Comanchería, 2016

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( Hell or High Water )

David Mackenzie

USA 2016

v.o.s.

A pesar de que está ambientada en el momento actual, o posterior a la crisis económica de 2008, el aire es de western crepuscular, road movie y thriller.

En ese Texas que parece rico por el petróleo, pero está lleno de gente pobre, soledad y miseria, dos hermanos (Chris Pine y Ben Foster) de distinto carácter cometen varios robos a bancos (más bien a un banco) para pagar una hipoteca. Un ranger a punto de jubilarse (Jeff Bridges) acompañado de un asimilado indio comanche, ahora ranger también (porque estamos en zona de los indios comanches), persiguen a los forajidos.

Tiene un ritmo pausado y aparentemente poco atractivo porque el desarrollo es lento, pero la historia tiene una gran fuerza y todos sus elementos están bien dosificados, los personajes muy bien dibujados, la aspereza de los caracteres, el ambiente, el paisaje desolado y bello, la música.

Quizá no es un película redonda de forma completa, me recuerda a «Cosas que hacer en Denver cuando estás muerto«, pero absolutamente válida e interesante.

La balada de Buster Scruggs, 2018

MV5BMjIyNTY3MzAwNV5BMl5BanBnXkFtZTgwNjkxNDc2NjM@._V1_SY1000_CR0,0,675,1000_AL_«La balada de Buster Scruggs»

(The Ballad of Buster Scruggs)

Ethan Coen, Joel Coen

USA 2018

cinta realizada para Netflix
duración 133 minutos
v.o.s.

Hace mucho tiempo que no escribo sobre las películas que veo. Más que nada porque me parece que la creatividad es nula y estoy viendo siempre los mismos esquemas. Aunque sigo viendo muchísimo material que no me apetece comentar. Es por ello que deseo destacar esta película, porque creo que en el momento actual es un verdadero hallazgo.

Es un western con una presentación extremadamente clásica y respetuosa con la época que retrata. Es decir: los personajes se comportan como imaginamos el estilo del siglo XIX. Tiene una estructura en forma de varios episodios distintos… absolutamente originales. Unas historias simples y tradicionales, pero con evoluciones diferentes, paradógicas y sorprendentes, dentro de su sobriedad.

Buena fotografía, paisajes, ambientación, actores, dirección, encuadres, equilibrada, buenísimas historias… perfecta. Bueno, quizá no lo es, pero comparada con el resto de cosas que veo, le daría un 10.

Mayor Dundee, 1965

81LL6KmxNjL._SL1500_«Mayor Dundee»

(Major Dundee)

Sam Peckinpah

USA 1965

v.o.s.

En las postrimerías de la guerra civil americana (1864). Nuevo Mexico. Un cabecilla apache se mueve entre fronteras y causando destrucción y muertes. El Mayor Dundee (Charlton Heston) es un militar nacido en el Sur pero leal al Norte. Tiene a su mando una especie de cárcel en la frontera con compañeros confederados rebeldes. La necesidad de reducir al grupo apache y la falta de efectivos disponibles obliga a montar una tropa diversa de entendimiento complicado.

A pesar de que lo que se hace en primer momento es fortalecer el argumento de que es necesario e imprescindible acabar con el belicoso grupo indio, inmediatamente es evidente que cada uno va por su lado con intenciones contradictorias.

La película tuvo graves problemas de todo tipo. El más importante fue el de la duración de la película final, con pérdidas de material en montaje. La copia de casi 150 minutos resulta parcial. Sobran algunas cosas, faltan otras. Me sobran las chicas, desde luego, con un mínimo, mínimo hubiera sido suficiente. En cambio, la amistad/enemistad, relación de compañerismo podría dar más de sí.

Se apuntan cosas bastante complicadas como la relación entre las diferentes facciones, a las que además añaden los afroamericanos, lo que da pie a una de las mejores escenas: cuando el soldado confederado le pide al negro que le quite las botas. Otro tema controvertido es saber que el pueblo liberado, por mucha fiesta que hagan, la alegría les va a durar lo que les dura.

Gran parte de las escenas de lucha son de noche, por lo que son oscuras y confusas. Y en general todo el material es algo inconsistente.

