Silencio, 2016

Silence-New-poster-2«Silencio»  (Silence)

Martin Scorsese

USA 2016

v.o.s.

 

En el siglo XVII dos jesuitas portugueses van a Japón para averiguar si un antecesor de la orden ha apostasado como dicen los rumores. En esa época el país del Sol Naciente, después de un periodo de tolerancia religiosa, se encuentra en un momento de persecución feroz del cristianismo.

El argumento se basa en una novela del escritor católico japonés Shusaku Endo publicada en 1966, basándose en una historia real y de ficción. El director ha hecho una cinta bastante larga de casi tres horas en la que predominan de forma excesiva las torturas japonesas, de forma que es lo que más recuerdas en detrimento de otros aspectos espirituales más complejos.

Es una película densa, cuyo desarrollo es mejor en la última parte. Está bien realizada, un poco lenta en la primera parte.

Argumentalmente resulta chocante, sino imposible que la mayoría de los japoneses hablen el idioma de los jesuitas: sea inglés por la película o portugués en la situación original. O que los sacerdotes no dominaran mínimamente el japonés para desplazarse a una zona en la que no encontrarían contactos amigos. No es importante, pero este tipo de incongruencias hacen que te separes de lo que cuentan.

El título de Silencio hace referencia al supuesto silencio de Dios, la falta de constancia de que te escucha. En conclusión: es una película estimable, ninguna duda de la maestría de Scorsese, demasiadas torturas, desoladora y triste.

El lobo de Wall Street, 2013

«El lobo de Wall Street»  (The Wolf of Wall Street)

Martin Scorsese
USA 2013

v.o.s.

Basada en el libro de memorias de corredor de bolsa, Jordan Belfort, que se hizo rico trapicheando en bolsa en los años noventa.
Desde la primera imagen, la película ya nos anuncia que será un desfase y ese será parte de su atractivo y de su lastre. Hay demasiado desfase. Ya no porque no pudiera haberlo, sino porque no hay persona humana que pueda resistirlo, sin resentirse. El protagonista se somete a una dieta de ego, estrés, drogas, medicamentos, sexo… durante varios años sin que aparentemente su cuerpo de pase factura. Algo no cuadra.
Jordan Belfort llegó a Wall Street a finales de los ochenta en un momento de caída de mercado y supo descubrir entre las costuras del sistema financiero formas de enriquecimiento insospechado: vendiendo acciones de compañías basura que no cotizaban en bolsa, cuyas comisiones eran muy altas, gracias a una labia sin límites. Y a partir de ahí montó un gran negocio multimillonario, pero que rozaba y traspasaba todos los límites permitidos.
Martin Scorsese vuelve a elegir a Leonardo DiCaprio, que se deja la piel en una interpretación de gran desgaste. Pero, me recuerda bastante a «El aviador» lo que no es bueno y por otro lado, la ambigüedad moral del personaje tampoco lo beneficia. Es un estafador simpático y eso es complicado, porque nunca nos muestran las verdaderas consecuencias de sus estafas, nunca vemos a sus estafados, que se nos dice son culpables de codicia.  Al fin y al cabo la historia la cuenta el mismo personaje.
La película es muy larga, casi tres horas. Y aunque densidad de todas la interpretaciones es muy alta, la sensación es de repetición de esquemas, siempre se está contando lo mismo y resulta reiterativo. Desde luego Scorsese es un maestro en dar espacio a cada actor para que se luzca (sorprendente Jonah Hill) y filma como nadie las interrelaciones de amigos peligrosos, pero al final solo nos quedamos con dos o tres escenas: el impresionante diálogo/actuación entre Mathew McConaghey y el protagonista, la llamada telefónica en el club de campo y el regreso a casa (no digo más), y alguna otra.
Una cosa me ha quedado clara: invertir en bolsa es exactamente como jugar en un casino, básicamente una estafa. La casa siempre gana.
el Belfort real y su intérprete

Alicia ya no vive aquí, 1974

«Alicia ya no vive aquí»  (Alicia Doesn’t Live Here Anymore)

Martin Scorsese
USA 1974

v.o.s.

