Su juego favorito, 1964

man_s_favorite_sport-273355792-large«Su juego favorito»

(Man’s Favorite Sport?)

Howard Hawks

USA 1964

v.o.s.

Comedia en color con Rock Hudson, Paula Prentiss como protagonistas entre una colección de secundarios siempre eficaces.

Un afamado vendedor de artículos de pesca al que todo el mundo consulta e incluso ha escrito un libro, nunca ha pescado.  Una chica atolondrada y decidida lo pone en el compromiso de participar en un concurso de pesca. Cada escena es una ocasión para dejar en ridículo al personaje de interpreta Rock Hudson.

Se mantiene estupendamente y es divertida.

Bola de fuego, 1941

«Bola de fuego»  (Ball of Fire)

Howard Hawks
USA 1941

v.o.s.

Un grupo de profesores está redactando una enciclopedia gracias a la subvención de un mecenas. El encargado del lenguaje (Gary Cooper) al oír a un repartidor hablar se da cuenta que sus conocimientos de argot están obsoletos, así que decide salir a la calle para ponerse al día. Conocerá a una cantante (Barbara Stanwyck) cuyo novio gángster está en problemas y que utilizara a los profesores para esconderse.
Con un argumento y guion de Billy Wilder (de cuando era guionista antes que director), Howard Hawks dirige esta primera versión en blanco y negro, que después en 1948 volvería a dirigir con el título de «Nace una canción» y en color y cambiando la historia a enciclopedia musical. Curiosamente aunque me guste muchísimo más Gary Cooper, que Dany Kaye, creo que la segunda versión es más acertada. 
Opino que el papel a Gary Cooper no le pega y Barbara Stanwyck es una actriz que nunca me ha gustado. Aunque los brillos del vestido de lamé/plata o lentejuelas que lleva casi suple la ausencia de color del filme.

Hatari!, 1962

Hatari!

Howard Hawks
USA 1962

El DVD (*) que tengo viene con subtítulos en un montón de idiomas peregrinos, tipo árabe, serbio y rumano, pero no en español, así que la veo doblada a mi pesar.
Ya he dicho muchas veces que no me gusta Howard Hawks y no me gusta por este tipo de películas, en la que nos cuela una visión sobre las relaciones personales y amorosas que me hace sentir mal por su falsedad y su troquelado Hawks: hombres rudos (y patosos en el amor), camaradería, el feo simpático, el viejo entrañable, machadas, bebida, peleas,  chicas alrededor de ellos… pavoroso. Aunque sé que sobre todo a los hombres les gusta mucho.
Y no me gusta, no porque sea así, sino porque Hawks no es sincero. Después de algunos intentos de hacer películas más personales y no obtener el éxito que él creía merecer (Scarface, 1932) descubre una fórmula que al público le gusta y en la que se apoyará siempre, pero ya con el piloto automático, aunque pudiera tener destellos de gran maestro.
Hatari! tuvo en gran éxito cuando se estrenó. Colorista, rodada en África, simpática, diferentes intérpretes de varias edades con lo que la identificación de la audiencia era más fácil, etc.  y una banda sonora de Henry Mancini con una canción que se oyó mucho. Yo también compartí esa visión.
Vista ahora, me sorprenden bastantes cosas. La música que acompaña las primeras imágenes es bastante triste (¿?) y comienza con un drama, un accidente. Toda la banda sonora, menos la canción es muy melancólica y el trasfondo de la historia: la caza de animales no deja buen sabor. Hay un fondo de tristeza general y muy marcado por la música.
Desde siempre los filmes de cacerías han sido problemáticos, incluso en épocas en las que la gente no tenía ninguna suspicacia por la caza de animales. Siempre hemos preferido a héroes que no quisieran cazar por diversión. En Hatari se capturan animales para zoos, pero se los atrapa y esa visión no es agradable.
Hawks parece haber aprovechado unas vacaciones en Tanganika, ahora Tanzania para rodar una cinta. Hay filmaciones de persecuciones de animales en vivo que son visualmente potentes, pero también algunas transparencias incomprensibles que arruinan el resultado final. En general, tengo la sensación de capacidad y maestría, junto con descuido y desgana.

