Mayor Dundee, 1965

81LL6KmxNjL._SL1500_«Mayor Dundee»

(Major Dundee)

Sam Peckinpah

USA 1965

v.o.s.

En las postrimerías de la guerra civil americana (1864). Nuevo Mexico. Un cabecilla apache se mueve entre fronteras y causando destrucción y muertes. El Mayor Dundee (Charlton Heston) es un militar nacido en el Sur pero leal al Norte. Tiene a su mando una especie de cárcel en la frontera con compañeros confederados rebeldes. La necesidad de reducir al grupo apache y la falta de efectivos disponibles obliga a montar una tropa diversa de entendimiento complicado.

A pesar de que lo que se hace en primer momento es fortalecer el argumento de que es necesario e imprescindible acabar con el belicoso grupo indio, inmediatamente es evidente que cada uno va por su lado con intenciones contradictorias.

La película tuvo graves problemas de todo tipo. El más importante fue el de la duración de la película final, con pérdidas de material en montaje. La copia de casi 150 minutos resulta parcial. Sobran algunas cosas, faltan otras. Me sobran las chicas, desde luego, con un mínimo, mínimo hubiera sido suficiente. En cambio, la amistad/enemistad, relación de compañerismo podría dar más de sí.

Se apuntan cosas bastante complicadas como la relación entre las diferentes facciones, a las que además añaden los afroamericanos, lo que da pie a una de las mejores escenas: cuando el soldado confederado le pide al negro que le quite las botas. Otro tema controvertido es saber que el pueblo liberado, por mucha fiesta que hagan, la alegría les va a durar lo que les dura.

Gran parte de las escenas de lucha son de noche, por lo que son oscuras y confusas. Y en general todo el material es algo inconsistente.

Sin embargo, un Peckinpah es un Peckinpah, aunque sea menor. Ese sentimiento de estar explicando un mundo de deseos e intenciones que no van a ninguna parte, ese colocar a diferentes personajes que te llegan (Richard Harris, James Coburn, Jim Hutton, Senta Berger,Warren Oates, Michael Anderson Jr.) : el corneta, el explorador manco, el indio perro de campamento, el indio que es lo que no parece, el reverendo, el desertor, el teniente despistado, el roba caballos, etc.  Ménuda colección de personajes bien logrados.

Me deja la sensación de buen cine. De creación. De corazón. De querer contar cosas. Transmitir sensaciones y desesperanzas. Nada que ver con cosas industriales palomiteras.

Clave: omega, 1983

«Clave: omega»  (The Osterman Weekend)

Sam Peckinpah
USA 1983

v.o.s.

Lamentablemente la última de las películas dirigidas por Sam Peckinpah, moriría al año siguiente. Basada en la novela del escritor de best sellers de intriga Robert Ludlum (creador del personaje Bourne), por lo que la historia ya viene dada. Seguramente se trataba de un encargo y resulta terriblemente impersonal, nada nos dice que se trata de una obra del genial director.
Una trama de clásica en Ludlum de conspiración del gobierno contra los ciudadanos en el marco de la guerra fría. La lástima es que como historia tampoco funciona, todavía no comprendo cómo puede interesarle al gobierno complicar a esos ciudadanos, no sé para qué fin. Tampoco se trata de volverla a ver para entenderla.

Pat Garrett and Billy the Kid, 1973

«Pat Garrett and Billy the Kid«

Sam Peckinpah
USA 1973

v.o.s.

