El paciente inglés, 1996

«El paciente inglés»  (The English Patient)

Anthony Minghella
Reino Unido, 1996

v.o.s.
162 min.

Fue una película que tuvo mucha repercusión en su momento, ganadora de 9 Oscars entre otros muchos premios. En una producción, que siendo inglesa tiene mérito, de envergadura dentro de un tipo de cine clásico y a la vez innovador.
 
Con guión del propio director Minghella, sobre un libro de Michael Ondaatje que trata una historia ficticia sobre una persona real: el conde húngaro Lázsló Almásy. Es cierto que realizó expediciones por el Norte de África antes de la segunda guerra mundial, realizando mapas y trazando nuevas rutas, de lo cual hay libros publicados (p.e. Nadadores del desierto), pero la historia de amor, las quemaduras y su final son falsos.
 
La película nos muestra dos periodos distintos: el pasado, antes de la IIGM en el Norte de África y El Cairo, con colores cálidos y luminosos, y el presente durante la guerra en un convoy de transporte de enfermos en Italia, en colores fríos, grises y azules. Cabe decir que la fotografía es extraordinaria, de una belleza deslumbradora, con un Oscar merecidísimo a John Seale.
 
Otro elemento importantísimo es la música de Gabriel Yared, con una banda sonora muy original y exquisita que también le valió un Oscar.
 
Vi la cinta cuando la estrenaron doblada y me gustó muchísimo. Es cierto que toda la parte de la guerra con el protagonista quemado me resultó algo pesada, pero la parte del desierto lo compensaba todo. Ahora he vuelto a verla en versión original y la recepción no me parece tan afortunada.
 
El hecho de desdoblar la historia, que resulta muy original, también es un inconveniente, porque rompe el ritmo y nos distancia de la acción. Sigo pensando que la visión y la actuación de Ralph Fiennes como Almásy quemado es desagradable de ver y de oír. Ese ir y venir de una época a otra me sitúa fuera de la película y me hace mirarla como si fuera el director, no el espectador. Lo que le resta mucha intensidad.
 
Otro problema que he encontrado ahora, y no sé si es al verla en inglés, que me parece que la sensación negativa se acentúa, es que lo que me cuentan, lo que sucede, resulta artificial, forzado. No me los creo. La supuesta camaradería del club de la arena siempre es postiza, interpretada, recreada. La relación de los dos protagonistas no me acaba de funcionar, están los dos demasiado tensos y los diálogos son rebuscados y estudiados, para nada naturales.
 
Es verdad que Juliette Binoche eleva mucho la parte segunda, porque es una actriz muy natural y espontánea (Oscar también), pero la situación de una enfermera a la que permiten quedarse con un enfermo por un tiempo indefinido con un montón de morfina es increíble. Por no decir que la presencia de William Defoe es como un pegote para que todo el tinglado tenga más consistencia, ya que si no quedaría demasiado simple.
 
En definitiva: fotografía y música superlativas. Dirección muy interesante. Lástima que Minghella muriera en el 2008 prematuramente. Pero, la historia no me convence completamente.