Qué verde era mi valle, 1941

«Qué verde era mi valle»  (How Green Was My Valley)

John Ford
USA 1941

v.o.s.

Resulta frustrante ver una película en cuyo título figura un color y que sea en blanco y negro. En  «Qué verde era mi valle» nunca veremos ese verdor (1). Hay muchos más ejemplos: «Río Rojo» (1948), «La dalia azul» (1946) «La calle del delfín verde» (1947), «Cielo amarillo» (1948). O que en «Jezabel» (1938) se hablé insistentemente de un vestido rojo que sólo podemos imaginar. Por no decir que habitualmente todas esas películas estaban acompañadas de un engañoso cartel publicitario en color.
«Qué verde era mi valle» está basada en una novela del escritor Richard Llewellyn fechada en 1939. Narra la vida de una familia y una comunidad minera en Gales en tiempos de la reina Victoria a través de los ojos de Huw Morgan  el benjamín de la familia. Los Morgan son una familia numerosa en la que todos sus miembros masculinos son trabajadores en la mina. Los salarios son buenos, en valle donde viven todavía es hermoso y como Huw es un niño todo lo recuerda con el candor de la infancia. Con el tiempo las condiciones empeoran, la competencia hace que los salarios bajen y que las relaciones se crispen. Los miembros más jóvenes urgen la necesidad de un sindicato, el padre está en contra. Parte de los hijos debe emigrar. La hija (Maureen O’Hara) se casa contra su voluntad ya que en realidad está enamorada de un pastor (Walter Pidgeon) que no se siente capaz de estar a su altura; hay un par de accidentes en la mina… al final el valle de degrada física y moralmente y Huw debe marchar.
John Ford dirige magníficamente este drama rural que parece escrito para él, ya que coinciden numerosos temas que le eran afines. La acción se sitúa en Gales, pero podemos pensar en Irlanda y en cualquier caso fue filmada en California (1). Los personajes tienen ese carácter típicamente fordiano de heroísmo en los seres más débiles, gran respeto por las matriarcas de las familias y simpatía por los borrachos y los pendencieros.
La película está rodada en un estupendo blanco y negro y toda ella respira la maestría profesional de Ford. El propio tema es evidentemente melodramático, pero en todo momento se mueve en un ajustado equilibrio entre lo costumbrista y lo dramático sin caer en sensibilerias baratas. Tiene el acierto también de no clausurar todas las tramas dejando a nuestra imaginación la conclusión.
Vista en versión original, las voces tienen un acento galés (supongo) que le da más énfasis. Ford cuenta con actores carismáticos y que le gustaban como Maureen O’Hara heroína fordiana por excelencia. Destaca la presencia de un jovencísimo Roddy McDowall como Huw Morgan que viene a ser el autentico protagonista, en una película sin duda coral.  No deja de sorprender ver a Roddy McDowall que fue un actor inglés (1928-1998) que participó en nada menos que 261 trabajos tanto de cine como televisión. Su presencia casi nunca fue demasiado destacada (hizo de mono Cornelius en «El planeta de los simios»(1968) y secuelas) y acostumbraba a interpretar personajes cínicos, pero siempre fue un secundario de lujo. Aquí con 13 años interpreta magistralmente a un inolvidable Huw.

Ganadora de cinco Oscars, entre ellos el de mejor dirección en un año que también competía «Ciudadano Kane».

(1) La película se pensaba hacer en color y en Gales, pero la Segunda Guerra Mundial impidió el traslado a Gran Bretaña y por otro lado se consideró que las flores de California eran completamente diferentes a las de Gales por lo que el color hubiera evidenciado la falsa ubicación.

Pasión de los fuertes, 1946

«Pasión de los fuertes»  (My Darling Clementine)

John Ford
USA 1946

v.o.s.