En principio es una película que no me ha gustado. Han habido varios inconvenientes: primero he visto una copia bastante mala, lo cual puede subsanarse buscando otra. Pero hay otras razones más complicadas de difícil solución: no me gusta el casting.
Digamos que a James Coburn lo soporto, siempre y cuando no sea protagonista. Pero Kris Kristofferson me resulta insoportable, siempre me ha disgustado profundamente, aparte de ser mal actor. Otro que no me gusta en absoluto es Bod Dylan. Vale había compuesto la banda sonora y seguramente le hacía ilusión hacer un papelito, pero es también mal actor, está metido en calzador. Muy forzado. Y en cuanto a la banda sonora, bien por la música, pero cantada por Bob Dylan con esa voz de gato que le están pisando la cola… no, no, no.
La película me parece larga. Demasiadas escenas en interior hablando. La realización no destaca.
Tan solo resaltaría y aquí si que reconozco a Peckinpah es en los dos personajes de Mrs Baker (Kathy Jurado) y el Sheriff Baker (Slim Pickens) y en toda la escena que tienen juntos.

Quiero la cabeza de Alfredo García, 1974

«Quiero la cabeza de Alfredo García»  (Bring Me the Head of Alfredo García)

Sam Peckinpah
USA 1974

v.o.s.

Que en este momento una película de 1974 me sorprenda, me parece algo extraordinario. Quiero la cabeza… no solo me ha sorprendido positivamente, sino que creo que es una cinta de una originalidad magistral. Tambien es cierto que no es precisamente agradable, pero sus cualidades son infinitas.
En una hacienda mexicana, el Jefe (Emilio Fernández) se enfrenta a su embarazada hija adolescente para sacarle el nombre del causante. El jefe promete un millón de dolares a quien le traiga la cabeza del responable del agravio: Alfredo García.
En lo que de momento hemos pensado que era una situación del siglo XIX empiezan a circular coches del momento actual que corren para hacerse con la recompensa. Dos asesinos estadounidenses localizan en un bar a Bennie (Warren Oates) que toca el piano para los turistas. Tiene una pista y por 10.000 dolares se hará con la cabeza… que está enterrada, ya que Alfredo García acaba de morir.
Bennie que malvive en México desde hace años ve en ello la esperanza para un futuro. Sale en busca de la cabeza con una amiga prostituta que conoce los detalles de la muerte de Alfredo y el pueblo donde está enterrado. De camino hacia un posible futuro mejor, ambos hacen planes y se sienten enamorados, pero con una recompensa de un millón de dolares hay más gente que pretende la cabeza.
Yo no quise verla cuando la estrenaron, porque supuse que con este título ya podía hacerme una idea de lo que era y no me apetecía. También creo que es posible que entonces no hubiera captado tan bien su esencia como ahora.
La misión de robar la cabeza y su consecución en todos sus detalles es esperpéntica y macabra, pero también inusitadamente llena de elementos curiosos y reveladores. Tienes una sensación de frescura en todos los planteamientos que me parece alucinante.

Me gustaría contar los detalles que me han gustado, pero el elemento sorpresa es importante, así que me aguantaré.

Como siempre, la historia respira sinceridad absoluta y los actores están incuestionables. Warren Oates hace un papel magistral. Dicen que imitó al propio Sam Peckinpah y éste no se dio cuenta hasta al final.
Se trata del último y quizá único trabajo del director en el que tuvo completamente el control de lo que deseaba hacer y el presupuesto y coste fue muy bajo. Una película entre amigos.
Hay que señalar, y es importante, que el director de fotografía es Alex Phillips, que a pesar del nombre era mexicano (1935-2007), al que hay que agradecer una labor no sé hasta que punto personal o en colaboración con el propio director que es digna de mención especial (ver abajo).
Una joya a rescatar.

arriba cuatro ejemplos de composición visual inolvidables

frases:

Nadie fracasa todo el tiempo (Nobody loses all the time)
Nunca he estado en ningún lugar al que quiera volver

qué hace Bennie (Warren Oates) con gafas de sol en la cama mientras duerme 

Sam Peckinpah (1925-1984)

«The end of a picture is 
always an end of a life»
Sam Peckinpah

21-2-1925  Fresno, California
28-12-1984 en California (59 años)

Conocido con los apodos de «Bloody Sam» o Mad Sam. O también como ese señor con una corbata en la cabeza o quizá es un pañuelo. Casado tres veces y con cinco hijos.