Alicia (Ellen Burstyn) es una mujer de treinta y pico que acaba de enviudar. Sin recursos y con un hijo de once años, decide trasladarse desde Nuevo Mexico a Monterrey en California, donde recuerda con nostalgia haber tenido una breve carrera como cantante antes de casarse.
No sé qué clase de poder tenía Ellen Burstyn en Hollywood, para que la dejaran escoger o buscar un guión que a ella de gustara y además también eligiera el director. Dice la actriz que estaba cansada de argumentos en los que la mujer era una simple comparsa del protagonista masculino. Desde ese punto de vista, la película tiene un planteamiento absolutamente feminista, muy acorde con el momento en el que se rodó y que le proporcionó bastante fama secundaria.
Que la actriz se decidiera por un director tan absolutamente valedor del punto de vista masculino es cuanto menos chocante. También es curioso que en el making off de la película que incluyen no aparezca Martin Scorsese para hablar de la película, ya que acosumbro a ver al director en toda clase de reportajes de hablan de cine. Presumo que las relaciones finalmente no fueron tan buenas. En cualquier caso y a pesar de que Ellen Burstyn se muestra muy satisfecha con la cinta, tengo la sensación que el punto de vista de la historia tanto puede ser el de ella como el del niño, con el que me imagino Scorsese tenía más puntos de contacto. Y de forma definitiva, el personaje que está mejor retratado es la aparición puntual de Ben = Harvey Keitel.
A mí el argumento no me gusta por tramposo. Nos muestran una serie de hechos que desembocan en diferentes situaciones a cual más discutible.
– ¿ El marido de Alicia es el padre del niño ?  Duda que no despejaremos, pero no lo parece.
– Alicia se dirige a Monterrey para ser cantante porque cree que puede volver al momento antes de casarse y ser feliz. Pero durante el camino, ya actúa de cantante en un local y ya vemos, y ella también, que es una cantante limitada con pocas posibilidades de triunfar, que además su trabajo la sitúa en un ambiente y horarios poco aconsejables para criar a un adolescente. Pero es igual, ella quiere ir a Monterrey a lo mismo.
– Momentáneamente acepta un empleo de camarera en una cafetería, pero dado que no es su sueño, se siente desgraciada.
– Sus relaciones con los hombres son nefastas por su falta de personalidad, formación y sentido de la realidad.
– David (Kris Kristofferson) tiene un rancho o un terreno con un par de caballos y una vaca, no se ve más. En el que no trabaja aparentemente nadie más que él, pero se pasa el día en la cafeteria donde trabaja Alicia y al final está dispuesto de dejarlo todo para acompañar a Alicia a Monterrey, por aquello que los sueños de uno, siempre son contra los de otro.
La película plantea un horizonte de esperanza, lucha e ilusión para lograr sus sueños de la protagonista. Pero, lo hace de la peor manera posible. Alimentando esa especie de realidad fantasiosa y perniciosa en la que en lugar de invitar a la gente a ser ella misma, a formarse, a endurecerse, etc. se la impulsa a querer ser artistas, famosos o especiales, para convertirlos en unos desgraciados de por vida.
Llevamos medio siglo instalados en la postmodernidad y no parece que las ideas precedentes pasen a mejor vida, al contrario. Y que sería hora que la gente asumiera que es preferible ser una buena camarera, a una mala cantante. Que de ninguna manera una cosa es mejor o peor que la otra y que la fama no es necesariamente algo bueno que puede pasarte.

El rey de la comedia, 1982

«El rey de la comedia»  (The King of Comedy)

Martin Scorsese
USA 1982

v.o.s.

Robert (Robert De Niro) es un cómico sin estrenar que además tiene una personalidad patológica y una fijación por el cómico de éxito Jerry (Jerry Lewis). Primero intenta una aproximación a su ídolo por la vía de fan y logrando que Jerry acepte ver una cinta suya. Cuando no logra sus propósitos en primera instancia, lo secuestra ayudado por otra fan también perturbada, para obligarlo a cederle espacio en su programa televisivo. Robert tiene éxito en su primera actuación y después de pasar un tiempo en la cárcel, puede incorporarse al mundo del espectáculo con la ventaja de ser un personaje mediático.
 
Comedia amarga que reflexiona sobre diversos temas que bordean la vida de una persona famosa y de quien desea serlo, con unas conclusiones muy desalentadoras.
 