John Wayne hace de él mismo sin demasiado esfuerzo y aparece todo el rato con una clase de chaleco que nunca había visto y parece diseñado para él y para ocultar algo que me pone nerviosa. Martinelli es la clásica chica Hawks cuya vida ha pivotado a la espera de encontrar al héroe masculino y sentimentalmente patoso y lanzarse sin remedio a sus brazos. La subtrama amorosa de John Wayne y Elsa Martinelli me parece espeluznante y horrorosa. Pero a Hawks le motivaba mucho. Se abusa de nombres peculiares que acaban molestando en el oído: el indio, Brandy, Dallas. Me molesta como son tratados los negros, como si no se estuviera en su país o cuando se filma en la ciudad de Arusha se ven un 95% de blancos o indios y casi no hay nativos. Por otro lado, algo habitual en este tipo de cine.

He tenido que ver la película dividida en tres días, porque me resultaba insoportable.

Nace una canción, 1948

«Nace una canción»  (A Song is Born)

Howard Hawks
USA 1948

v.o.s.

Un grupo de profesores de música viven encerrados durante varios años, gracias a una donación que peligra, redactactado una gran obra de consulta sobre la Historia de la Música. La casualidad les hace ver que han dejado de lado la música actual. Una guapa cantante de turbio presente alterá sus vidas, como si fuera Blancanieves y los siete enanitos.
Remake de la película en blanco y negro «Bola de fuego» (Ball of Fire, 1941) del mismo director, con historia y guión (en la primera) de Billy Wilder. Había pasado solo siete años, pero la posibilidad de rodarla en un esplendoroso technicolor y quizá la confluencia de contar con los músicos de jazz más destacados del momento favoreciron esta nueva versión.
Cambiar a Gary Cooper y Barbara Stanwyck por Danny Kaye y Virginia Mayo es algo drástico, y el cómico Danny Kaye algo descontrolable. Sin embargo, aquí está comedido, seguramente impresionado por la presencia del director Howard Hawks.
Me parece especialmente divertida la escena del principio con la danza polinesia (¿?) entre la proveedora de fondos de la fundación y el protagonista. El color es esplendoroso. La historia, quizá algo anticuada, pero sin duda, también con su encanto. La dirección correcta, sin nada que remarcar. 
fotogramas que dejan ver el aspecto de la película

La fiera de mi niña, 1938

«La fiera de mi niña»  (Bringing Up Baby)

Howard Hawks
USA 1938

v.o.s.

La he visto después del documental sobre Katharine Hepburn que he comentado antes. Lo he hecho con la esperanza de establecer con la actriz puentes que me permitan disfrutar de la película, que no había comentado antes a pesar de haberla visto un montón de veces.
Comedia alocada tipo screwball (simplificando: batalla de sexos con una mujer de carácter fuerte en una comedia alocada) que tuvo y tiene un considerable éxito y prestigo. Howard Hawks como su director alcanzó su status de incuestionable maestro.
Tiene un guión divertido con multitud de personajes y situaciones que giran en torno a un improbable tímido director de museo (Cary Grant) que se ve arrollado por la persona y personalidad de una joven intrépida de clase alta (Katharine Hepburn).
La película está bien y tiene escenas ocurrentes, pero, no conecto con la interpretación de la Hepburn. No está cómoda y lo noto de forma intensa. Lo cual hace que la película no me acabe de funcionar.
Además es algo que puede compararse, por ejemplo, con su film «Historias de Filadelfia» (1940) en la que vuelve a encontrarse con Cary Grant como coprotagonista y en la que interpreta a un personaje parecido. Sin embargo, el director es George Cukor con el que positivamente la actriz se llevaba muy bien (creo que hiceron ocho películas juntos). Me temo, es una opinión personal, que las relaciones de Hepburn con el director Howard Hawks fueron más complicadas de lo previsto.
Película en la lista AFI. Ocupa el
puesto 97 en 1988
puesto 88 en 2007

El sueño eterno, 1946

«El sueño eterno»  (The Big Sleep)

Howard Hawks
USA 1946

v.o.s.

Esta película está muy bien considerada, por ejemplo, con un 8,1 por IMDb y llena de nombres relumbrantes, desde la novela de Raymond Chandler con su personaje mítico del detective Philip Marlowe, además interpretado por Bogart, acompañado por su mujer Lauren Bacall, en el guión se encuentra William Faulkner y finalmente dirigida por Howard Hawks.
 
