jardinero en sus últimos días, al que le cuenta sus vivencias, el escritor Christopher Bram elaboró una novela en la que se basa la película.
Contar con Ian McKellen como protagonista es la mejor de las opciones, no ya porque sea homosexual declarado, sino porque es inglés y por su edad. Brendan Fraser como oponente joven y bien parecido podría funcionar. Pero por alguna clase de razón todo el proyecto naufraga y no logra sus objetivos.
Hay que tener cuidado en no considerar cualquier cinta de homosexuales o lesbianas interesante de por sí. Como tampoco lo son cualquier alegato en contra de la guerra, o el maltrato, o cualquier tipo de denuncia social. Una película funciona o no, prescindiendo de la temática.
En «Dioses y monstruos» late un buen argumento, pero no funciona. Puede que la producción sea demasiado barata y quede demasiado centrada en las relaciones de los dos personajes, como si fuera una obra de teatro. Pero esa relación es más que nada incómoda, no hay un verdadero progreso de comprensión entre ambos. Hay algo que chirría y no se sabe muy bien que es.
En parte tengo la sensación que todo el rato me están diciendo que el protagonista, James Whale es singular, no porque sea alguién creativo e inteligente, sino que lo era por ser homosexual, lo cual es absurdo. Como si alguien heterosexual poseyera otras cualidades por serlo. Es posible que cuando estaba prohibido y censurado cualquier comportamiento no aceptado se pudiera sublimar, pero ahora no al caso. Hay en la película cierto proselitismo y un dejar caer que el simple contacto intelectual con un homosexual nos puede abrir las puertas de nuestras posibilidades.

De la vida de las marionetas, 1980

«De la vida de las marionetas«

Ingmar Bergman
Alemania, 1980

Comienza en un color desbordante, predomina el rojo, asistimos a un brutal asesinato. Me pregunto si la película me interesa y si puedo continuar.
Después sigue en blanco y negro y analiza las causas que llevan al personaje principal a ese comportamiento. Hechos de antes y de después del crimen, entrevistas, puntos de vista de diferentes personas…
Con una realización casi teatral, austera, apoyada por la interpetación de buenos actores. Es una evolución del cine de Bergman que conocía de sus primeros años. Más dura, más impactante, pero también y vista ahora, anticuada.
Hay cierta sensación de que la homosexualidad es una patología, totalmente inaceptable hoy en día. También hay un tratamiento de la psicosis que me recuerda mucho a «Repulsión» 1965, de Roman Polanski.

The Imitation Game, 2014

«The Imitation Game»  Descifrando Enigma

Morten Tyldum
Reino Unido 2014

Al principio de la cinta se nos recuerda que está basada en un hecho real. Narra el proceso de desencriptación de la maquina Enigma, que los alemanes usaban durante la Segunda Guerra Mundial para codificar los mensajes, así como parte de la historia de la persona que lo consiguió: Alan Turing (1912-1954), inglés, genio de las matemáticas; famoso por sus avances en computación y otras áreas similares, pero que debido a su homosexualidad tuvo un final desgraciado.
Los hechos son los que son, bastante conocidos y de los que hay además varias películas: «Enigma» (2001) o la TV movie «Codebreaker» (2011), entre otras. Por lo que se trata de elegir que detalles se desea mostrar o cómo se cuenta.
A mí las elecciones que se han hecho en la realización de la película no me gustan prácticamente ninguna. Y la primera de ellas el guion que además ganó el Oscar. Pero, vayamos por partes:
Una fotografía oscura y opaca, puede que intencionada para dar más tristeza si cabe al argumento. Una ambientación pobrísima de escenarios y que evidencia su puesta en escena (las pocas veces que sale un exterior está demasiado marcado).
La elección de los detalles de la vida de Turing no nos permiten sentir simpatía por él. Y es un error. No se subrayan sus destellos de inteligencia (salvo una vez) que sería la única baza. La presencia del personaje femenino que tendría que servir para humanizarlo y que lo veamos como ella, no funciona, y además parece un pegote para colocar a una chica en el argumento (Kiera Knightley). No me parece una buena elección la de Benedict Cumberbatch, no porque lo haga mal. Quizá es culpa del director y no de él.
Todo el ambiente externo a Turing en la base, tampoco funciona, es ortopédico y prefabricado. La interrelación de personajes es muy pobre y artificial.
Después, me resulta absurdo que se toque la involuntaria colaboración con el ejercito soviético en el momento de la máquina Enigma, y sin embargo, no se mencione apenas a los americanos. Dando casi a entender que la guerra la administraban y la ganaron los británicos. Y luego, los estadounidenses van y la proponen para los Oscars.
Otro aspecto, real en este caso, que enturbia la recepción de la historia y por otro lado dota de sentido al olvido en que se mantuvo el caso durante cincuenta años, es que el uso de los mensajes de la máquina debía hacerse sin alertar al mando alemán, por lo que se dejó morir a millones de personas, aunque también se salvaran otras al acortar la contienda.
Finaliza con el trágico destino de Turing, pero explicado a través de una subtrama con un policía que quiere averiguar la verdad, pero queda muy postizo.
No me ha gustado nada.