Poco a poco me gusta más John Ford, sigue habiendo cintas que deploro completamente: Mogambo, El hombre tranquilo, La taberna del irlandes… Pero últimamente he visto varios Westerns suyos con mucha fuerza. Y los aciertos superan a las suspicacias.
My Darling Clementine es un werstern en blanco y negro, rodado nuevamente en Monument Valley. Trata del episodio de O.K. Corral en Tombstone, Arizona. Era una de las primeras versiones del suceso, que no era tan famoso, por lo que John Ford se tomó muchas libertades a la hora de plasmarlo. No tanto en el tiroteo, que es bastante fiel (dice Ford que el propio Erp en persona le dibujó el esquema), sino en la historia de los protagonistas. De hecho, es lo que menos le interesa. Lo importante en este caso en la presentación de personajes (reinventados), la definición de su carácter, la interrelación entre ellos y en enfretamiento entre visiones del mundo. Así como el avance de la civilización en la barbarie.
El filme sorprende por su austeridad, sobriedad y contundencia. Todos los personajes son presentados, contruidos e interpretados de forma magistral. Henry Fonda compone un Wyatt Erp sobrio, entero, dandy, seguro de sí mismo y lleno de matices. Victor Mature es un inesperado Doc Holliday con mucha fuerza. También resulta sorprendente ver un malvado tan bien compuesto por Walter Brennan que normalmente recuerdo en papeles entrañables. Las chicas están ahí: la buena (Cathy Dows) y la mala (Linda Darnell), pero poco importan, la cinta es cosa de hombres.
La dirección es interesante y está llena de escenas magistrales. También es cierto que a la película se le añadieron planos no rodados por Ford para ser más del gusto del estudio (Darryl F. Zanuck): entre ellas; la tumba de James, planos de Linda Darnell y el final. Pero no importa demasiado.

Centauros del desierto, 1956

«Centauros del desierto»  (The Searches)

John Ford
USA 1956

v.o.s.

Por una vez tengo que decir que el título en español de «Centauros del desierto» en lugar de «Los buscadores» (The Searches) es especialmente bello y sugestivo.
A pesar de que he reiterado bastantes veces que no me gusta John Ford, en este caso y a pesar de que es una película absolutamente fordiana, tengo que reconocer que se trata de una obra maestra. El American Film Institute la tiene situada en el puesto 96 en 1998 y el puesto 12 en 2007. Y creo que no es una casualidad que esté mejor situada ahora, ya que ha mejorado con el tiempo, me gusta más ahora. Tiene una densidad que se va manifestando poco a poco en distintas capas.
El filme parte de una muy buena historia, basada en una novela previa, en la que podemos entender, comprender y acompañar a todos los personajes en su peripecia vital. Hay una gran variedad de carácteres y personajes con diferente intensidad y matices y todos, todos, son importantes. Después se ha tenido la suerte o el acierto en escojer magníficamente a todos los actores, que están absolutamente magníficos. El personaje principal es de una gran complejidad, cuya naturaleza es más evidente con el paso de los años. Supone una cierta ruptura con los arquetipos clásicos.

Texas 1868. Ethan Edwards regresa a casa de su hermano tras la Guerra Civil, que ha perdido y después de varios años oscuros de probable delincuencia. Es un hombre derrotado que se aviene a vivir con la familia de su hermano, cerca de la que fue seguramente su amor, su cuñada, por la necesidad del calor de un hogar. En una operación de venganza por la muerte de sus dos hijos, el comanche Scar asalta a vivienda cuando Ethan y un ahijado mestizo no están y acaba con la familia. Las dos hijas pequeñas son raptadas y se inicia una persecución en su busca que acaba alargándose durante cinco años

El personaje principal de Ethan interpretado de una forma inolvidable por John Wayne, tiene esa característica tan apreciada de los héroes derrotados y sin salvación que nos apasiona en pantalla. Esta dotado además de un ligero sentido de humor que se mantiene en los límites de lo aceptable y conveniente. El contrapunto de Jeffrey Hunter es delicioso, tanto por su atractivo y juventud, como por las cualidades de su personaje bondadoso y testarudo. Afortunadamente en este caso, la heroína secundaria que es Laurie=Vera Miles nos muestra una mujer de definida personalidad que nos conquista y no esas mujeres controvertidas en las que suele volcar Ford su misoginia.
La película está rodada en Monument Valley (territorio indio navajo en Arizona) como le gustaba a Ford, con esas vistas tan impresionantes, pero también tan concretas cuando se trata de recorrer distancias demasiado largas. El color es Technicolor y en VistaVisión. En cuanto a la dirección es impecable. Hay gran cantidad de recursos narrativos originales que ahora son difíciles de señalar como novedosos, debido al gran uso que se ha hecho de ellos. Hayque destacar, sin embargo, el principio y el final con esas puertas abiertas al desierto con Ethan llegando y marchando.
Película en la lista AFI. Ocupa el
puesto 96 en 1998
puesto 12 en 2007