Bien, si todos esos son positivamente datos deslumbrantes, el resultado es de una penosidad desconcertante. El novelista Raymond Chandler que era considerado un gran dialoguista, nunca fue llamado por Hollywood para adaptar ninguna de sus novelas. En cambio, lo llamaron para que dialogara otras novelas que no eran suyas (Perdición de Billy Wilder y Extraños en un tren de Hitchcock, malas experiencias por cierto para el escritor). Que en el guión veamos el nombre del gran escritor William Faulkner, impresiona, aunque hasta la fecha no he visto ningún guión en el que participara que se note su presencia.
 
La historia de «El sueño eterno» es interesante cuando la piensas de forma resumida, o cuando lees la novela y te fijas en los diálogos, siempre son divertidos e irónicos, pero en realidad el argumento es notablemente confuso y continuamente se repiten acciones innecesarias y pesadas, por no decir que nada tiene sentido y cuesta una barbaridad comprender la motivación de los personajes, salvo el de Marlowe.
 
En cuanto a la dirección de Howard Hawks, diría que le tengo manía por trabajos como éste, en el que parece que sufre un desinterés y desgana visibles, que apenas tiene momentos interesantes, que es reiterativa, pesada y confusa, que las numerosas escenas que se producen en la casa de Geiger las acabamos odiando  (continuamente se va a esa casa, de horrorosa decoración, con exteriores rodados en estudio, con todos los coches de los implicados a la vista ?) y que parece que no dirige a los actores.
 
Bogart y Bacall están ahí, pero sin duda están solos. El director ni se nota y ellos, quizá actúan un poco desorientados.
 
Puede que para muchos aficionados el valor del mito supere a lo que realmente estamos viendo, pero no es mi caso.
 
 

El sargento York, 1941

«El sargento York» (Sergeant York)
Howard Hawks

USA 1941

v.o.s.

Es una película que puede resultar especialmente interesante porque puede verse de tres maneras completamente distintas:

1) por lo que es y lo que cuenta
2) por sus intenciones veladas
3) por lo que no cuenta

el verdadero Alvin York

Historia real de la vida del soldado más condecorado durante la 1a Guerra Mundial, Alvin York, desde su vida en Tennessee como granjero, su negativa a luchar por creencias religiosas y su posterior convencimiento de que necesitaba abatir alemanes para salvar a sus compañeros.

En el primer aspecto tenemos una gran película clásica de Hollywood idealizando la dura vida de los campesinos estadounidenses (hay momentos en que casi parece una película soviética de la época). Alabando sus esfuerzos y penalidades, el sentido de comunidad de las poblaciones, la cohesión que significaba la religión y la historia de un individuo un poco díscolo al principio, pero llevado al redil por la gracia de Dios.

Hay un tratamiento fordiano (John Ford) de los personajes y ambientes, con la matriarca de la familia prácticamente santificada y una camarería en torno al alcohol bastante típica. Rodada en blanco y negro, casi toda en estudio. Tiene la colaboración en el guión de John Huston y si el héroe americano esta representado por Gary Cooper es una garantía de éxito (fue el propio Alvin York, muy reticente a que su historia se llevara a la pantalla, quien exigió a Cooper para el papel).

En el segundo aspecto, el de las intenciones veladas, tenemos que estamos en 1941 y se trata de mostrarle al público una historia profundamente edificante y con final feliz sobre la incorporación a filas. Es decir, una película de propaganda bélica, modélica en su género, en un momento en que Estados Unidos se preparaba para la contienda. Era tan eficaz, que saliendo de ver la película iban a alistarse.

Y el tercer aspecto, el de lo que no se ve, tenemos el dato profundamente notorio de que no sale NINGÚN afroamericano. Ni en Tennessee, por muy valle apartado que sea. Ni en ningún momento de la película, ni en Nueva York, ni en el frente. Totalmente sorprendente.

También es importante destacar que en la intervención de Estados Unidos en la 1a Guerra Mundial, la mayoría de soldados procedían del campo, de granjas, donde habían vivido en comunidades más o menos aisladas, sin estar en contacto con numerosos virus habituales en otros ambientes. De forma que murieron en una cantidad desorbitada, mucho más que por acciones de guerra, por infecciones víricas. En un momento que todavía no existían antibióticos. Un poco más adelante, entre 1918 y 1920 hubo además la llamada gripe española que se llevó por delante a 20 millones de muertos en todo el mundo.