Supongo que a Scorsese le apetecía, como buen cinéfilo que es, trabajar con Jerry Lewis. Lástima que se trate de una comedia tan desasosegante, pero el cómico hace un buen trabajo.  

Toro salvaje, 1980

«Toro salvaje» (Raging Bull)

Martin Scorsese
USA 1980

blanco y negro / v.o.s.

Me siento muy contrariada cuando una película que está considerada una obra maestra no me gusta. Me hace pensar que ese idilio que mantengo con el cine es algo frágil y nuestra ruptura está a la vuelta de la esquina.
«Toro salvaje» está considerada casi la mejor película de los ochenta y desde luego una de las mejores de la historia del cine. Ocupa la posición número cuatro en la lista del Amercian Film Institute del 2007.
Sin embargo, ha sido una pequeña tortura verla. No me gusta el boxeo y apenas soporto el cine de mafia. Martin Scorsese no es uno de mis directores favoritos y Robert De Niro pienso que está sobrevalorado, aunque puntualmente ha hecho cosas que están muy bien. Los dos dieron lo mejor de sí mismos en «Taxi Driver» pero en «Toro salvaje», todo me parece discutible.
Basada en el libro autobiográfico, Scorsese filma la historia de Jake La Motta, boxeador de los pesos medios que triunfó en los años cuarenta, llegando a ser campeón mundial. La atención se centra en la etapa de adulto. No conocemos ni sus orígenes, ni su infancia y muy pocas cosas de su entorno. No es hasta después, que te das cuenta de lo poco que se cuenta sobre la vida del boxeador. El filme se centra básicamente en sus peleas en el ring y después en diversos episodios casi todos de índole paranoica: relacionados con su carácter, su hermano y su mujer, pero poco más. Hay un apéndice sobre su curiosa dedicación al mundo del espectáculo en forma de monólogos clásicos y cómicos.
Es decir, que te tragas toda la cinta con todo su contenido de violencia gratuita y desagradable y al final te das cuenta que no conoces al personaje principal. No lo conoces porque Scorsese no ha querido mostrarlo. Lo que nos muestra es un calco de sus peleas, rodadas en ficción por él. Así como destellos de la vida en el barrio humilde de Nueva York (Lower East Side/Little Italy), el mismo para La Motta y Scorsese. Ver cómo se pelea y maltrata a todo el mundo no es ningún ejercicio de aproximación.
En cuanto a la interpretación de Robert De Niro es memorable y por ello del dieron el Oscar. Se suele
Robert de Niro como Jake La Motta
destacar el aumento de peso. Desde luego es increíble que engordara tanto y después adelgazara. Destacaría como se preparó para las peleas (con el mismísimo La Motta) y su capacidad de improvisación, pero bien mirado, no es una buena interpretación en el sentido que te transmite a un personaje vacío. Destrás de toda esa parafernalia interpretativa, no hay nada, ni nadie. Y eso es un fallo. Sí, a mí también me impresiona, por ejemplo, la escena de cuando está arreglando el televisor, hablando con su hermano y comiendo un bocadillo. Pero son fuegos artificiales. 
Jake La Motta (de joven y de mayor)
Además lo he confirmado por otra vía. Resulta que el DVD viene acompañado con una serie de extras. En uno de ellos se entrevista a la oscarizada montadora de la película, Thelma Schoonmakewr,  y a Jake La Motta en persona. Entonces te das cuenta de que De Niro no ha sabido captarlo. La Motta en persona es un ser patético y conmovedor. Cuando recita el famoso párrafo de «la ley del silencio» es, genial ¡por Dios!, es otra cosa, es lo que tendría que haber sido la película y no ha sido.
Es cierto que Scorsese hace un gran trabajo cinematográfico desde un punto de vista técnico, sobre todo en la sublimación de las peleas en en el ring, pero todo lo demás lo encuentro carente de profundidad y emoción.

Anexo
Después de ver «Toro salvaje» tienes la sensación de que todos ellos: Scorsese, la Motta y de Niro están pensando en «La ley del silencio» (On the Waterfront, 1954, Elia Kazan), Scorsese en la película y los demás en Marlon Brando. Desde luego hay muchas referencias cruzadas entre las dos. «La ley del silencio» (que comentaré mañana) tiene una historia distinta, pero ambas hablan de Nueva York, la mafia, un hermano, un boxeador que pierde un combate, un personaje negativo que acaba teniendo su redención.