Resulta enormemente provechoso volver a ver ciertas películas y revisar a algunos directores. Para mí, Sam Peckinpah era «Grupo Salvaje» y casi nada más. Tenía la clara impresión de que su cine estaría anticuado. Está siendo una sorpresa tremenda volverlo a descubrir y apreciar en él un valor de conjunto que en su momento no supe ver. Un gran hallazgo.
Trabajó inicialmente en televisión en series del Oeste. Despues de dos incursiones en el cine: «Duelo en la Alta Sierra» le dio el renombre necesario para que le encargaran un proyecto de gran envergadura: «Mayor Dundee» con el que tuvo incontables problemas de producción. Quizá en aquel momento le venía un poco grande, por lo que quisieron despedirlo. A pesar de que la estrella principal Charlton Heston se había peleado con Sam en varias ocasiones, salió en su defensa y ofreció su propio salario para que la película fuera acabada por Peckinpah. Para sorpresa de Heston, los productores aceptaron su dinero y la película se terminó por Sam. Aunque su recepción en taquilla no fue aceptable.
A partir de aquí nace la leyenda de director maldito, que Peckinpah casi no logró sacarse de encima nunca, tuviera éxito o no. Por otro lado, el director emprendió también una carrera autodestructiva de alcohol y drogas, cuyo inicio no acabo de tener claro en sus motivos.
El cine de Peckinpah se caracteriza por su afición al Western, que definiría de una forma nueva: crepuscular, héroes acabados sin lugar en un mundo nuevo. Historias al borde de la frontera con México. Y México como destino de huidas (interiores) imposibles. Protagonistas de futuro dudoso. Mujeres que son putas y cierta violencia hacia la mujer. Un uso extremo de la violencia (de forma estética) como recurso inevitable para sobrevivir o morir con dignidad. 
También hay, y no parece tan evidente en principio, gran cantidad de detalles novedosos: gestos, frases, encuadres, presentación de personajes, situaciones, etc. y desde luego, la gran densidad de sus carácteres y la suerte de que los actores se presten a interpretarlos de manera magistral.
Hay un rasgo que esta presente en casi todas las peliculas de Peckinpah y sería algo así como sus señas de identidad y es la presencia de niños en las escenas de violencia. Mostrando que son sujetos inocentes de lo que sucede y lo que están viendo, que después, inevitablemente influirá en sus vidas.

FILMOGRAFÍA

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En principio diría que la validez de su obra termina, casi, en Alfredo García. Tampoco podría asegurarlo. Una filmografía, por lo que se ve, muy reducida y por lo tanto fácilmente revisable.

El cine de Peckinpah se supone que ha sido superado por los Tarantinos y los de su estilo. Gran error. Sus imitadores han copiado el estilo, la superficie, pero se han dejado el fondo. Sam se dejaba la piel a tiras en sus películas, y seguramente no de forma metafórica. Hay en el director de Fresno un mundo interior de una complejidad y densidad, que sus seguidores no han logrado ni pasarle el trapo del polvo por encima.

Un gran director a descubrir y a revindicar.

Sam Peckinpah (a su derecha Steve McQueen)

La huida, 1972

«La huida»  (The Getaway)

Sam Peckinpah
USA 1972

v.o.s.