Los caballeros las prefieren rubias, 1953

«Los caballeros las prefieren rubias»  (Gentlemen Prefer Blondes)

Howard Hawks
USA 1953

Tiene la apariencia de un músical, pero en realidad es una comedia con canciones secundarias y un par de números muy recordables. Marilyn Monroe y Jane Russell conforman una pareja de artistas cuyos intereses sentimentales son opuestos, la primera busca un millonario y a segunda tiene predilección por los que no tienen un céntimo, ambas viajan en barco a París donde se suceden distintas peripecias.
Con un guión bastante sólido, basado en una novela de la afilada Anita Loos. La trama es divertida y entretenida, con algunos diálogos muy buenos y una descripción de personalidades varias bastante lograda. Las dos protagonistas saben conjugarse muy bien y resultan muy agradables de ver.
He tenido la suerte de ver la copia restaurada y es una maravilla de colorido.

Scarface, 1932

«Scarface, el terror del hampa»  (Scarface)

Howard Hawks, Richard Rosson
USA 1932

v.o.s.
blanco y negro

Yo que le tengo cierta manía a Howard Hawks, porque pienso que en el fondo le daba igual su público. Empiezo a pensar que quizá se había tomado demasiadas molestias con “Scarface” y no se lo habían reconocido, a pesar del éxito que tuvo la película.
Lo que sucede es que la cinta es muy intensa y hay elementos que quedan en un segundo plano, como puede ser la realización que es muy cuidada y eficaz, con muchas innovaciones que quedaron incorporadas al cine clásico de gánsteres.
“Scarface” es una ambiciosa y memorable cinta de gánsteres de Chicago, realizada en un momento muy próximo a la realidad que mostraba. La fecha de producción es 1932 y hay que recordar que la matanza del día de San Valentín fue en 1929 y en el mismo 1932, Al Capone fue encarcelado en Atlanta desde donde podía seguir dirigiendo sus negocios, por lo que se le confinó a Alcatraz en 1934. En cuanto a la Ley Seca estuvo en vigor desde 1919 a 1933 cuando fue derogada.
George Raft como Rinaldo y Paul Muni como Tony
Scarface en la película es Tony (Paul Muni), aunque a real Al Capone se le conocía con este apodo por una cicatriz en la cara por corte de navaja. Tony es un matón sin escrúpulos que mata a su antiguo jefe del que es guardaespaldas y se asocia con un nuevo gánster en ascenso y del que ha cobrado para deshacerse del anterior. Tony tiene ambición y es sanguinario, por lo que inicia una carrera de crímenes para obtener poder y dinero y acaba haciéndose con el control de toda la ciudad.
A Tony lo acompaña otro matón que es un gran hallazgo cinematográfico: Rinaldo, un George Raft en su primer papel que borda el personaje y le aporta unos matices peligrosamente seductores: es atractivo, fiel, conquistador, leal, sabe vestir y moverse, y su muerte es honorable y digna.
George Raft conocía el mundillo gánster por haberlo vivido en su infancia y había tratado con algunos de ellos. Tras la película fue inmensamente imitado por los gánsters reales a los que les gustaba su personaje. Un poco como lo que pasó con “El padrino” que descubrió a los mafiosos cómo debían comportarse.
Paul Muni como Tony, que es un personaje complejo, hace una interpretación exhuberante, con muchos matices y con una relación con su hermana que la censura del momento no permitió explorar con más claridad. Aunque a mí me guste más Rinaldo.
Imprescindible.
En 1983 el director Brian De Palma hizo un remake con Al Pacino de protagonista.

ver también momentos  (moneda de Rinaldo / G. Raft)
ver también ya visto
*

Río Rojo, 1948

«Río Rojo» (Red River)

Howard Hawks
USA 1948

v.o.s.

Película con la que he estado a punto de reconciliarme con Howard Hawks, pero no ha podido ser.
Se trata de un western sobre la historia y epopeya de un ganadero (John Wayne) y su hijo adoptivo (Montgomery Clift) para llevar diez mil cabezas de ganado desde el sur de Texas hasta Missouri al acabar la guerra civil americana.
La cinta combina magníficamente las escenas intimistas y las de enfrentamiento, con las de gran aventura en los conflictos que ocasiona el traslado del ganado. A pesar de que el color hubiera subrayado y beneficiado con mucho más énfasis toda la acción, está rodada en blanco y negro, sin que entienda el por qué. La historia se desarrolla con intensidad y eficacia hasta avanzada media película, pero entonces entra en escena la chica y sinceramente, el filme se viene abajo casi completamente. Inicia una relación con Matt prácticamente absurda desde el primer diálogo, en la que deben de mantener una tonta conversación mientras disparan a los indios.
Toda la relación de la chica con Matt es un parche difícilmente soportable. Después la película se recupera un poco, pero el mal ya está hecho.
Tanto John Wayne como Montgomery Clift hacen una interpretación destacable. Los acompaña como es habitual un personaje amable que en este caso es Walter Brenan. Dicen que John Ford, a pesar de su amistad, dudaba de la capacidad dramática de Wayne y después de ver esta interpretación se convenció para que hiciera Centauros del Desierto (1956).