Sin embargo, un Peckinpah es un Peckinpah, aunque sea menor. Ese sentimiento de estar explicando un mundo de deseos e intenciones que no van a ninguna parte, ese colocar a diferentes personajes que te llegan (Richard Harris, James Coburn, Jim Hutton, Senta Berger,Warren Oates, Michael Anderson Jr.) : el corneta, el explorador manco, el indio perro de campamento, el indio que es lo que no parece, el reverendo, el desertor, el teniente despistado, el roba caballos, etc.  Ménuda colección de personajes bien logrados.

Me deja la sensación de buen cine. De creación. De corazón. De querer contar cosas. Transmitir sensaciones y desesperanzas. Nada que ver con cosas industriales palomiteras.

Sillas de montar calientes, 1974

MV5BNjI1NjgwNTktNGViYy00ZTdhLWE3NTYtOTAyYTAwOWFlOTZkL2ltYWdlXkEyXkFqcGdeQXVyMjgyNjk3MzE@._V1_SY1000_CR0,0,689,1000_AL_«Sillas de montar calientes»  (Blazing Saddles)

Mel Brooks

USA 1974

 

Sátira de las películas del Oeste desde la perspectiva del racismo. Brooks decide usar a los negros porque el contraste es más marcado, si bien, lo suyo sería los indios.

En la línea de las cintas del director. En general no me gustan demasiado las comedias de Mel Brooks, son buenas, pero de un trazo demasiado grueso y reiterativas.

Slow West, 2015

«Slow West«
John Maclean
Reino Unido, 2015

v.o.s.

Un joven caballero escocés está enamorado de una campesina. La chica y su padre deben huir a Estados unidos después de ser acusados injustamente de un delito. El joven la sigue al salvaje Oeste.
No es que sea un Western crepuscular, sino que más bien es un Western desolado, existencial u onírico. Mientras lo miraba pensaba que su originalidad se basaba en que estaba dirigido por una mujer. No, es un hombre, pero tiene como una sensibilidad femenina.
Hacen bien en titularlo «Slow» (lento), así nadie se llamará a engaño. Destacan los paisajes (rodada en Nueva Zelanda) y la fotografía, así como un guion diferente. En el reparto Michael Fassbender como reclamo.

La puerta del cielo, 1980

«La puerta del cielo»  (Heaven’s Gate)

Michael Cimino
USA 1980

v.o.s.

Nunca he tenido ganas de ver esta película. Por el argumento, que ya conocía, así como por el propio Cimino con el que no sintonizo (ver mi comentario de Manhattan Sur). La puerta del cielo es muy famosa por haber sido un absoluto desastre económico. Acabó con el estudio United Artists y también con la carrera del propio director. Sin embargo y en mi actual periplo por la historia del cine veré «El cazador», su obra más aceptada y seguramente alguna cosa más.
 
Hay cosas que uno ya sabe, como por ejemplo que, esta película no me gustaría. Aunque no me imaginaba cuán poco. Ya no es que no me guste, sino que me produce una irritación profunda.
 
Basada en un episodio, al parecer real, sobre unos enfrentamientos que se produjeron en el condado de Johnson, Wyoming hacia 1890, entre los terratenientes ganaderos locales y las masas de emigrantes del Este de Europa que venían a asentarse en el lugar.
 
Ante la imposibilidad de ocupar las tierras que les habían asignado, porque interferían en la libre circulación de las reses, a los emigrantes les es imposible sobrevivir por lo que algunos roban ganado para comer. Los ganaderos organizan un grupo de asesinos que pretende acabar con todos los elementos conflictivos del condado. Todo ello con la aprobación de las autoridades superiores.
 
Al director Michel Cimino le dieron carta blanca en la producción del film. Así que se fue a Montana en busca de paisajes naturales adecuados, se construyó un pueblo con una sala de baile llamada Heaven’s Gate (la puerta del cielo), se dotó a los extras de un vestuario fiel a la época y … no sé en que más se pudo gastar el dinero, porque tampoco hay mucho más. Quizá en el tiempo de rodaje.
 
Dejando aparte que los paisajes naturales son bonitos y el pueblo también y los extras están adecuadamente vestidos, los actores, no me gustan… ninguno. Kris Kristofferson es aceptable, pero no lo soporto, es un mal actor. Christopher Walken parece una chica disfrazada, John Hurt está mayor cuando hace de estudiante, y cuando ya es mayor, está demasiado borracho. En cuanto a Ella = Isabelle Hupert, la madame y prostituta del pueblo, me parece totalmente improbable y horrorosa.
Por no decir cuantas veces oímos en la película nombrarla o llamarla, hasta el aburrimiento.
 