El gran combate, 1964

» El gran combate »  (Cheyenne Autumn)

John Ford
USA 1964

Se trata de la penúltima película del director y la última del Oeste. Es de agradecer que John Ford que ayudó a forjar cierta imagen negativa sobre los pieles rojas, debido sin duda al momento que le tocó vivir, tuviera en última instancia la oportunidad de dedicarles un homenaje y situar la situación de los indios en un lugar de honor, respeto y admiración.
Basada en una novela que trata de un hecho real. Se describe el éxodo de un grupo de indios de la tribu Cheyenne desde su lugar de asentamiento, en el que mueren como moscas por falta de condiciones y esterilidad de la tierra, a su lugar de origen situado a miles de kilómetros.
Richard Widmark encarna a un capitan concienciado encargado de vigilarlos que se resiste a traerlos de vuelta. Carroll Baker es una cuáquera que hace de maestra y se pone del lado de los indios y por la parte de los pieles rojas encontramos a: Ricardo Montalbán, Gilbert Roland, Dolores del Rio y Sal Mineo (es decir: ningún indio, sino mexicanos y de origen italiano -Sal Mineo-).
Los admiradores de John Ford suelen deplorar este trabajo en el que es difícil encontrar el vigor del gran maestro. Sin embargo, en ese punto me parecen injustos. Es cierto que la cinta transcurre de una forma lenta y apesadumbrada, de alguna manera de acuerdo con el tema que están tratando. Y cuando deja esa visión para rodar un inserto, que no pega en absoluto y simplemente es el toque Ford: la escena de la cantina con Wyatt Earp=James Stewart en Dodge City, que es graciosa pero rompe completamente el tono general.
También es verdad que hay demasiado metraje en Monument Valley y los indios a pesar de que han atravesado cientos de kilómetros siguen en el valle. Con un sentimiento de perplejidad superior en los estadounidenses que en nosotros que lo conocemos menos.
Sin embargo, a mí visulamente la película me gusta mucho debido sin duda a que está filmada en 70mm, que era un formato de filmación extraordinario en el que si el director sabe aprovecharlo se obtienen unas imágenes espectaculares. Es un proceso de filmación es caro y trabajoso, pero se obtiene un resultado en el que todo, si se desea, queda en foco, por lo que se pueden distribuir diferentes puntos de interés que ocupen toda la pantalla: todo quedará a la vista con una sensación de complitud. Ford ya había usado este sistema para Cinerama en su episodio de «La Conquista del Oeste» (con un sistema distinto pero parecido en cuanto a llenar toda la pantalla) y debió sentirse a gusto con él.

Para frases de película:

«Hasta un perro puede ir dónde quiera, pero un cheyenne, no»
«La gracia de ser valiente es no serlo demasiado»

ver fotogramas en mi blog «frases y citas de película»
http://citasdecine1.blogspot.com.es/2013/04/el-gran-combate-1964.html

Las uvas de la ira, 1940

« Las uvas de la ira »  (The Grapes of Wrath)

John Ford
USA 1940

v.o.s.

Basada en la popular novela de John Steinbeck del mismo título de 1939, por lo que la película está realizada casi al mismo tiempo. Dicen que la novela es más pesimista que el filme, aunque difícilmente puede soportarse más desesperanza en una película con vocación comercial.
Realizada en un sobrio y apropiado blanco y negro, la cinta trata de la desesperada situación durante la Gran Depresión de los años treinta de unos granjeros que son expulsados de sus tierras en Oklahoma y emigran hacia un destino incierto a recolectar fruta en California. Durante el trayecto sufren toda clase de infortunios, algunos mueren, otros deben marchar y en definitiva la familia se desintegra.
Es poco lo que podía aportar John Ford a la historia, ya de por sí completísima de John Steinbeck, pero es evidente que Ford la sentía como suya, ya que no es arriesgado ver en esos miserables granjeros el recuerdo de la Irlanda campesina sometida a mil y un ultrajes por parte del poder. En el caso de Las uvas… sorprende ver la gran hostilidad y desprecio que provocaban esas masas hambrientas y desorientadas y cómo eran tratados como extranjeros en su propio país, con un peligro constante de perder la vida por hambre o por abusos de la policía o la población. No puede evitarse ver en todo el planteamiento un cierto aire de necesidad de algún tipo de revolución social que podía asimilarse al comunismo. Lo que no creo que les hiciera demasiada gracia a los estadounidenses.
Todos los carácteres están muy bien retratados y hay un cariño especial por todos ellos. Destacan sobre todo: Henry Fonda como Tom, Jane Darwell como Ma y John Carradine como Casy.