Hay una bonita melodía «Settle Down» de Dimitri Tiomkin que es recuperada como canción en la posterior Río Bravo.

Tener y no tener, 1944

«Tener y no tener» (To Have and Have Not)

Howard Hawks
USA 1944

blanco y negro / v.o.s.

Ya he dicho alguna vez que no me gusta Howard Hawks, en realidad no entiendo cómo sus películas tuvieron tanto éxito. Entre ellas, ésta. Y ahora explicaré por qué.
Se parte de una novela del mismo título de Ernest Hemingway cuyo argumento fue concienzudamente transformado, con la ayuda de nada menos del escritor William Faulkner que hacía de coguionista. Creo que de la novela original sólo queda que el protagonista Harry Morgan tiene un barco y se dedica a la pesca profesional. Todo lo demás está absolutamente cambiado, baste decir que en el texto Harry está casado y tiene tres hijas. Por supuesto que podían alterarlo, pero no sé para que necesitaban, ni a Hemingway ni a su novela y cómo el escritor pudo estar de acuerdo con ello.
A partir de aquí nos encontramos con una historia nueva al servicio de los actores protagonistas, básicamente Humphrey Bogart en una espléndida madurez y de largo lo mejor de la película, y la principiante Lauren Bacall de belleza y maneras singulares. La acción sitúa en el Caribe en la isla la Martinica, donde el gobierno francés colaboracionista impone la restricción de libertades. Es importante notar que la película está rodada en 1944 cuando la Segunda Guerra Mundial no ha terminado, así que las maniobras a favor de la próxima liberación son premonitorias y dignas de aplauso.
Ahora bien, una cosa es que las tesis sean positivas y estimulantes y otra es que nada tenga algún sentido. Nada de lo que sucede se sigue de alguna lógica: el personaje de Lauren Bacall/Marie no hay por donde cogerlo, ni por qué hace tantos viajes a la habitación de Bogart y que además cante como una almeja, ni el personaje de la mujer de Bursac en una situación extraña donde las haya, o que el dueño del hotel no pare de ir a buscar a Harry/Bogart, o que necesiten pagar tanto para logar un acto a favor de la Francia libre (?), o que los policías al final se queden con el dueño del hotel a su disposición. Otro personaje que acabas odiando es el borracho que interpreta Walter Brennan, ¿pero hace alguna gracia que sea alcohólico y esté al borde del delirium trémens, es decir, enfermo? todo el rato estamos pendientes de que meta la pata. No es para nada entrañable: es irritante.
Todo está diseñado para caer bien, para hacer bonito, para hacer gracia, para que las chicas resulten despampanantes, vale. Me parece ideal para quien guste, pero no es mi caso. Hay un velado desprecio por la audiencia que se presupone no se preocupará por lo que le están contando, tan sólo por los detalles efectistas. Parece que la cinta se justifique en la frase de Lauren Bacall del silbido, pero no deja de ser algo aislado que se usó en la prueba de la actriz y luego se metió con calzador en la historia. Lo que no impide que sea mítica.
Hay quien explica que el director Howard Hawks estaba infravalorado en Hollywood y fue desde Europa donde se le revindicó y se le dio ese estatus de creador que merecía. (1) Pero no es exactamente cierto, cuando Hawks hizo esta película tenía un gran prestigio y poder en Hollywood. Hawks que era conocido también como «el zorro gris» venía de una familia adinerada. Hablaba de tú a tú con Hemingway al que le pidió su novela más «birriosa» para filmar. Es cierto que el argumento se cambió por motivos del gobierno al que no le gustaba una historia de Cuba y de traficantes en ese momento. Hawks tenía el poder de alterar el argumento de la historia como le pareciera y hacer cosas tan discutibles como colocar a su amante Dolores Moran (la esposa de Bursac en la cinta) en un papel a su medida, que no lo fue tanto porque esperaba beneficiarse a la primeriza Lauren Bacall y favoreció su intervención. Todo ello considerando que Hawks estaba casado y además aparte de la Moran también tenía otra relación con una extra llamada Dorothy Davenport. ¡Ménudo zorreo!. Lo que pasa es que le salió rana, porque Bacall se enamoró de Bogart y después se casaron, aunque en ese momento Bogart también estaba casado (se suele exculpar a Bogart diciendo que su mujer era inestable y alcohólica, sin embargo, el propio Bogart tenía los mismos problemas). ¿Cuánto alcoholismo, no? Todo esto está muy bien si no fuera porque la Bacall era una chica muy joven (20 años) y vulnerable que provenía de un hogar desestructurado y pobre y tenía unas ganas locas por triunfar. Es cierto que tanto Hawks (48 años) como Bogart (45) la ayudaron en su carrera, pero no parece que fuera un interés desinteresado. Tiene toda la pinta de un abuso de poder por parte de ambos. Toda esta historia sirve para poner de manifiesto la posición que el «pobre» Hawks ocupaba en Hollywood y (2) su justificada extrañeza cuando venía a Europa y lo consolaban porque no había sido suficientemente apreciado como creador y sólo era considerado un artesano. Es cierto que nunca ganó un Oscar, pero no creo que anhelara ser un creador tan «venenoso para la taquilla» como se consideraba a Orson Welles.
***