Todos los hechos que se narran lo están de forma confusa o incomprensible. No se entienden los caracteres, ni las formas de ser. Dicen que esto sucede porque la película fue masacrada en su metraje y que ha quedado el esqueleto de lo que era. Puede, pero siendo así no comprendo porqué hay tantas escenas que resultan reiterativas y pesadas, que no aportan nada a la narración.
 
Tiene momentos de presunta belleza, como al principio en la fiesta de la universidad, con el baile. O escenas de acción con el tiroteo, etc… pero no hay nada novedoso y todo queda inserto en un caos narrativo que además es lento.
 
Continuamente te preguntas: por qué Christopher Walken parece una chica, por qué los emigrantes tienen tantos patines (es un artículo no habitual en un store) cuando no tienen nada y están en el quinto pino. Por qué van todos de una casa solitaria y aislada a otra, y luego a la otra, cuando están en peligro de muerte y los están buscando. Cómo es posible que nunca disparen a Kris Kristofferson que representa el alguacil, etc.
 
Si no fuera porque me lo había propuesto, no hubiera ni acabado de verla. Además pensaba, equivocadamente, que al final mataban a casi todos los emigrantes cuando estaban dentro de la sala Heave’s Gate por un incendio provocado. Pero no, al parecer esto me lo he inventado y no termina así. De hecho termina con una especie de apostilla en la que vemos al protagonista en su yate pensando y recordando sucesos del pasado. Colofón absurdo digno del resto de la película.
 
Posdata
En el fondo cuando tengo estas experiencias tan negativas me quedo con las ganas de intentar saber por qué me ha defraudado tanto. Buscando cosas de Michael Cimino me encuentro con la sorpresa, que no sé si es verdad, porque por ejemplo, IMDB no lo dice, que Michael se llama ahora Elizabeth ¿?¿? y que ya no es él, sino ella. Bueno, si esto es así no me extrañan bastantes cosas y que tuviera problemas de personalidad. Algo así como lo que le pasó a uno de los hermanos Wachowski al convertirse en Lana y que su cine apenas tenga ya interés.
 
Cimino, antes y ahora
 

Duelo en la alta sierra, 1962

«Duelo en la alta sierra«
(Ride the High Country)

Sam Peckinpah
USA, 1962

Bien predispuesta en este caso para el cine de Sam Peckinpah con el que puedo compartir cierta visión de las cosas y del que me gusta especialmente «Grupo salvaje» (1969). «Duelo…» prefigura en algún sentido a la futura «Grupo salvaje», en el sentido de western crepuscular, amigos, héroes ya mayores, etc… y está considerada prácticamente una obra maestra.  Sin embargo, a mí personalmente no me ha acabado de convencer. 
Seguramente porque la aparición de la chica nos descoloca. Me recuerda especialmente (aunque es posterior) a «Valor de Ley» (1969) por el tono general y el corte de cabello de la chica que nos sitúa drásticamente en los años sesenta, cuando está rodada la película, en lugar de lograr la ilusión de intemporalidad que necesitamos. 
En general, pienso que la historia funcionaría perfectamente con tan sólo los dos protagonistas: Randolph Scott y Joel McCrea. Añadir la subtrama de la chica la hace más colorista y comercial. Pero, entonces me sobra el chico joven. 

Valor de ley-True Grit: comparativa


Valor de ley» (True Grit) es originalmente una novela del poco prolífico escritor Charles Portis, nacido en 1933 en El Dorado, Arkansas. Población no muy lejana del escenario en el que coloca la acción de su novela. La obra se publicó en 1968 e inmediatamente Henry Hathaway rodó una película en 1969. Por su parte los hermanos Coen firman la versión actual de 2010.

La novela original trata de una historia ambientada en el Oeste; en los alrededores de Port Smith en Arkansas y el Territorio indio en Oklahoma. Es prácticamente un guión cinematográfico. La acción se sitúa entre 1878 y 1903. La trama gira en torno a una niña de catorce años cuyo padre ha sido asesinado. Ante la imposibilidad de obtener justicia, la niña contrata a un comisario para que atrape al asesino que ha huído al Territorio indio y además se ha unido a una banda de forajidos.  Un ranger de Texas que también busca al mismo hombre va con ellos. La novela se lee agradablemente, es bastante entretenida con gran abundancia de datos y la visión de la acción desde la óptica de la niña es original.
Valor de ley está escrita en primera persona por la niña que va contando todo lo que sucede. A partir de la muerte de su padre y a la edad de catorce años. La acción ocurre en varios días y concluye. Hay un salto de veinticinco años y volvemos a encontrar a la protagonista con treinta y nueve años, suceden unas cuantas cosas que redefinen el pasado y termina.