Película en la lista AFI. Ocupa el
puesto 21 en 1998
puesto 23 en 2007

El delator, 1935

» El delator »  (The informer)

John Ford
USA 1935

v.o.s.

Durante las revueltas de Irlanda de 1922 en Dublín, Gypo=Victor McLaglen es un hombretón un poco simple que acuciado por la falta de dinero y la miseria acaba denunciando a un amigo suyo de la resistencia a la policía británica.
Rodada en blanco y negro predomina la oscuridad, ya que la acción se desarrolla en una noche. Tiene un aspecto visual teatral y de cine mudo. Las interpretaciones son intensas y destacaría sobre todo la secuencia del arresto de Franky de un dramatismo y credibilidad absolutas.

La diligencia, 1939

» La diligencia »  (Stagecoach)

John Ford
USA 1939

v.o.s.

La diligencia es la primera gran película del Oeste del cine sonoro. Contrariamente a lo que pueda parecer desde la llegada del cine hablado el Western estaba en decadencia, seguramente por la dificultad de recoger el sonido en exteriores.
El argumento está inspirado en el cuento de Guy de Maupassant, «Bola de Sebo» (Boule de Suif, 1880). En el caso de la película, una diligencia se dispone a salir con una serie variada de pasajeros: una mujer Dallas (Claire Trevor) expulsada del pueblo por su conducta, un médico (Thomas Mitchell) por borracho, un representante de licores (Donald Meek), una dama embarazada en busca de su marido soldado, un jugador profesional (John Carradine), un banquero y posteriormente se incorpora un cowboy evadido (John Wayne) en busca de venganza, entre otros. Antes de salir se enteran que los Apaches del indio Gerónimo pueden asaltarles, pero dediden hacer el viaje, cada uno por sus motivos particulares. 
La película está perfectamente realizada y los logros en la acción y persecuciones es algo difícil de apreciar en este momento, aunque seguramente marcó la forma en la que después se harían este tipo de filmes, por lo que resulta absolutamente arquetípico: la diligencia, el jugador profesional, el ataque de los indios, el romance, el duelo, etc…
Personalmente hubiera preferido verla en color (Lo que el viento se llevó y El mago de Oz son del mismo año), hubiera sido mucha más intensa. Me cuesta ver westerns en blanco y negro. Por otro lado y aunque hay bastantes momentos importantes visualmente, no puedo dejar de tener la impresión que para estar rodada en 1939 parece anterior. Incluso las transiciones de plano general a primer plano son típicas del cine mudo. La aparición de John Wayne en la primera colaboración con el director es impactante. Wayne parece mucho más joven (tenía 32 años). Aparecen otros rostros con los que John Ford iría repitiendo en lo posible en muchos de sus trabajos.
Esta producción se encuentra en puesto 63 de la lista AFI de 1998, no figura en la del 2007. También es cierto, que apela especialmente a los sentimientos estadounidenses.

Película en la lista AFI. Ocupa el
puesto 63 en 1998
no figura  en 2007

directores: John Ford (1894-1973)

John Ford
1894 Maine (USA)
1973 California (USA)  79 años

Hacer una lista de la filmografía de John Ford sería demasiado larga, 144 títulos como director. Es sin duda uno de los más importantes directores de la historia del cine.
Tiene grandes adeptos, verdaderos fans, aunque creo que la mayoría son hombres. Y es que el cine de Ford es universo muy masculino, incluso machista. Como mujer me siento bastante incómoda con su cine, no puedo apartar unas constantes que me molestan profundamente y que en general serían las siguientes:
– las mujeres se dividen entre las santas y las descarriadas 
– las mujeres descarriadas suelen volver al redil de manos del héroe
– las mujeres son un mundo aparte
– mitificación de la bebida y los borrachos
– mitificación de las peleas como forma de hombría
– mitificación ideales irlandeses en general y el catolicismo en particular
– sentimentalismo irlandés
– compañerismo masculino 
– valentonadas, jactancia, fanfarronería masculina
Sin embargo, ello no quiere decir que no sea capaz de ver sus logros cinematográficos. Ahora estoy viendo diferentes películas del maestro y me gustaría leer algún libro, por lo que seguramente añadiré más comentarios en el futuro. 

