Gertrud, 1964

«Gertrud«

Carl Theodor Dreyer
Dinamarca 1964

v.o.s.
blanco y negro

Dreyer está considerado como uno de los grandes del cine. Lars von Trier también danés siente por él una reverencia tal, que compró o se hizo con el frac (o smoking) de Dreyer para recoger un premio.
 
Sin embargo, y a pesar de que le reconozco su gran sentido de la composición fotográfica y la calidad de las luces y las sombras… poco más. Me parece aburrido y pretencioso. Demasiado trascendental.
 
En el caso de Gertrud me molesta la presentación como en un teatro: dos personajes en medio hablando. Todo hace pensar en el teatro, no en el cine. Después, si se oye en versión original, parece que el danés sea un idioma silábico: que se hable con sílabas. Como si fuera una lengua primitiva que los actores acaban de aprender. Además, el hecho de que los actores apenas se miren mientras hablan y dirijan sus miradas al infinito, es bastante irritante. Y finalmente, el propio argumento, de una mujer que piensa que sólo el amor cuenta y que les exige a sus amantes, del pasado, el presente y de un posible futuro, una entrega excesiva que sólo puede acabar en insatisfacción y soledad, tampoco me entusiasma. Por no decir que el epílogo cuarenta años después, me parece ridículo.
 

 En contraposición, ver el comentario de mañana sobre «El rostro» de Igmar Bergman (1958)

Ordet (La Palabra), 1954

«Ordet«
(La Palabra)

C.T. Dreyer
Dinamarca, 1954

La primera intención después de ver la película era no comentarla. Porque sino esta sección acabará con todos los clásicos.

Esta considerada obra maestra no me ha gustado. En primer lugar por el argumento: trata de la religión, la fe y los milagros. Cinta ideal para visionar en Semana Santa y durante unos ejercicios espirituales. Pero en el caso de no disponer de la fe necesaria puede convertirse sencillamente en una película de terror.

Sin embargo, para opinar sobre esta obra, la historia podría ser un elemento secundario y podríamos centrarnos exclusivamente en la realización:
Bien:
por los actores, la fotografía, la música
Mal:
Por no haber aprovechado los exteriores. Por centrar casi toda la película en una habitación, lo que hace pensar en un escenario teatral. Mal por los movimientos de cámara (tan alabados ?) que se asemejan al ojo del espectador en un teatro. Mal por las puertas; demasiadas puertas que se abren y se cierran, nuevamente teatro. Y finalmente mal por tomar tanto café, al parecer unas de las actividades más importantes de los protagonistas.