Así pues la historia la explica una mujer de casi cuarenta años que recuerda una aventura extraordinaria de cuando era niña. Visto así se entiende el poco duelo que expresa por su padre al principio de la narración y la consternación por la pérdida actual de Cogburn. Aunque por otro lado, sorprende que si bien se dedica al negocio del dinero, recuerde tan profundamente el coste de cada cosa de hace casi tres décadas.

Como los recuerdos son los de ella, son los recuerdos de una gran aventura, luminosos, hasta cierto punto alegres (por ejemplo: la ejecución). Cogburn es un hombre valiente que se arriesga por ella y le salva la vida. Nos lo presenta como un cascarrabias borrachín y simpático (que incluso tiene un gato), pero que sabe hacer su trabajo. El mundo que nos presenta Mattie es un mundo ordenado y claro, en el que los malos han escogido un camino que los llevará a la horca y los buenos saben a que atenerse.

En cuanto a Mattie y LaBoeuf. Mattie le dedica el último párrafo del libro, en él le dice que espera que de alguna manera pueda leer la historia y que le agradaría verlo. Antes ya le ha hecho saber por el texto que está soltera y que tiene dinero. Se refiere a su posible edad diciendo que posiblemente tiene ya setenta u ochenta años, para que se «pique», cuando ella sabe perfectamente que sólo tiene cincuenta y cinco. Porque si algo domina perfectamente Mattie son los números.

La película de 1969 es absolutamente fiel a la novela, en el aire y en el estilo. Hay pequeños detalles que no cuadran; desde el escenario, a la estación del año que sitúan en otoño o las edades de algunos de los personajes. Cogburn tiene 40 años y Wayne 62. No veo cómo podrán pasar 25 años estando casi en plena forma antes de morir. En la película deciden que el final es demasiado dramático para lo que ellos pretenden y lo cambian radicalmente. También es verdad que el tono es de aventura, divertido, ligero y el final transtorna totalmente el contenido. En la novela a pesar del triste final el tono sigue siendo luminoso, irónico, valiente y orgulloso.

En el caso de los Coen y la película de 2010 queda claro que por un lado serán fieles a la novela y por otro rendirán homenaje a la película anterior, sobre todo a John Wayne. Sin embargo, los Coen infunden en la película un profundo aspecto sombrío que no está en el relato. Incluso se inventan escenas para resaltarlo; la niña no duerme la primera noche en la funeraria, al indio que matan en el patíbulo -sí- lo dejan hablar, Mattie sí puede taparse (con las mantas de su padre) cuando duerme con la vieja, etc. Todo en los Coen está para subrayar el aspecto fantasmal (en la novela el grupo se cruza con indios asimilados que van vestidos como ellos y los saludan) y oscuro de la historia, como si no lo explicara la niña. Es lícito, pero aquí me limito a señalar las diferencias. Los Coen vuelven a escoger a un hombre demasiado mayor para el papel, Jeff Bridges con casi la misma edad de Wayne. Más acertados con Josh Brolin como el asesino. En cualquier caso las aportaciones más interesantes están en las filmaciones nocturnas y las composiciones de los forajidos.



dato
novela
película 1969
película 2010
personaje
Reuben J. “Rooster” Cogburn
John Wayne
Jeff Bridges
edad
40
62
61
personaje
La Boeuf
Glen Campbell
Matt Damon
edad
30
33
40
personaje
Mattie Ross
Kim Darby
Hailee Steinfeld
edad
14
22
14
personaje
Tom Chaney
Jeff Corey
Josh Brolin
edad
25
55
42
escenario
Fort Smith de Arkansas y Oklahoma
California y Colorado
Texas y New Mexico
estación
invierno
otoño
invierno
Cogburn
es tuerto sin parche
tuerto parche ojo dcho.
tuerto parche ojo izdo.