(1) Parece mentira que un documental realizado para la mayor gloria de sus protagonistas y ensalzamiento de sus relaciones: «A Love Story: The Story of To Have and not To have» (2003) de unos diez minutos y que viene junto al DVD de la película, contenga tanta información aparentemente positiva, que se convierta en realidad en algo profundamente negativo,
(2) entrevista al director durante su visita al festival de San Sebastián en los años setenta. Este extra se encuentra en el DVD de «La fiera de mi niña»

El Dorado, 1966

«El Dorado«

Howard Hawks
USA 1966

v.o.s.

No me gusta nada, nada, el cine de Howard Hawks. Del gran Hawks. No me explico por qué. Debe de haber algún motivo que ya encontraré porque es un asunto que me tiene intrigada. Es algo parecido a lo que me pasa con John Ford. Con Ford ya he averiguado que sucede, pero no con Hawks, aunque ambos suelen hacer un cine de hombres y para hombres. En el que predomina la amistad masculina, la camaradería, la bebida… y cuando aparece una mujer siempre esta al servicio de algún hombre o puramente de adorno.
Empieza la película y intento no tener una predisposición negativa, pero no me gustan nada los cuadros  pintados con escenas del Oeste como títulos de crédito. Después intentan contratar a John Wayne como pistolero, como uno de los mejores en ese momento y resulta que está muy mayor (59 años). Después presenta una cierta minusvalía pero no es debida a su edad. Lleva al chico muerto a su rancho y no hay ni una muestra de duelo de sus familiares, la chica de los MacDonald va demasiado pintada, con el pelo crepado y unos pantalones ajustados imposibles, la otra chica ya un poco mayor en cuanto se puede me la muestran en corsé, una india/o mexicana en una ventana está fumando un cigarrillo (no era un invento muy reciente ?), etc…
Todo es demasiado parecido a «Río Bravo» (1959): el borracho, el chico joven, el viejecito simpático, la chica con poca ropa, las idas y venidas de la cárcel al saloon, y a mí ya no me gustó la del 59, ahora verla repetida de alguna manera me parece sólo apto para incondicionales de Hawks.
John Wayne está como solía estar en esta época, no diré que mal, pero no me gustaba. Sólo me volvió a convencer en «Valor de Ley». Robert Mitchum está adecuado para su edad y papel, aunque lo del borracho otra vez cansa. James Caan como Mississippi no me dice nada, es una presencia menor. Es cierto que hay alguna escena y algún diálogo que son brillantes. Así como la fotografía y la iluminación. 
Una vez vi un documental sobre Howard Hawks en el que hablaba sobre cine y explicaba sus puntos de vista. Recuerdo que hubo un detalle que me llamó la atención. Hawks decía que no entendía una película como «Grupo Salvaje» (1969) y yo me dije, he ahí el problema, resulta que es una de mis película favoritas y no sólo la entiendo sino que estoy plenamente de acuerdo con sus tesis y planteamientos.