Cosas que hacer en Denver cuando estás muerto, 1995

«Cosas que hacer en Denver cuando estás muerto»

(Things to Do in Denver When You’re Dead)

Gary Fleder

USA. 1995

v.o.s.

Verdaderamente no entiendo el por qué hay películas parecidas: «Reservoir Dogs«, 1992 (Quentin Tarantino), o  «Sospechosos habituales«, 1995 (The Usual Suspects, Bryan Singer) que se convierten en films de culto y míticas y otras, por por ejemplo ésta, pasan desapercibidas.

Cosas que hacer en Dever no es una película perfecta. Le falta un no sé qué para ser absolutamente redonda, pero es uno de esos thrillers mágicos que diciendo lo mismo se elevan por encima de casi todo gracias a la calidad de los intérpretes, al mecanismo de la historia y a todos los pequeños detalles de amor por el género.

El argumento es muy agradecido. Denver (por supuesto, que es como decir ningún sitio). Jimmy El Santo (Andy García) es un antiguo matón o ganster que intenta ganarse la vida con un negocio prometedor: graban a personas próximas a morir para que dejen a sus deudos un testimonio de todo lo que quieran contarles. Sin embargo, la cosa no acaba de ser rentable. El que había sido su jefe, ahora paralítico en silla de ruedas, «El hombre del plan» (Christopher Walken), que también yo lo llamaría «la cabeza parlante», le pide un último favor: que convenza a novio de la chica de la que estaba enamorado el hijo del hombre del plan, para que la deje con la esperanza de que su hijo la recuperará y así dejará esa costumbre tan fea que tiene de hacer de pederasta.

Jimmy se aviene al plan, aunque no le gusta. Necesitará a cuatro compinches, con los que tiene una relación de amistad para realizarlo. Jimmy sabe que son problemáticos, pero los aprecia, cada uno de ellos será un problema y un caso. Los más sobresalientes son Christopher Lloyd como el «Pedazos» porque va perdiendo dedos, y Treat Williams como «Critical Bill» en un personaje inenarrable. 

La cosa sale mal, porque no puede salir de otra manera. Así que el hombre del plan se enfada y le dice a Jimmy que matará a todos sus amigos menos a él. Jimmy intenta solucionarlo sin éxito. Y aquí el factor amistad les redime cualquier reparo moral. Envían a un personaje con carisma como asesino Mr. Shhh (Steve Buscemi). 

Creo que la historia y sus giros son muy buenos. Los personajes y los actores también. Quizá le faltaría algo de acción al final que resulta pausado.

Pienso que Andy Garcia es un actor muy apropiado para este papel y que lo resuelve con nota. Hay quien puede pensar que es un personaje hecho muy a su medida: entre ángel y demonio, con aquellas caritas de malo bueno que nos cae bien. También ha sido un lastre para su carrera que nunca ha podido despegar del todo. Siempre comparado con Al Pacino y Robert De Niro, y Andy como el hermano pequeño. O hacia el lado que ocupó Antonio Banderas, demasiado latino y sexy para el gusto más sobrio de García.

Pienso que la película debería estar entre las habituales de culto y míticas.

Los violentos años veinte, 1939

«Los violentos años veinte»  (The Roaring Twenties)

Raoul Walsh
USA 1939

v.o.s.

A partir de una novela basada en hechos reales, se recrea la situación creada por la Ley Seca y la criminalidad que se asoció a ella. Tres jóvenes se conocen en las trincheras europeas de la IGM y después se asociarán durante la prohibición en su regreso a casa.
Considerando la gran experiencia que ya tenía Raoul Walsh como director en ese momento, no tengo la sensación de encontrarme con ninguna singularidad. El guión y la historia son muy convencionales y está todo orientado a la moralina y al cliché. Ni punto de comparación ni con «Hampa dorada» (1931), «Enemigo público» (1931), o «Scarface» (1932), con las que suele compararse.
James Cagney, como siempre, está muy bien. Y Humphrey Bogart en un papel de malo nos muestra lo fácil que hubiera sido que lo hubieran encasillado siempre en esos papeles, lo que afortunadamente no sucedió.

Los intocables de Eliot Ness, 1987

«Los intocables de Eliot Ness»  (The Untouchables)

Brian De Palma
USA 1987

v.o.s.

Brian De Palma está especialmente inspirado en esta película, que destaca por el esmero empleado en todos y cada uno de sus elementos: guión de David Mamet, música de Ennio Morricone, fotografía, decorados y vestuario.
Estados Unidos, Chicago, Ley Seca, años 30, el gánster Al Capone es el rey y tiene comprada a la ley.  Un agente federal, Eliot Ness (Kevin Costner)  es nombrado para intentar detener a Capone y poner coto a los negocios ilegales. Ness consciente de que casi todo el cuerpo de policía es corrupto, forma una unidad especial -Los intocables- para perseguir el crimen.
Eliot Ness fue un agente del tesoro real que contribuyó a que Capone fuera a prisión por impago de impuestos, así como su grupo de intocables (no corruptibles) para combatir el crimen organizado en torno a la Ley Seca.
En los años sesenta hubo una serie de televisión muy famosa llamada «Los Intocables» y Eliot Ness era Robert Stack.
Se trata de una película destacable, una gran producción con un gran cuidado en su realización. Entre los actores destaca Kevin Costner como Ness, Robert De Niro como Capone, en una clase de papel que quizá repite demasiado, pero lo hace muy bien. Sean Connery en un papel carismático y Andy García.
Lo único que no me gusta de la cinta es esa presentación que hace del bien y del mal. Los unos son el extremo de la bondad y rectitud y los otros la maldad absoluta. No hay matices. 
Sobresale la escena de la escalera en la estación, homenaje a la película soviética «El acorazado Potemkin» (1925) de Eisenstein.

Hampa dorada, 1931

«Hampa dorada»  (Little Ceasar)

Mervyn LeRoy
USA 1931

v.o.s.»

En ese momento hubieron tres películas muy significativas del género de gángsters: ésta, «Enemigo público» (1931) y «Scarface» (1932), que marcaron época y entraron con fuerza en el nuevo cine sonoro. De las tres, Little Caesar es la que menos me gusta, la que está más cerca del cine mudo.
 
La presencia de Edward G. Robinson es destacada, pero muy esquemática. Para darle algún interés romántico incluyen la presencia de Douglas Fairbanks Jr. en plan guapo, como el amigo del protagonista, y a pesar de que es un actor que me encanta, sus registros son limitadísimos. 
 
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