Valor de ley, 1969

«Valor de ley» (True Grit)

Henry Hathaway
USA, 1969

Después de ver el remake de 2010 que comentaba en la entrada anterior, como ya decía, me quedé con ganas de visionar la película de 1969. Pude encontrar el trailer original y algunos pequeños fragmentos por Internet, lo cual no hizo sino aumentar mi curiosidad, ya que el parecido entre las dos películas es extraordinario. Y además, aunque no sea especial fan de John Wayne, aquí esta bien. ¿Por qué los hermanos Coen vuelven a rodar esta historia? No lo comprendo. Me siento tan intrigada que también compro la novela, aprovechando que se ha vuelto a reeditar y así lo comparo todo.

Bien, la comparativa entre las dos películas y la novela ya la haré en otra entrada separada. Por lo que respecta a esta cinta diré que de entrada el corte de pelo que lleva la actriz Kim Darby que en ese momento tenía ya 22 años e interpreta a una niña de 14, bien, ese corte de pelo es… destrozar la película. Es un impacto visual de un anacronismo tal (es un peinado de cuando se rodó la película), que no podemos recuperarnos. Ya sólo por eso valía la pena hacer una nueva versión. En cuanto a la interpretación de la niña, no está demasiado mal. John Wayne pretendió que ese papel lo hiciera o bien su hija Aissa o la cantante de «The Carpenters» Karen, también se barajaron otros nombres como; Mia Farrow, Sally Field o Tuesday Weld. Pero el director impuso a Kim y durante el rodaje John Wayne no podía soportarla.

En cuanto al papel de Cogburn, primero se propuso a Robert Mitchum que declinó la oferta de lo que se arrepintió rofundamente después. Finalmente lo interpretó John Wayne por lo que ganó su único Oscar. Wayne está bien, está simpático y convincente. No es el papel de su vida pero a esas alturas o le daban el Oscar o ya se moría sin recibirlo.

En cuanto a la película propiamente dicha es inevitable hablar de ella en relación a la nueva de 2010. Digamos que «Valor de ley» (1969) está en la línea de «Bonanza»; los colores son claros, brillantes, las ropas límpias y el espacio ordenado. Pero, es que la novela de Charles Portis es así. No en vano está escrita en 1968. No hay que olvidar que la historia la explica la niña y para ella es un recuerdo positivo, su gran aventura.

La guionista Margueritte Roberts, profesional de gran experiencia que había estado en las «listas negras» hace un gran trabajo de adaptación. Mucho mejor que los Coen.

En cuanto a los otros actores: Glen Campbell como La Boeuf está muy limitado. Es el que canta la canción de la banda sonora (por cierto, se propuso a Elvis Presley para interpretar el papel y la canción). Un Jeff Corey muy mayor (55 años) hace del asesino Tom Chaney (25 años). Robert Duvall como Ned Pepper y Dennis Hopper como Moon.

Mientras ves la película y salvando algunos detalles, te dices que está bien, que está bastante bien. Es otra perspectiva, distinta de los Coen, pero válida en cuanto es más fiel a la novela. Cuando llega la escena del enfrentamiento entre John Wayne=Cogburn y los cuatro forajidos y compruebas que los Coen la han vuelto a filmar igual, no sales de tu asombro. ¿Qué quiere decir? ¿Para qué la ruedan igual? Y entonces llegamos al final de la película y ¡Oh, sorpresa! nos colocan un final feliz distinto al de la novela que nos deja atónitos. ¿Pero por qué? ¿qué horror? Y entonces todo se aclara, se comprende que los Coen hagan una nueva película.

Me recuerda el caso de «Desayuno con diamantes» (Breakfast at Tiffany’s, 1961) de Blake Edwards, con la maravillosa Audrey Hepburn. ¿Quien se atreverá a hacer una nueva versión que respete la novela original de Truman Capote?, es demasiado a superar; Audrey, la música de Henry Mancini, la canción «Moon River». Truman Capote también se paseaba al igual que Charles Portis por el plató de la película viendo como destrozaban su historia. Pero supongo que money is money.

Valor de ley, 2010

«Valor de ley» (True Grit)

Joel and Ethan Coen
USA, 2010

-cine-

Remake de la película del mismo título basada en un libro de Charles Portis y dirigida en 1969 por Henry Hathaway e interpretada por John Wayne, por cuyo trabajo recibió su único Oscar, aunque más bien era un reconocimiento a toda su carrera y antes de que falleciera sin haberlo recibido. Película que no he visto, así que no puedo compararla con la actual, pero que ahora tengo franca curiosidad por ver.

