Hatari!
Howard Hawks
USA 1962
El DVD (*) que tengo viene con subtítulos en un montón de idiomas peregrinos, tipo árabe, serbio y rumano, pero no en español, así que la veo doblada a mi pesar.
Ya he dicho muchas veces que no me gusta Howard Hawks y no me gusta por este tipo de películas, en la que nos cuela una visión sobre las relaciones personales y amorosas que me hace sentir mal por su falsedad y su troquelado Hawks: hombres rudos (y patosos en el amor), camaradería, el feo simpático, el viejo entrañable, machadas, bebida, peleas, chicas alrededor de ellos… pavoroso. Aunque sé que sobre todo a los hombres les gusta mucho.
Y no me gusta, no porque sea así, sino porque Hawks no es sincero. Después de algunos intentos de hacer películas más personales y no obtener el éxito que él creía merecer (Scarface, 1932) descubre una fórmula que al público le gusta y en la que se apoyará siempre, pero ya con el piloto automático, aunque pudiera tener destellos de gran maestro.
Hatari! tuvo en gran éxito cuando se estrenó. Colorista, rodada en África, simpática, diferentes intérpretes de varias edades con lo que la identificación de la audiencia era más fácil, etc. y una banda sonora de Henry Mancini con una canción que se oyó mucho. Yo también compartí esa visión.
Vista ahora, me sorprenden bastantes cosas. La música que acompaña las primeras imágenes es bastante triste (¿?) y comienza con un drama, un accidente. Toda la banda sonora, menos la canción es muy melancólica y el trasfondo de la historia: la caza de animales no deja buen sabor. Hay un fondo de tristeza general y muy marcado por la música.
Desde siempre los filmes de cacerías han sido problemáticos, incluso en épocas en las que la gente no tenía ninguna suspicacia por la caza de animales. Siempre hemos preferido a héroes que no quisieran cazar por diversión. En Hatari se capturan animales para zoos, pero se los atrapa y esa visión no es agradable.
Hawks parece haber aprovechado unas vacaciones en Tanganika, ahora Tanzania para rodar una cinta. Hay filmaciones de persecuciones de animales en vivo que son visualmente potentes, pero también algunas transparencias incomprensibles que arruinan el resultado final. En general, tengo la sensación de capacidad y maestría, junto con descuido y desgana.
John Wayne hace de él mismo sin demasiado esfuerzo y aparece todo el rato con una clase de chaleco que nunca había visto y parece diseñado para él y para ocultar algo que me pone nerviosa. Martinelli es la clásica chica Hawks cuya vida ha pivotado a la espera de encontrar al héroe masculino y sentimentalmente patoso y lanzarse sin remedio a sus brazos. La subtrama amorosa de John Wayne y Elsa Martinelli me parece espeluznante y horrorosa. Pero a Hawks le motivaba mucho. Se abusa de nombres peculiares que acaban molestando en el oído: el indio, Brandy, Dallas. Me molesta como son tratados los negros, como si no se estuviera en su país o cuando se filma en la ciudad de Arusha se ven un 95% de blancos o indios y casi no hay nativos. Por otro lado, algo habitual en este tipo de cine.
He tenido que ver la película dividida en tres días, porque me resultaba insoportable.