Los viajes de Sullivan, 1941

«Los viajes de Sullivan»  (Sullivan’s Travels)

Preston Sturges
USA 1941

blanco y negro / v.o.s.

Obra del celebrado director de comedias Preston Sturges (Chicago 1898-1959), con el que lamentablemente no acabo de sintonizar.
«Los viajes de Sullivan» cuyo título y peripecias están basadas remotamente en la novela «Los viajes de Gulliver» de Jonathan Swift, es una película muy bien considerada, hasta el punto de estar seleccionada por la Bibilioteca del Congreso en Estados Unidos por su contenido histórico y significativo. Punto en el que estoy completamente de acuerdo ya que tiene sobre todo esos valores.
La acción se sitúa en torno a la Gran Depresión americana de los años treinta. Un director exitoso de comedias ligeras (Joel McCrea=Sullivan) siente la necesidad de rodar un drama social que refleje la realidad del país. Como su vida en Hollywood está lejos de cualquier situación de precariedad decide vestirse como un pobre y sin dinero salir a conocer de primera mano la situación de los indigentes y excluidos sociales. Las circunstancias hacen que necesite hacer varios viajes con diferente resultado. En ellos conoce a una chica (Veronica Lake) con la que compartirá aventuras. Al final llegará a la conclusión que es precisamente haciendo reír como puede ayudar a esas clases desfavorecidas.
El planteamiento es muy interesante y tiene escenas y situaciones muy ilustrativas del momento. Sin embargo, y a pesar de que tiene momentos muy logrados y divertidos (p.ej. la persecución del coche y la caravana), el resultado es desasosegante. No me parece buena idea mezclar comedia con drama. La parte final es de un dramatismo (al que hay que alabar su realismo) excesivo que choca con el tono general de la película. Sullivan logra salvarse del infortunio circunstancial y aprende que lo importante es hacer reír. Pero sería interesante que además intentara aliviar la situación de por lo menos aquellos con los que ha compartido miserias. 

Por otro lado, la elección de actores, para mí, es poco afortunada. Joel Mccrea no me entusiasma (parece el hermano tonto -aún más- de William Holden). En cuanto a la chica, el personaje es muy poco creíble. En cuanto ella llega a la casa de Sullivan ya no puede existir inocencia. Veronica Lake era una actriz muy limitada, muy conocida por sus trabajos junto a Alan Ladd en cine negro (los pusieron juntos porque él medía 1,65 y ella 1,51) y cuyo atractivo principal era exhibir su melena rubia que normalmente le tapaba un ojo (lo que en su día originó un conflicto laboral en las fábricas de armamento durante la Segunda Guerra Mundial, ya que las chicas copiaban su peinado -llamado peekaboo- y había bastantes acccidentes). Lo que no quita para que Veronica fuera una persona con un transfondo trágico entrañable digna de mejor suerte.
En definitiva, una comedia-drama interesante a revisar.

 Película en la lista AFI. Ocupa el
no figura en 1998
puesto 61 en 2007

Las tres noches de Eva, 1941

«Las tres noches de Eva» (The Lady Eve)

Preston Sturges
USA, 1941

Por recomendación literaria de Fco. Casavella veo lo que según él es una maravillosa película.

Siento disentir y es que reconozco la valía de Henry Fonda y Barbara Stanwyck, pero no me gustan. En casos así es cuando te das cuenta de que la cita de Ortega y Gasset que acompaña este blog tiene toda la razón. Son películas que funcionan porque te gusta ver a sus protagonistas. La cinta es divertida, tiene algunos momentos muy buenos y otros espantosos, como la escena en que están los dos hablando en una posición imposible para dar bien en cámara y ella no para de tocarle la cabeza y el pelo. Ver caer a Henry Fonda tantas veces tiene su punto, pero no me gusta la historia y el final me parece imposible; el comportamiento de la segunda Eva no lo empujaría a la primera, sino que lo desengañaría de cualquier mujer.

La escena de la cena, cuando Barbara hace de Lady y Henry Fonda no para de tener percances con su ropa, me parece es sin duda la inpiración de la famosa cena de la película «El guateque» (The Party, 1968) de Blake Edwards, en la que sin duda se le rendía homenaje.