En cuanto a la versión de los hermanos Coen diré: que esperaba más. En parte por todo lo que se ha hablado estos días y la expectativa que se ha creado y también por lo que yo había imaginado por el trailer.

Que los hermanos Coen son unos grandes cineastas está fuera de toda duda. Yo los sigo desde que me deslumbraron con su primer trabajo «Sangre Fácil» (Blood Simple, 1984), pero también es cierto que en su carrera hay altibajos, por ejemplo, su último film «Un tipo serio» (A Serious Man, 2009) que era prácticamente insoportable (ni la comenté). «Valor de ley» ha sido comparada, para mí erróneamente, con «Sin perdón» (Unforgiven, 1992) que se trata sin lugar a dudas de un western clásico, crepuscular. Sin embargo, a pesar de que Valor de Ley sucede en el Oeste, la siento más cerca de otras películas de los Coen; como «No es país para viejos» (No Country for Old Men, 2007) o «Fargo» (1996).

La película de los Coen empieza con una luz indistinguible (que ya prefigura un gran cuidado en la fotografía) que va tomando forma a medida que la cámara se acerca, donde vemos a un hombre muerto en el suelo frente a una casa. Una voz en off nos explica lo que ha pasado, con lo que la procedencia literaria del texto se hace evidente. Detalle que no me gusta especialmente, pero es posible partir del libro y llevarmos a la imagen. A continuación se nos presenta a la protagonista y es un acierto total. Hailee Steinfeld=Mattie interpreta magistralmente a la niña; con un físico muy expresivo y una actuación perfecta. La lástima son los diálogos; soberbios para el libro, pero oídos en pantalla suenan artificiales y algunas palabras que útiliza la niña, aunque pueda ser una superdotada, suenan rebuscadas y  fuera de lugar.

La parte de la película que se desarrolla en el pueblo es soberbia (menos la escena del juicio que sirve de presentación del personaje de Cogburg, ya que tiene demasiado diálogo -que por un momento me recordó al juicio de Bananas de W. Allen- y por otro hay demasiada luz. El rostro de Bridges está demasiado iluminado para estar a contraluz -con lo bien que hubiera quedado una semisombra-) . Después de la niña, se incorporan a la historia Jeff Bridges como el aguacil Cogburg y Matt Damon como el ranger LaBoeuf. Y a pesar de que la intención es que nos causen un gran efecto, no lo consiguen. No basta hacer de borracho decrépito; hablar casposo, vestir mal, estar gordo y caminar tambaleándose para transmitir el papel, tiene que haber algo dentro y por algún motivo no lo hay. Es una lástima que tanto Bridges como Damon hayan desaprovechado esta oportunidad de oro para bordar sus papeles, están como ausentes y se crea poca química entre los tres personajes principales. Se adivina una cierta tensión erótica entre LaBoeuf (que debería ser más joven) y Mattie, pero los Coen no han querido explorar más por ese lado que los hubiera alejado del aspecto más sombrío de la historia.

En cambio y en cuanto a presentación de personajes se refiere, las interpretaciones y composiciones de los forajidos son sobresalientes. Magistral ese pequeño papel que hace Barry Pepper como Lucky Ned Pepper en el que nos transmite todo un mundo en unos pocos minutos, así como los dos compinches en la cabaña y finalmente también la breve pero conseguida interpretación de Josh Brolin como Tom Chaney, que solamente con su hablar y su rifle colgado con una cuerda también nos lleva a un mundo de sordidez y embrutecimiento.

A pesar de que la película cuenta con una fotografía extraordinaria, sobre todo en el pueblo y las escenas de interiores, así cómo la magistral escena del tiroteo nocturno frente a la cabaña, después, cuando se trata de aprovechar los paisajes, hay desinterés. No comprendo cómo si la acción sucede en invierno, la sensación es que en los exteriores domina el color amarillo polvoriento (si no recuerdo mal).

En conclusión: a pesar de que las actuaciones de Bridges y Damon podrían mejorarse mucho, a pesar de que todos los diálogos suenan a texto literario, a pesar del ritmo lento y la casi ausencia de acción, la película me gusta por la actuación y el personaje de la niña, por parte de la fotografía, por la historia, por la composición de los malos, por la emoción cuando Mattie atraviesa el río y la carrera final, y también por la desolación y austeridad y por esa impresión profunda que deja de verosimilitud, de tener la impresión que has conectado con esa realidad.