De Niro no quiere imitar a Brando y hace otra cosa y no queda nada porque no hay alma. Jake la Motta dice el monólogo, imitando a Brando y trascendiéndolo magníficamente porque lo ha vivido y puede expresar esa emoción.

Yo no pienso que «la ley del silencio» es mejor que «Toro salvaje». Buscando un simil literario creo que la película de Scorsese es como James Joyce y la de Kazan es como Dostoyevski. Toro salvaje es una película mucho más moderna y estílisticamente más atractiva. En La ley… todo está masticado y en Toro… sugerido.

Película en la lista AFI. Ocupa el
puesto 24 en 1998
puesto 4  en 2007

La edad de la inocencia,1993

«La edad de la inocencia» (The Age of Innocence)

Martin Scorsese
USA 1993

v.o.s.

Película de época basada en la novela ganadora del premio Pulitzer de la escritora estadounidense Edith Wharton (1862-1937) publicada en 1920. En ella trata del ambiente de la alta sociedad neoyorquina hacia 1870. El eslogán era: «En un mundo de hipocresía y traición, ellos se atrevieron a romper las normas».
Cabe decir que ciertamente se trataba de un mundo de hipocresía y traición, pero «ellos» se atrevieron a bastante poco y no rompieron norma alguna, por lo menos en la película, ya que el libro no lo he leído.
Scorsese filma esta historia de época sobre una sociedad que a falta de tradición y solera, imponía reglas sociales muy rígidas para tener la ilusión de tenerlas. Edith Wharton describe un mundo que apenas recuerda y en fondo le gusta sublimar a pesar de sus inconvenientes. Hay un aire muy a lo Henry James y Marcel Proust. En cuanto a Martin Scorsese la ve con ojos visconianos, decididamente está bajo el influjo de Luchino Visconti: los cuadros, los vestidos, las vajillas, las cenas… aunque logra trascender ese aspecto preciosista e intenta profundizar en los temas.
Sin embargo y como ya comentaba a propósito de la película «La regla del juego» de Jean Renoir, cuando se describe el ambiente de la clase alta, de por sí, la recepción «siempre» es negativa, aunque la intención no lo sea, aunque nos parezca deseable. ¿Por qué realmente que hace toda esa gente? : nada de valor. Se mueven en ambientes suntuosos para ser vistos y ver, van al teatro y la opera para ser vistos y ver, gastan mucho y se esfuerzan en conservar sus fortunas. Llevan una especie de simulacros de vida en la que si faltara el dinero no quedaría nada y se entregan a fantasias amoriles transgresoras para darle cierto color a la existencia. No hay mas que fijarse en el personaje de la abuela Mrs. Mingott que está tan obesa por sus excesos de comida que ni siquiera puede moverse por su casa y vive postrada sepultada entre perritos falderos y es presentada como un personaje deseable y radiante gracias a su portentosa casa y fortuna. 
En «La edad de la inocencia» hay eso y poco más. Podemos pensar que a pesar de sus restricciones era una época maravillosa, siempre que tuvieras mucho dinero y no estuvieras al otro extremo de la ciudad siendo protagonista de «Gangs of New York» (2002) del mismo director y donde se muestra un mundo despiadado.
Otro problema de la historia es que nos cuenta un romance que no acaba de funcionar. Supongo que Newland (Daniel Day-Lewis) se siente atraido por Ellen la condesa Olenska (Michelle Phieffer) y le gustaría seducirla y fantasear con la posibilidad de huir, no esactamente con ella, sido de su propia predeterminada vida sin sorpresas futura. Pero si hubiera podido acostarse con ella se le habría pasado el calentón. En cuanto a la condesa Olenska me resulta difícil comprender por qué se siente atraída hacia él, ya que carece de todo atractivo romántico.
No me acaba de gustar el trío protagonista. Tanto Day-Lewis, como Pheiffer van de sublimes sin conseguirlo. Es una lástima que la tercera en discordia sea Winona Ryder que tuvo unos comienzos interesantes en su carrera y ahora parece tan caída en desgracia.
Reconozco que todo esto es algo que puede verse en la película o puede verse en clave de cualquier otra cosa.

