Los siete magníficos, 1960

«Los siete magníficos» (The Magnificent Sevent)

John Sturges
USA 1960
Cuando estaba haciendo el comentario anterior de «Rio Bravo», citaba a esta película como el único western clásico que me gusta. La volví a ver hace pocas semanas (ya que por un euro la daban con el diario «La Vanguardia») y me volvió a gustar. Tenía pensado ver también su referente japonés «Los siete samurais» (1954) de Kurosawa pero se me hizo pesada y no la terminé.

Me pregunto por qué me gusta «Los siete magnificos» y no me gusta «Rio Bravo». Los motivos negativos por la cinta de Hawks, ya los he explicado antes. «Los siete magníficos» de entrada tiene una música excepcional de Elmer Bernstein que no cansa, que estarías oyéndola sin cesar. Después, el planteamiento y la historia tienen un carácter épico que convence. La elección de los interpretes es extraordinaria; desde Yul Brynner (que después haría una casi parodia en «Armas de metal» (Westworld, 1973), un siempre carismático Steve McQueen, un efectivo James Coburn con los puñales, en fin todos y cada uno con sus características peculiares y muy importante, el malo, Eli Wallach. Papel nunca a despreciar.

Lo que menos me gusta es el planteamiento de unos pobres mexicanos que necesitan ayuda de los gringos; una historia que es habitual y que me disgusta. Pero bueno, dejando aparte ese detalle, hay en el argumento un aire de epopeya, de viaje de unos seres que necesitan redefinirse a sí mismos y que saben que van a morir y que el director nos muestra habitualmente desde abajo (en contrapicado) para subrayar su dimensión épica, que resulta emocionante y muy eficaz.Me gusta la frase de Yul Brynner (algo así), cuando el campesino solicita su ayuda y a él lo que le ofrece le parece poco, el campesino le dice -es todo lo que tenemos- y el responde -nunca me habían ofrecido tanto-

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Varias horas después de hacer este comentario he vuelto a ver la película, con la idea de que quizás ya no la recordaba demasiado bien. Cuando vuelves a ver una película y te sorprendes al comprobar que todavía es mejor que lo que pensabas y además sigues descubriendo nuevas texturas y matices es que sin duda te encuentras ante una obra maestra. “Los siete magnifícos” es una cinta tan comercial que forzosamente te dices que no puede ser tan buena.

Cuando he vuelto a revisarla me he encontrado con un audiocomentario del productor Walter Mirish, el asistente de dirección Robert Relyea y los actores Eli Wallach y James Coburn. El director John Sturges ya había fallecido. Normalmente este tipo de extras son de autocomplacencia personal, pero cuando la película ya tiene ciertos años, se añaden muchos detalles interesantes para conocer la historia del cine. Así pues oímos conversar a esas personas durante la emisión de la cinta y van desgranando toda clase de detalles respecto a la producción y el rodaje, así como las idiosincrasias de los actores y técnicos. Nos enteramos que se trata de una película de equipo, que la primera idea viene de nada menos que de Anthony Quinn que se la comenta a Yul Brynner y se queda con ella. Que a través del abogado de Yul pasa al productor Walter Mirish y que éste propone a John Sturges como director, a pesar de que Yul también ha sido director y en ese momento es una gran estrella que nadie discute y que ejerce cierto control sobre la película. Al extremo de pedir que vuelvan a rodar la escena inicial para cambiar el carácter de Calvera y que aparezca más malvado. Las relaciones de Steve McQueen con Yul y otros actores que temía le hicieran sombra. Con el tiempo el carácter competitivo y celoso de Steve se haría más intenso, pero en ese momento estaba controlado. Que aunque no nos demos cuenta Yul no se quita en sombrero en toda la cinta (bueno, se lo quita un momento) y que le encantaba ir vestido todo de negro.

El detalle que yo mencionaba sobre la historia y que los mexicanos quedan como unos pusilánimes, estaba muy presente en su momento. Como lo demuestra que en su momento la película no se estrenara en México y algunas respuestas airadas de mexicanos como Katy Jurado. Los de producción intentaron suavizar el hecho a través del vestuario y la atención de respeto que cinematográficamente reciben los campesinos, en los que en cualquier caso hay dignidad.

En los comentarios se aprecia que fue un trabajo de equipo sin vedetismos. El director John Sturges un clásico artesano que había empezado desde abajo y también como montador, se conformaba con pocas tomas, tenía una idea muy clara del resultado. El rodaje duró lo mínimo (43 días). Vista de nuevo me quedo pasmada del extraordinario montaje, la elección de tomas –no hay nada al azar y todo parece tan natural-, la maravillosa fotografía, tanto de tonos como de enfoque, en la que en planos generales salen enfocados los de atrás cuando deben estarlo y cuando son relleno, no lo están. La deslumbrante dirección de escenas como la que inicia la película y vibrante huida de Calvero y su banda del pueblo a galope y es perseguido por Steve McQueen. Y en general un montón de escenas sobre todo al principio; la llegada del bandido al pueblo, la llegada a la ciudad de los campesinos y toda la escena del entierro y finalmente la elección de cada uno de los siete magníficos, como una mini película para cada uno de ellos. Y en general todos y cada uno de los planos, son perfectos.

En cuanto a la frase de Yul al campesino, lo que en realidad le dice es:
ver frases:  me han ofrecido mucho por mi trabajo, pero nunca, todo-


ver también: bandas sonoras
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