Los siete magníficos, 1960

«Los siete magníficos» (The Magnificent Sevent)

John Sturges
USA 1960
Cuando estaba haciendo el comentario anterior de «Rio Bravo», citaba a esta película como el único western clásico que me gusta. La volví a ver hace pocas semanas (ya que por un euro la daban con el diario «La Vanguardia») y me volvió a gustar. Tenía pensado ver también su referente japonés «Los siete samurais» (1954) de Kurosawa pero se me hizo pesada y no la terminé.

Me pregunto por qué me gusta «Los siete magnificos» y no me gusta «Rio Bravo». Los motivos negativos por la cinta de Hawks, ya los he explicado antes. «Los siete magníficos» de entrada tiene una música excepcional de Elmer Bernstein que no cansa, que estarías oyéndola sin cesar. Después, el planteamiento y la historia tienen un carácter épico que convence. La elección de los interpretes es extraordinaria; desde Yul Brynner (que después haría una casi parodia en «Armas de metal» (Westworld, 1973), un siempre carismático Steve McQueen, un efectivo James Coburn con los puñales, en fin todos y cada uno con sus características peculiares y muy importante, el malo, Eli Wallach. Papel nunca a despreciar.

Lo que menos me gusta es el planteamiento de unos pobres mexicanos que necesitan ayuda de los gringos; una historia que es habitual y que me disgusta. Pero bueno, dejando aparte ese detalle, hay en el argumento un aire de epopeya, de viaje de unos seres que necesitan redefinirse a sí mismos y que saben que van a morir y que el director nos muestra habitualmente desde abajo (en contrapicado) para subrayar su dimensión épica, que resulta emocionante y muy eficaz.Me gusta la frase de Yul Brynner (algo así), cuando el campesino solicita su ayuda y a él lo que le ofrece le parece poco, el campesino le dice -es todo lo que tenemos- y el responde -nunca me habían ofrecido tanto-

****
Varias horas después de hacer este comentario he vuelto a ver la película, con la idea de que quizás ya no la recordaba demasiado bien. Cuando vuelves a ver una película y te sorprendes al comprobar que todavía es mejor que lo que pensabas y además sigues descubriendo nuevas texturas y matices es que sin duda te encuentras ante una obra maestra. “Los siete magnifícos” es una cinta tan comercial que forzosamente te dices que no puede ser tan buena.

Cuando he vuelto a revisarla me he encontrado con un audiocomentario del productor Walter Mirish, el asistente de dirección Robert Relyea y los actores Eli Wallach y James Coburn. El director John Sturges ya había fallecido. Normalmente este tipo de extras son de autocomplacencia personal, pero cuando la película ya tiene ciertos años, se añaden muchos detalles interesantes para conocer la historia del cine. Así pues oímos conversar a esas personas durante la emisión de la cinta y van desgranando toda clase de detalles respecto a la producción y el rodaje, así como las idiosincrasias de los actores y técnicos. Nos enteramos que se trata de una película de equipo, que la primera idea viene de nada menos que de Anthony Quinn que se la comenta a Yul Brynner y se queda con ella. Que a través del abogado de Yul pasa al productor Walter Mirish y que éste propone a John Sturges como director, a pesar de que Yul también ha sido director y en ese momento es una gran estrella que nadie discute y que ejerce cierto control sobre la película. Al extremo de pedir que vuelvan a rodar la escena inicial para cambiar el carácter de Calvera y que aparezca más malvado. Las relaciones de Steve McQueen con Yul y otros actores que temía le hicieran sombra. Con el tiempo el carácter competitivo y celoso de Steve se haría más intenso, pero en ese momento estaba controlado. Que aunque no nos demos cuenta Yul no se quita en sombrero en toda la cinta (bueno, se lo quita un momento) y que le encantaba ir vestido todo de negro.

El detalle que yo mencionaba sobre la historia y que los mexicanos quedan como unos pusilánimes, estaba muy presente en su momento. Como lo demuestra que en su momento la película no se estrenara en México y algunas respuestas airadas de mexicanos como Katy Jurado. Los de producción intentaron suavizar el hecho a través del vestuario y la atención de respeto que cinematográficamente reciben los campesinos, en los que en cualquier caso hay dignidad.

