El caso de Thomas Crown, 1968

«El caso de Thomas Crown»  (The Thomas Crown Affair)

Norman Jewison
USA 1968

v.o.s.

Aunque yo entonces no supiera apreciarlo debidamente, las películas con Steve McQueen dentro tenían una gran repercusión en su momento y también ahora. Realmente no era cuestión de interpretación, era y es una cuestión de estilo, era un tio muy estiloso.
«El caso de Thomas Crown» se ha llevado a la pantalla en dos ocasiones: ésta y un remake en 1999 con Pierce Brosnan y Rene Russo. Resulta muy curioso comparar las diferencias, porque hay un mundo entre ellas.
A mí me gusta más la primera, a pesar de sus defectos. El primero es la propia historia, que si le quitamos las luces de colores resulta bastante repugnante y en algún momento lo admiten: un hombre multimillonario (Steve McQueen), porque se aburre, atraca un banco y se lleva el dinero a Suiza. La compañía de seguros moviliza a una guapísima investigadora (Faye Dunaway) para recuperar el botín. Ella no duda en secuestrar incluso a un niño para sus planes. 
El argumento es éste y no hay por donde cogerlo para que sus protagonistas sean nuestros héroes, pero la película hace una maniobra de distración y todo esto queda en segundo plano. Lo que vemos es una pareja superguapa, una fotografía estupenda, una banda sonora muy bonita de Michel Legrand, estilo, superlujo, etc. Aparte de un diseño a base de escenas partidas simultáneas que era novedoso. Ahora bien, el final es coherente y es de agradecer.
Por contra, en el remake se roba un cuadro, y es más evidente la necesidad de juego, por lo que el millonario es menos repulsivo. Rene Russo se esfuerza de forma casi ridícula en ser más sexy que Faye Dunaway y el final está a la altura de un público poco exigente que no puede soportar los finales no felices.

En el calor de la noche, 1967

«En el calor de la noche»  (In the Heat of the Night)

Norman Jewison
USA 1967

v.o.s.

El impacto y la novedad del planteamiento es apenas perceptible. La evolución de la presencia de personajes y actores afroamericanos evoluciona por la historia del cine estadounidense de una forma tan sutil que apenas nos damos cuenta. Desde actores blancos que se pintan de oscuro para interpretar a negros con carácter (El cantante de jazz, 1927), a la presencia habitual de negros tontos y asustadizos, o simplemente la ausencia total de ellos en películas que pasan en el sur de los Estados Unidos, en gran parte del cine americano hasta los años cuarenta y cincuenta.
Por ello y a partir de los años sesenta empieza una transformación impulsada por la lucha de los derechos civiles que va situando a ciertos actores negros (Harry Belafonte, Sidney Poitier) en el firmamento de las estrellas importantes de Hollywood, con papeles adecuados que además les permiten convertirse en protagonistas capaces de atraer público en masa.
«En el calor de la noche» fue una de esa películas. Sidney Poitier es el inspector de Filadelfia, Virgil Tibbs que se encuentra de paso en una atrasada población del sur de Estados Unidos. Es detenido por el mero hecho de ser negro por la sospecha de asesinato de un forastero que pretendía montar una fábrica en el pueblo.
Pronto empieza una interesante relación de posicionamientos entre Virgil y el sheriff (Rod Steiger), en la que la interpretación de Steiger acaba siendo la más interesante, porque es la que tiene más matices y por ello seguramente recibió el Oscar. En una película con cinco Oscars, pero ninguno para Poitier.
La película es interesante y los plateamientos (en ese momento) novedosos. Quizá los enfrentamientos y las peleas es lo que ha quedado más pasado, pero las tesis son muy válidas. La dirección tiene mucho vigor y las interpretaciones personales son destacables. El inspector Tibbs tendría diversas secuelas.
Película en la lista AFI. Ocupa el
no figura  en 1998
puesto 75 en 2007

ver también frases *

Hechizo de luna, 1987

«Hechizo de luna»  (Moonstruck)

Norman Jewison
USA 1987

v.d. y v.o.s.

Comedia costumbrista de ambiente italiano en Nueva York, con un excelente guión y con el buen hacer del director Norman Jewison ya un poco lejos de su mejor momento, que en su día cosechó varios Oscars y otros premios.

Con un amplio reparto de caras muy conocidas y otras menos, se construye una deliciosa comedia romántica con mumerosos resortes. Encabeza el reparto, Cher en su segunda carrera cinematográfica después de sus fantásticas operaciones de estética y es de agradecer que el papel sea el de una viuda de cierta edad. Su interpretación, por la que le dieron un Oscar,es divertida y mucho más dulce en versión original, ya que el doblaje le añade una imperiosidad y exigencia en su carácter que no existe en realidad. Nicolas Cage que hace de coprotagonista está extraño y francamente divertido en un papel estrambótico de panadero manco. Todos los demás están estupendos, desde el primero al último. Es de agradecer esa atención general a toda una colección de personajes ya mayores.
Agradable de ver.