Last Days, 2005

«Last Days«

Gus Van Sant
USA 2005

v.o.s.

Últimamente he visto varios trabajos del director Gus Van Sant, nacido en Kentucky en 1952. Un comentario que he hecho con frecuencia es que no lo conocía demasiado. En este momento contabilizo cinco películas suyas vistas, por lo que ya puedo tener una opinión. Creo que es un director imprevisible. Ha hecho obras rozando la genialidad «Mi Idaho privado» y «Elephant» por ejemplo. Y otras en las que su presencia apenas se nota.
Last Days viene a ser como un acercamiento de ficción a lo que pudo haber sido el final del cantante Kurt Cobain de Nirvana, fallecido en 1994 a los 27 años. En la película nos encontramos con un cantante y lider de un grupo, Blake = Michael Pitt, que vive en una destartalada mansión en medio del bosque. Su estado es prácticamente catatónico a causa de las drogas. Hay otras personas como él en la casa, pero todo el mundo va a su bola. El cantante es abordado, telefoneado y requerido por gente que desea cosas de él, pero no reacciona, su mente está en cualquier sitio menos en la realidad.
Todo esto que podría ser interesante o no, es narrado por Gus Van Sant en un estilo que viene a reproducir la propia mente del cantante como en un estado de ensimismamiento pasivo: tomas muy largas de nada, ausencia de acontecimientos, etc.  que puede que sea muy artístico, pero también resulta insufrible y aburridísimo.
La película acaba siendo un latazo mayúsculo que no nos aproxima a nada. Por cierto, ya me extraña que en la casa puedan beber una leche de la nevera que pueda estar en condiciones.

Elephant, 2003

«Elephant«

Gus Van Sant
USA 2003

v.o.s.

Se trata de una especie de recreación de la tragedia de Columbine de 1999, dónde dos adolescentes entraron en su instituto armados como para ir a una guerra y empezaron a matar a quien encontraban.
Gus Van Sant no pretende reconstruir los sucesos, sino evocarlos. Intentar acercarse a ese día y pensar la mutitud de detalles cruzados que podían darse. Aunque las imágenes recuerdan poderosamente el escenario real.
Es un trabajo que roza la obra maestra. La forma de mostrar el tiempo, el paso de las nubes, los pasillos infinitos del instituto, los pasos perdidos, las ilusiones congeladas… La forma de filmar: los encuadres, el movimiento de cámara, la fotografía. Sin embargo, lo que en principio es un total acierto, acaba siendo algo pesado como el encuadre de ir detrás y siguiendo a los estudiantes principales.
Una aproximación exquisita, que intenta ser no maniqueísta y no carga las tintas entre los buenos o malos.  Evita la violencia visual directa y tampoco cae en sentimentalismos fáciles.

Mi Idaho privado, 1991

«Mi Idaho privado » (My Own Private Idaho)

Gus Van Sant
USA 1991

Sería una pena reducir la película a lo que aparentemente parece por su argumento: un par de chaperos y prostitutos en un viaje en busca de la madre de uno de ellos.
Mike=River Phoenix es un chico desarraigado y pobre, obsesionado por el recuerdo de su madre y que padece una especie de narcolepsia. Scott=Keanu Reeves es un chico rico, cuyo padre es el alcalde y que ha decidido explorar el lado más sórdido de su personalidad y se dedica al igual que Mike a la prostitución masculina y femenina, a las drogas, al robo y a lo que se tercie en Portland, Oregon. Ambos hacen amistad y comparten correrías. Scott acompaña a Mike a buscar sus orígenes en Idaho y después Roma. 
El padre de Scott muere y éste hereda, por lo que da por concluida su etapa gamberra. Mike se queda solo y su futuro es incierto. Claro que todo lo que ha ocurrido, también podría haberlo soñado Mike en su primer desmayo en la carretera (aunque son dos escenas muy parecidas, los dos desmayos en la carretera, lo cierto es que River Phoenix va vestido de forma distinta).
Es cierto que el argumento parece bastante sórdido, y de hecho lo es. Sin embargo, Gus Van Sant (Kentucky, 1952) es un creador que sabe darle muchas vueltas a la historia: desde el tratamiento de la imagen, a hallazgos narrativos como es el usar imagen fija para las relaciones sexuales, a que de hecho los diálogos en parte son de la obra de William Skapespeare «Henry IV» y le quedan excepcionalmente bien y le dan un tono intemporal, como si la acción pasara en la Edad Media, sensación intensificada por parte de la música medieval. De hecho, parecen goliardos (estudiantes o clérigos que vivían de forma disipada en la Edad Media)
También es cierto que hay momentos desiguales y el episodio de Roma no aporta nada. Sin embargo, la actuación del malogrado River Phoenix es sobresaliente y lamentamos tremendamente no saber que hubiera sido de su carrera de no haber muerto.