En los comentarios se aprecia que fue un trabajo de equipo sin vedetismos. El director John Sturges un clásico artesano que había empezado desde abajo y también como montador, se conformaba con pocas tomas, tenía una idea muy clara del resultado. El rodaje duró lo mínimo (43 días). Vista de nuevo me quedo pasmada del extraordinario montaje, la elección de tomas –no hay nada al azar y todo parece tan natural-, la maravillosa fotografía, tanto de tonos como de enfoque, en la que en planos generales salen enfocados los de atrás cuando deben estarlo y cuando son relleno, no lo están. La deslumbrante dirección de escenas como la que inicia la película y vibrante huida de Calvero y su banda del pueblo a galope y es perseguido por Steve McQueen. Y en general un montón de escenas sobre todo al principio; la llegada del bandido al pueblo, la llegada a la ciudad de los campesinos y toda la escena del entierro y finalmente la elección de cada uno de los siete magníficos, como una mini película para cada uno de ellos. Y en general todos y cada uno de los planos, son perfectos.

En cuanto a la frase de Yul al campesino, lo que en realidad le dice es:
ver frases:  me han ofrecido mucho por mi trabajo, pero nunca, todo-


ver también: bandas sonoras
*

Río Bravo, 1959

«Río Bravo» (Rio Bravo)

Howard Hawks
USA 1959

Hace días que me estoy peleando con los directores de cine; Howard Hawks y John Ford. Estoy segura de que al final encontraré una película de ellos que me guste, pero de momento no es el caso.

De entrada el western no me gusta. Sólo encuentro atractivos algunos de tono crepuscular, decadentes, sucios, polvorientos… con la excepción de “Los siete magníficos” John Sturges, 1960. El caso de Río Bravo es todo lo contrario; un western clásico. Sé que Rio Bravo es una película muy bien considerada, de hecho una obra maestra. Dicen que Tarantino sólo continua una relación si la chica pasa la prueba de que le guste Río Bravo. Vale.

Voy a ser una voz discordante y explicaré por qué no me gusta. No me gusta John Wayne; va demasiado bien vestido y planchado. No me gusta su presencia física, ni lo que representa, no me inspira ninguna tranquilidad. Parece que su interpretación descansa en como camina y se mueve y me parece jactancioso y de maneras torpes, como si no pudiera manejar su cuerpo. Dean Martin quizás está mejor, aunque bastante amanerado como borracho, imprime a su personaje más ternura. Ricky Nelson -que era un rockero de éxito en ese momento- como Colorado, está un poco fuera de lugar pero resulta agradable. Angie Dickinson muy guapa, representa un tipo de mujer que habita las películas Hawks y Ford y que me disgusta profundamente; la mujer de pasado dudoso que se redime con el protagonista. Hay un desprecio primario por esas mujeres autosuficientes que solo pueden salvarse gracias al sometimiento al héroe de turno, que no deja de molestarme.

La película en teoría es buena; esta bien realizada, los interpretes están contrapesados, hay acción, escenas divertidas, romance, etc. Comprendo que hay personas a quienes el planteamiento de Hawks les guste, les reconforte, no a mí; El argumento de la película empieza de una forma absurda; un pistolero mata a sangre fría a un hombre en la cantina. El sheriff lo encarcela a la espera del juez. El hermano terrateniente intentará sacarlo por las malas. En un momento de la película se nos dice que el pistolero ya ha causado “veinte” muertes parecidas, sin consecuencia. No entiendo qué ha cambiado en el pueblo para que el sheriff actúe de otra manera. Por qué ahora y no antes. No hay un desencadenante convincente.

John Wayne hace demasiados viajes de la cárcel al hotel y viceversa. Podrían matarlo tranquilamente. Walter Brenan como ayudante cascarrabias está bien, pero abusan de su papel; demasiado largo. Las escenas románticas Angie-Wayne son forzadas e incómodas. Carlos el mexicano y su mujer, -supertópicos-, bajito, chillón, inferior y gracioso. Dean Martin vigila un extremo del pueblo ¿no se puede entrar o salir por otro lado, en un espacio plano?. En un par de ocasiones se nos dice que el pueblo está lleno de gente, pero que nunca vemos. Al menor golpe, la gente -tipos duros- se quedan sin sentido para el rato que haga falta con demasiada facilidad. La banda sonora de la película es espantosa, esa clase de música que subraya la acción de forma vergonzante. Si bien las tres canciones separadas están muy bien.

Los 141 minutos se me hacen largos, las escenas se vuelven a repetir sin cesar y en parte no me explico por qué la película puede gustar tanto.