Malas calles, 1973

» Malas calles »  (Mean Streets)

Martin Scorsese
USA 1973

v.o.s

Siempre he tenido una cierta mala relación con Scorsese porque sus áreas de interés son completamente diferentes a las mías. En particular no me gustan las películas de mafia o de la vida de hampones y sus circunstancias. Sin embargo, es evidente que la aportación del director en cuanto a la forma de ver y tratar ese mundo es muy original y en su momento muy innovadora.
Con Mean Streets nos encontramos con uno de los primeros largometrajes del director, en el que trata la vida en un cierto ambiente de barrio italiano de Nueva York (Little Italy). Los protagonistas son Charlie/Harvey Keitel que se debate entre ciertas obsesiones religioso-místicas (será capaz de soportar el fuego del infierno ?), su trabajo periférico alrededor de su tío mafioso y unas amistades complicadas: un amigo Johnny Boy/Robert De Niro que está majareta y su prima que pretense ser la novia de Charlie que es epiléptica.
Al parecer la Mafia tenía una estética difusa e imprecisa. Entonces llegó «El Padrino» (1972) con un éxito arrollador y entonces los mafiosos (los de verdad) encontraron su Biblia y a partir de entonces definieron su estilo copiando a la película.
Puede que no sea casualidad que Malas calles sea del año 1973, justo después de El Padrino, con una estética distinta. Como diciendo, pero si yo ese ambiente lo conozco de primera mano y no es tan clásico, ni esteticista… es más caótico. Scorsese nos presenta un cojunto de personajes que intentan llevar una vida coherente, pero todas las situaciones son desquiciadas, con la imposibilidad de mantener el más mínimo control.
La dirección es original y muy novedosa en su momento. La cámara al hombro siguiendo a los personajes, la pelea en los billares, la borrachera de Charley… La actuación de De Niro, en el que sería la primera colaboración con el director, es sobresaliente.

La banda sonora está sacada de la propia discografía de Scorsese, en la que suenan éxitos del momento mezclados con canciones italianas, especialmente horripilantes. Así como el local de Tony me parece bastante espantoso: la mejor antesala de lo que puede ser un infierno (feo, oscuro, monótono, aburrido, fuera del tiempo).

Estaba buscando quién había hecho el poster de la película, pero no lo he encontrado, no figura. Sin embargo, en los créditos aparece un «animal trainer», ¿ sale algún animal en la película ?

La invención de Hugo, 2011

«La invención de Hugo«
(Hugo Cabret)

Martin Scorsese
USA 2011

3 D

Quizá porque llevaba mucho tiempo esperando el estreno de esta película y porque había depositado bastantes esperanzas, me he sentido algo defraudada.
La historia está basada en el libro ilustrado de Brian Selznick, que la película parece usar como si fuera el storyboard, lo que en principio no está mal. Aunque siendo Scorsese, me hubiera gustado encontrar algo más.
En cuanto al argumento es original, ya que mezclar la historia real del cineasta francés Georges Mèliés, con la de un niño capaz de admirarlo es bastante atractivo.
Sin embargo, cuando todos estos elementos se combinan para resaltar un deliberado sentimentalismo de niño huérfano, hambriento y solo, ahí, es dónde no me gusta, por buen resultado que pueda dar.
En cuanto al 3D, ya que nos movemos en decorados o en ambientes digitales, es bastante aceptable.