Wittgenstein, 1993

«Wittgenstein«

Derek Jarman
Reino Unido 1993

v.o.s.  (75 min.)

Producción para televisión del controvertido (por su declarada homosexualidad y su tipo de cine) director británico que fue prácticamente la última antes de morir de sida.
Trata sobre la vida del filósofo austríaco Ludwig Wittgenstein, como si fuera una obra de teatro prácticamente sin decorado. Wittgenstein niño y adulto y toda una serie de personajes que fueron importantes como Bertrand Russell o Keynes.
El guión es del crítico literario Terry Eagleton y es bastante correcto con las ideas del filósofo austríaco. Aunque es muy difícil sintetizar y hacer llegar su pensamiento, hay una aproximación bastante adecuada.
La realización es austera en cuanto a medios y opulenta en cuanto a colores y fotografía. La incidencia en la homosexualidad de todos ellos (Russell no lo es, pero como Tilda Swinton parece un hombre travestido) es algo superflua pero lógica para el cine de Jarman, del que recuerdo perfectamente su película «Sebastiane» de 1976 sobre el mártir cristiano, sobre todo porque, aparte de ser muy gay estaba hablada en latín.

La gata sobre el tejado de zinc, 1958

«La gata sobre el tejado de zinc»  (Cat on a Hot Tin Roof)

Richard Brooks
USA 1958

v.o.s.

Adaptación de la obra teatral de Tennessee Williams cuya acción transcurre en el Sur de Estados Unidos en la mansión familiar de un despótico patriarca durante su cumpleaños, cuando le es confirmada una enfermedad terminal. Sus dos hijos, sus esposas, etc.  asisten de diferente manera al drama.
La verdadera intensidad de la historia viene marcada por la homosexualidad latente del personaje del hijo fracasado y dado a la bebida, Brick = Paul Newman y la supuesta sexualidad exuberante de su mujer Maggie = Elizabeth Taylor. Ambas circunstancias consideradas escandalosas en su momento y por lo tanto dignas de represión. Dado que ahora esas dos situaciones son de lo más asumibles, su carga de denuncia queda sin efecto.
Aunque estos temas estén más que superados, la audiencia se verá constantemente expuesta a la representación de estos dramas debido a que son una verdadera golosina los actores, ya que permite toda clase de excesos interpretativos.
Es precisamente en la calidad de la interpretación donde podemos rendirnos ante este película. Dónde precisamente, una vez ciertos temas son menos importantes, pasa a primer plano otros aspectos menos evidentes en su momento. De hecho todos los demás interpretes pasan a primer plano: el padre, un magnífico Burl Ives con su drama personal, el papel complicadísimo y sutil de su esposa y el grupo del hijo y su mujer con toda su prole.
La historia de Brick no parece demasiado interesante, aunque la interpretación de Paul Newman, en versión original, sí que lo hace. En cambio, Elizabeth Taylor, supuesta protagonista de acuerdo con el título, cuya calificación de gata en celo le viene grande, tiene un personaje ante sí poco atractivo y su voz, en versión original (chillona y de pito) no lo engrandece.
Una dirección correcta que logra que no tengamos la sensación de que el espacio es limitado y una aproximación a los personajes correcta. Magnífica la escena de la discusión del padre con su mujer mientras ella sostiene un inmenso pastel en sus brazos.