El hombre tranquilo, 1952

«El hombre tranquilo«
(The Quiet Man)

John Ford
USA, 1952

Creo que es digna de un estudio separado, dotado de mejor preparación y más filmografía, mi profunda antipatía por el cine de John Ford. No puedo, es superior a mí, me molesta tanto su forma de ver las cosas que me es casi imposible apreciar su cine.
«Un hombre tranquilo» está considerada una de las mejores obras de John Ford. Y puede que lo sea. Tiene una buena historia, magníficos interpretes, sabrosos secundarios, la verde Irlanda, una dirección correcta, pero… no me gusta. No me gusta la historia, no me gusta John Wayne. Sólo lo soporto al muy principio de su carrera y al final. Maureen O’Hara me deja indiferente y me quedo con Victor MacLaglen.  El esquema recuerda al pasteloso cine de Frank Capra de personajes entrañables y carismáticos.
No me gustan esos personajes femeninos de aparente indudable carácter que son sólo la sublimación y el soporte del pensamiento masculino, la estereotipación de Irlanda y los irlandeses. ¿de veras que sólo beben y se pelean ?, de todo un mundo de códigos masculinos absolutamente tronados y de mujeres en el fondo sumisas… es todo tan irritante que los árboles no me dejan ver el bosque. Yo como mujer me siento sin aire en este tipo de cine (como en el de H. Hawks o Billy Wilder).

Mogambo, 1953

«Mogambo«

John Ford
USA, 1953

Mogambo es una película especialmente conocida en España por la censura. Se les ocurrió nada menos que como la cinta insinúa una posible infidelidad y Glark Gable era extremadamente popular, hicieron que lo que era un matrimonio en pantalla, se convirtiera en una pareja de hermanos. Sin cortar una escena en la que los dos hermanos pretenden irse a la cama. Era una censura delirante. Lo era tanto que incluso los espectadores veían cosas que no existían. Llegó a decirse que las hormigas de las película “Cuando ruge la marabunta” (1954) eran en realidad mujeres desnudas.

El otro día comentaba el cine de John Ford y aquí tengo un trabajo suyo que confirma las tesis que planteaba. De todas formas tengo que ver más cine suyo. En cuanto a esta película tiene el atractivo de los escenarios naturales en Africa, si bien la mayor parte de rodó en estudio. Viendo la película ahora creo que se mantiene bien, ya que está bien hecha, pero me plantea bastantes cuestiones; por un lado tengo la impresión de que el film es una excusa para ver moverse a Ava Gardner, sobre todo por detrás. Leo que John Ford no se llevó bien ni con Ava (puede que porque ella se ausentó de la película para abortar), ni con Clark Gable (porque le parecía viejo), aunque en la película no se nota especialmente.

Ava estaba muy guapa y graciosa con esos diálogos punzantes. A Clark Gable cuesta encontrarle el atractivo, es un estilo que no se lleva. Enseñando ese torso de señor mayor y esas maneras de aproximarse a una chica tan poco convincentes y esos besos bruscos, sin gracia. ¡Cómo pasa el tiempo y las modas!. Lo que no quita para que haya actores antiguos con un tremendo sex appeal. En cuanto a Grace Kelly, aunque guapa, es sosa e irritante. La cuestión es si a Clark=Victor la que de verdad le gusta es Grace=Linda y si no se queda con ella es porque le da lástima el marido, como puede gustarle algo tan opuesto como Ava=Eloise Kelly. Y nos encontramos con algo tan de Ford (aunque el guión no es suyo) que me coloca a una mujer como Eloise mucho más interesante que Linda, pero “caída”, que debe conformarse en una relación con Víctor, en la que siempre será un plato de segunda mesa, en la que siempre estará subordinada a lo que ha sido antes y además (como John Ford era católico) hacen que la chica se confiese a un sacerdote para lavar sus pecados. Lamentable.

En cuanto a las aventuras africanas también tocamos un tema espinoso. En estos momentos nos caen mal los cazadores, aunque sea para zoológicos y circos.