Taxi Driver, 1976

«Taxi Driver«

Martin Scorsese
USA, 1976

Por extraño que parezca no había visto «Taxi Driver«. Y por extraño que parezca tampoco soy fan de Scorsese, ni de De Niro. Quizás ahora después de «Shutter Island» (2010) me sienta más favorable a este director, pero hasta ahora, su punto de vista y su tratamiento de la violencia me resultaba muy ajeno.
Me he cansado de ver la escena de «¿estás hablando conmigo?» y otros trozos, pero nunca había conseguido verla entera. Como comentaba antes, la sequía en títulos actuales, me hace sensible al descubrimiento de películas más antiguas.
A mí «Taxi Driver» como ya imaginaba, no me interesa. Pero eso no tiene nada que ver con el hecho de que es una gran película. Vista ahora después de 36 años es difícil valorar todo lo que tenía de novedoso, aunque puede intuirse. El tratamiento de la imagen, los ambientes nocturnos, el estilo documental cuando el taxi transita por la ciudad, etc… El guión del que también sería director Paul Shrader es potente y original, sobretodo porque la película forma un esquema coherente hasta el final previo, con lo que ya sería una buena película, pero, haciendo una pirueta de salto mortal se alarga hasta otro final-final abierto y aun más extraño que todavía mejora el resultado. En cualquier caso, una visión compleja y con muchos matices de un personaje y un Nueva York sumido en la degradación y la violencia. Que Robert De Niro está extraordinario en un personaje arquetípico y novedoso es cierto, como también lo es la gran colección de secundarios que están perfectamente a la altura: Jodie Foster, Harvey Keitel, etc.
La música es un valor también esencial y pertenece al compositor habitual de Hitchcock, Bernard Herrman, en la que sería prácticamente su última banda sonora (tiene alguna disonancia extraña de arpa, pero en general es una gran banda sonora, perjudicada quizás por su extrema popularidad).
Imprescindible.

Película en la lista AFI. Ocupa el
puesto 47 en 1998
puesto 52 en 2007

Shutter Island, 2010

«Shutter Island«

Martin Scorsese
USA, 2010

Cuando hace tanto calor, apetece un buen thiller. Y lo es. Lo suficiente para animarme a volver a escribir en este blog que tenía medio abandonado. La película me ha gustado bastante. Y tiene mérito, porque en general no me entusiasman ni Scorsese, ni DiCaprio. Además en cuanto a la historia, el final opta por uno de los dos posibles finales lógicos, en lugar de buscar alguna alternativa nueva y la música es un poco insidiosa.

Ahora bien, partiendo de esas premisas poco esperanzadoras, nos encontramos con una película de realización clásica, con un cariño especial del director en todos los encuadres y escenas (nada está dejado al azar), con una interpretación de Leonardo DiCaprio soberbia, con un manejo del suspense digno de Hitchcock, y con una fotografía «extraordinaria» de Robert Richarson (que demuestra cómo los ambientes sombríos se benefician de una gran fotografía).

A pesar del calor de la noche de julio en casa, el ambiente diluvioso de la película consigue refrescar el ambiente. Muy recomendable.

PD.-
Esta es la clase de películas que cuando has terminado, necesitas volver a ver para hacerlo desde un determinado punto de vista. Una vez visionada de nuevo, opino lo mismo que antes y me sorprende descubrir un matiz en el final que no había advertido la primera ocasión.

Infliltrados (The Departed) 2006

«Infiltrados«
(The Departed)

Dir. Martin Scorsese
USA, 2006

O donde el teléfono móvil es también el protagonista. Otra de la mafia de Scorsese. Yo es que lo intento, pero no me gustan las películas de la mafia y las de Scorsese tampoco y mira que insisto, he visto casi todas sus películas y me parece un buen director, pero su mundo y su punto de vista, está muy alejado del mío.

Buen guión (aunque procede de una película china, en Hollywood están pobres de buenas historias), reparto de campanillas; Nicholson como siempre, DiCaprio se esfuerza, Damon cada vez peor, me siento mal viéndolo, a mí el que más me gusta es Martin Sheen.

Cuando la cámara deja los rascacielos y se pasea por la calle, más parece que estemos en Rusia y no en Boston, es todo tan rancio, sórdido, cutre. Una vida absolutamente cutrefacta, no entiendo para que quieren ser mafiosos.

La música bien y algunos, sólo algunos giros de cámara bien también. Lo de la rata al final un poco simple.

Nota:No sé si sucede en esta película en particular y pasa también en otras. No sé tampoco hasta que punto los tacos son fielmente traducidos, pero un estudio freudiano podría sostener la tesis que tantísimo taco referente a «chuparla» y a «meterle cualquier cosa por el culo», evidencia una gran inseguridad heterosexual digna de estudio en los valores ultramachistas de esas sociedades mafiosas o gansteriles.