A partir de una novela de Jim Thompson (1280 almas, The Killer inside me, etc.), guion de Water Hill (conocido por sus trabajos como director y productor).
Rodada entre «Junior Bonner» (que no tuvo éxito) y «Pat Garrett & Billy the Kid». Cuenta con la presencia, igual que en Junior de Steve McQueen como Doc McCoy.
Doc McCoy es un atracador en prisión que ve como su condena se dilata sin solución. Envía a su mujer (Ali MacGraw) a un personaje importante, Jack Beynon (Ben Johnson) para lograr su influencia en la salida de la cárcel con la libertad condicional. Éste accede, pero a condición de que se efectúe un atraco en un banco, del que todos sacarán beneficio.
Jack impone los ayudantes del atraco a Doc, que acepta de mala gana, en lo que ya prevee será un sinfín de complicaciones y traiciones. El robo sale relativamente bien. Uno de los ayudantes Frank mata a un guarda (Bo Hopkins, que termina igual que en una escena similar a la de Grupo Salvaje ). A partir de ese momento, la pareja protagonista deberá iniciar una HUIDA para sortear todos los inconvenientes que les saldrán en su camino.
Había visto la película cuando la estrenaron y tuvo bastante repercusión. Ahora no puedo recordar exactamente el por qué. Desde luego, que apareciera Steve McQueen influía. Lo más notable entre la versión que vi en su día y la de ahora es el final. Entonces se consideró (en USA) que los protagonistas no podían quedar impunes y se buscó un desenlace de compromiso (no recuerdo exactamente cómo era), ahora está cambiado y quizá algún detalle más. En cualquier caso, la versión actual es más coherente y con más sentido.
De mi revisión actual destacaría la enorme vigencia del cine de Sam Peckinpah. Muy imitado, pero nunca igualado.
Un trabajo de dirección magistral. Buena interpretación de todos y cada uno de los intérpretes: un mérito atribuible a Peckinpah que obtiene en todas sus películas. Soluciones de dirección y visuales, no necesariamente costosas, pero muy efectivas. Giros de guion y detalles novedosos no superados, etc.
Señalaría, quizá que me ha sorprendido que Ali MacGraw/o Carol, parezca tonta. Algo que con el doblaje no era evidente. Y desde luego, la subtrama de Rudy (Al Lettieri) con el matrimonio secuestrado, que está narrado con una cierta ternura y candidez y al mismo tiempo con una crueldad y crudeza máxima.

(para los interesados en los cotilleos: en esta película Ali y Steve se enamoraron y después se casaron. Ella dejó a su marido el productor Robert Evans que cogió un cabreo histórico)

Grupo salvaje, 1969

«Grupo salvaje»  (The Wild Bunch)

Sam Peckinpah
USA 1969

v.o.s.

