» La Pantera Rosa » (The Pink Panther)
Blake Edwards
USA 1963
v.o.s.
La Pantera Rosa (1963) fue la primera película de la serie. Era una idea de Blake Edwards que presentó para su producción a la Mirish (los hermanos Mirish) Company, con los que podía trabajar con más libertad que con la United Artists. (Ésto y muchas cosas más son explicadas por Edwards entre otros invitados, en varios documentales que acompañan la edición DVD en un pack).
Estaba previsto que el personaje del inspector Clouseau lo hiciera Peter Ustinov, pero se echó atrás en el último momento, cuando el equipo de rodaje ya estaba en Italia. El director tuvo que improvisar sobre la marcha y después de ver varios trabajos de Peter Sellers, que sólo había trabajado en Inglaterra, le hizo una prueba y se quedó con él. En lo que en principio fue una relación laboral muy provechosa para ambos, pero también llena de amor y de odio (ver por ejemplo el filme «Llámame Peter» de 2004). También estaba proyectada para la esposa de Clouseau a Ava Gardner, pero sus pretensiones era demasiado altas y se optó por Capucine. Así como, se pensó en Audrey Hepburn para la princesa Dala, ya que Edwards la había dirigido en Desayuno con diamantes, 1961, pero no pudo ser.
Es curioso como el papel principal era el de Sir Charles Lytton/David Niven que estaba muy ilusionado con la posiblidad de que se hicieran más películas con el personaje, pero, por aquellas extrañas circunstancias el protagonismo total se lo llevó Clouseau/Sellers y después siguieron seis películas más con Sellers como Inspector. Hasta su muerte. En la última «Tras las pista de la Pantera Rosa» 1982, debido a su fallecimiento se usaron fragmentos y descartes de las anteriores para poder terminar la cinta.
En La Pantera Rosa (1963) el argumento gira en torno a un fabuloso diamante rosa con un pequeño defecto, una sombra en la que puede intuirse una pantera y es regalado por su padre a la princesa Dala (Claudia Cardinale) cuando es niña en en un país que parece la India (en «El retorno de la PR» (1975) el lugar se concreta como el ficticio «Lugash» y está situado en Oriente Medio). Una vez el padre muere y con la princesa ya adulta fuera del país, los súbditos reclaman la propiedad de la gema, por lo que su posesión siempre es cuestionada.
Mientras tanto, el famoso ladrón de joyas llamado «el Fantasma» lleva de cabeza a la policía de Francia e Italia con sus audaces robos. La presencia de la princesa Dala en la estación de esquí de Cortina d’Ampezzo hace temer a la policía por un próximo golpe del Fantasma y encargan al inspector de la Sûreté Jacques Clouseau su custodia, por lo que se desplaza a Cortina con su esposa.
En realidad el Fantasma es Sir Charles Lytton/David Niven, que con sus exquisitos modales y entrada franca en los mejores ambientes realiza sus robos como un divertimento. Su amante y colaboradora es nada menos que la esposa de Clouseau, Simone/Capucine. Sir Charles tiene también un sobrino que aspira a convertirse en otro Fantasma, George/Robert Wagner. En cuanto al inspector Clouseau es el colmo de la patosidad con buenas intenciones. Continuamente hace mal las cosas y con resultados sorprendentes. Es un buen policía y suele acertar en sus sospechas, aunque sus métodos son muy cuestionables.
Se trata de una comedia bastante divertida, muy colorista, con variedad de escenarios y excelente reparto. El vestuario de Capucine y la Cardinale fue de Yves Saint Laurent. Tuvo un éxito enorme. Cabe destacar la característica música de Henry Mancini. Así como la creación simultánea de un personaje de dibujo animado: la Pantera Rosa, que en principio servía para ilustrar los títulos de crédito y que acabo siendo el personaje de una serie de animación separada y con vida propia. Toda esta afortunada conjunción de elementos daría lugar a toda una serie de películas sobre variaciones sobre el mismo tema que se alargó y se ha alargado todo lo que ha podido. Sin embargo, las únicas cintas verdaderamente interesantes, para mí, son las interpretadas por Peter Sellers (6 o las 5 primeras). La Pantera Rosa acabó siendo aquel proyecto al que tanto Blake Edwards, como Peter Sellers se veían obligados a rodar cuando atravesaban periodos poco comerciales o de necesidad de dinero. Sería lógico pensar que un proyecto de estas características tan mercantiles fracasaría al llegar al público, pero no era así. Esas tensiones no se notan y logro ver a Peter Sellers sin ninguna connotación negativa.
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