Grupo salvaje es una de mis películas favoritas. Sam Peckinpah no es un director que admire en especial, pero lo respeto profundamente. No es una cinta perfecta, pero sus incuestionables logros sobrepasan de largo sus defectos.
Es lo que se considera un Western crepuscular: se ve un coche y se habla de aviones. El Oeste está a punto de morir. A principios del siglo XX al sur de Texas, cerca de la frontera con México, un grupo de forajidos se dispone a asaltar un banco del ferrocarril. Son la banda de Pike cuya cabeza tiene precio y los del ferrocarril tienen preparada una emboscada.
La partida de caza está mandada por un exmiembro de la banda que fue encarcelado y solo logrará su libertad cooperando. Pike y su banda se refugian en México después del atraco frustrado, donde en ese momento se libran las luchas de Pancho Villa y entrarán en contacto con Mapache, un militar contrario a Villa, que les encarga un trabajo de robo de armas.
La versión de la película que he visto ahora es la del montaje del director. Práctica que deploro, porque casi siempre me gusta más la versión inicial. Peckinpah alarga algunas escenas innecesariamente y desde luego todos los flashbacks sobran. Dentro de los aspectos menos logrados se encuentran: los flashbacks, el momento del escorpión y las hormigas muy largo, la superposición de la escena de los del ejercito de salvación con el atraco: demasiado preparada; la escena de Craze Lee en el banco es muy de televisión, y alguna cosa más.
Señalados estos detalles, todo lo demás me parece extraordinario:
– el casting:
William Holden = Pike
Ernest Borgine = Dutch
Robert Ryan = Thornton
Ben Johnson = Tector
Warren Oates = Lyle
Edmon O’Brien = Freddie
Jaime Sánchez = Ángel
Emilio Fernández = Mapache
– las interpretaciones: geniales. Todos perfectos. Emilio Fernández inconmensurable.
– que en todo momento te crees a los personajes. Son muy sólidos y complejos.
La banda de Pike está formada por hombres maduros, algunos viejos. Solo se tienen a ellos mismos por lo que la lealtad es importante. Son criminales y sus reacciones contradictorias, pero siempre se acaba imponiendo la amistad.
Hay un fatalismo de que las cosas ya no hay tiempo para arreglarlas, no se podrá dar el último golpe para retirarse y comprarse un rancho, de próximidad de la muerte, de que en la frontera no hay buenos y malos (la partida de caza son lo peor que pueda reclutarse). De conformarse con putas viejas y feas, de hacer lo que sea para sobrevivir, de polvo y miseria, de ser duros, las bromas sencillas, la admiración mutúa, la chica que se entrega a Mapache, el cariño hacia el personaje de Ángel, etc.
Me gusta el inicio cuando disfrazados de militares se encaminan hacia el banco. Escena parecida a otra final, extraordinaria, cuando deciden rescatar finalmente a Ángel como sea y los cuatro a pie se digiren al encuentro de Mapache. El robo del tren es bastante potente: me gusta cuando los caballos salen del vagón.
La escena final del tiroteo en el cuartel de Mapache, vista ahora, puede parecer normal, después de Tarantinos y compañía, pero cuando se rodó y se exhibió fue la primera vez que se veía algo semejante. Fue un shock, nos quedábamos boquiabiertos en la butaca. O lo aceptabas o no. Peckinpah inventó una forma de filmar la violencia de forma estética que acabo teniendo un éxito extraordinario. Porque por un lado hay una violencia extrema, pero por el otro, sientes la misma necesidad de venganza y de catarsis que los protagonistas. 
En honor a la verdad, en 1967 Arthur Penn, con «Bonnie & Clyde» ya hacía algo parecido filmando a cámara lenta el momento de la muerte de los bandidos.
Puede destacarse también la fotografía, la música y los títulos de crédito.
Peckinpah dirigió esta película en su mejor momento. Tenía la suficiente experiencia despues de cuatro años de televisión y del fracaso en cine de «Major Dundee»(1965). Tras «Grupo salvaje», que tuvo grandes críticas por el uso de la violencia, pero también grandes elogios, Peckinpah se movió en su carrera posterior entre su deseo de hacer algo distinto, pero sin éxito, o repetir la fórmula de la violencia que la gente esperaba. Mientras tanto, él corría pendiente abajo en un ejercicio de autodestrucción con el alcohol y las drogas. Moriría en 1984 a los 59 años.
Esta película está en la lista AFI. Ocupa el
puesto 80 en 1998 y el
puesto 79 en 2007

Duelo en la alta sierra, 1962

«Duelo en la alta sierra«
(Ride the High Country)

Sam Peckinpah
USA, 1962

Bien predispuesta en este caso para el cine de Sam Peckinpah con el que puedo compartir cierta visión de las cosas y del que me gusta especialmente «Grupo salvaje» (1969). «Duelo…» prefigura en algún sentido a la futura «Grupo salvaje», en el sentido de western crepuscular, amigos, héroes ya mayores, etc… y está considerada prácticamente una obra maestra.  Sin embargo, a mí personalmente no me ha acabado de convencer. 
Seguramente porque la aparición de la chica nos descoloca. Me recuerda especialmente (aunque es posterior) a «Valor de Ley» (1969) por el tono general y el corte de cabello de la chica que nos sitúa drásticamente en los años sesenta, cuando está rodada la película, en lugar de lograr la ilusión de intemporalidad que necesitamos. 
En general, pienso que la historia funcionaría perfectamente con tan sólo los dos protagonistas: Randolph Scott y Joel McCrea. Añadir la subtrama de la chica la hace más colorista y comercial. Pero, entonces me sobra el chico joven.