Satiricón, 1969

«Satiricón»  (Fellini Satyricon)

Federico Fellini
Italia 1969

v.o.s.

Basada en la obra del mismo título escrita por Petronio hacia el siglo I. 
Como he leído esta pequeña novela no puedo evitar hacer comparaciones. La visión que ofrece Fellini es atrevida para 1969: homosexualidad, hermafrodismo, relaciones sexuales, crueldad, etc… que aunque también está en el libro, no es tan explícita.
Con una estética fea y peculiar, evidentemente muy felliniana. En cualquier caso es una visión muy desagradable de un mundo carente de civilización entregado solo a sus excesos. Si las cosas hubieran sido solo de esa manera, una desearía de que los bárbaros lo hubieran arrasado antes.

Que extraño llamarse Federico, 2013

«Qué extraño llamarse Federico» Che strano chiamarsi Federico! (How Strange to be Named Federico: Scola narrates Fellini)

Ettore Scola
Italia 2013

documental de 96 min.
v.o.s.

El director italiano Ettore Scola dedica este documental a su amigo el director Federico Fellini (1920-1993) en el que se dedica a repasar los recuerdos comunes desde que los dos llegaron muy jóvenes a Roma y empezaron a abrirse camino en eso del cine.
Se usa algo de imagen real, más filmación específica recreando el pasado o un actor al que no vemos la cara simulando al director fallecido.
Como no me gusta el estilo de Scola, esta aproximación no me gusta especialmente. Se dedica a colocarse a sí mismo como coprotagonista de la historia, al ser un amigo interlocutor. Y por otro lado no vemos más que los tópicos que conocemos de siempre y no se aborda nada que pudiera ofender o molestar o ni siquiera profundizar. No es más que las anécdotas de siempre.

Historias extraordinarias, 1968

«Historias extraordinarias»  (Histoires extraordinaires)

Federico Fellini, Louis Malle, Roger Vadim
Francia 1968

v.o.s. (francesa)

Adaptación de tres cuentos de terror Edgar Allan Poe, dirigidos por tres directores distintos, en los que se transita por el libertinaje despótico, el sadismo y el doble, o la locura.
 
Un cine muy propio de la época de rodaje, con todas sus virtudes y sobre todo defectos.  Dónde parece más importante impresionar y escandalizar que explicar nada.
 
El primer cuento dirigido por Roger Vadim es especialmente pésimo y pretencioso. Interpretado por la que era su mujer en aquel momento, Jane Fonda, en esos papeles en los que se la arrastraba a hacer de musa sexual y en los que ella estaba visiblemente incómoda.
 
El cuento que dirige Louis Malle y que interpreta Alain Delon es demasiado sádico y el último dirigido por Fellini, en el que hacemos un forzado salto en el tiempo, quizá es el que está mejor, pero no es más que un apéndice de «Roma» por ejemplo.
 
Puede haber algún detalle salvable y la curiosidad de la época, así como por ver a grandes estrellas en su mejor momento.
 
 

La Strada, 1954

«La Strada»  (La Strada)

Federico Fellini
Italia, 1954

v.o.s.

Quinta película en la filmografía de Federico Fellini. Ganó numerosos premios, entre ellos el Oscar a la mejor película extranjera, así como, obtuvo un gran éxito de público.
 
En una Italia pobre, de posguerra, el artista ambulante Zampanó (Anthony Quinn) recién enviudado de la hermana de Gelsomina (Guilietta Masina), la compra a su madre para que lo acompañe en sus espectáculos callejeros. Zampanó es un tipo duro, tosco y huraño y Gelsomina es una chica poco agraciada, corta de luces pero con un gran corazón. A pesar de que las relaciones entre ellos son bastante desgraciadas, Gelsomina siente una gran lealtad al forzudo y no lo abandona ni cuando las circunstancias son propicias al conocer a otro artista, Il Matto (el loco/el tonto) (Richard Basehart) equilibrista y a una pobrísima compañía de circo.
 
Con una extraordinaria fotografía en blanco y negro y una importantísima banda sonora del siempre fiel a Fellini, Nino Rota, de la que destaca la conocida melodía que se repite como si fuera un actor más de la película.
 
La interpretación de los tres protagonista principales es extraordinaria y difícil, para evitar caer en sentimentalismos fáciles o parodias,  sobre todo el de Guilietta Masina (esposa de Fellini). La presencia de dos actores americanos es curiosa, aunque Anthony Quinn es perfecto para el papel y destacaría la soberbia escena de su cara al final de la cinta. Como siempre la versión original italiana/el doblaje italiano es extraño.
 
La película se podría calificar de realismo poético. Es la descripción de un mundo sórdido y desesperanzado, visto con unos ojos que se fijan en el interior del alma humana e intentan rescatar lo mejor de ella.
 
Destacan la realización (la cámara detrás de Zampañó mientras conduce el carromato) en un rodaje todo en exteriores, la fotografía, el tratamiento de la historia, la interpretación y la música. Una obra maestra.
 
 

El jeque blanco, 1952

«El jeque blanco»  (Lo sceicco bianco)

 Federico Fellini
Italia 1952

v.o.s.

Prácticamente la primera película como director de Federico Fellini y ha sido una sorpresa muy agradable. Aparentemente considerada una obra menor del director frente a la siguiente que dirigió «Los inútiles» (1953) mucho más popular. Valoración en la que discrepo.
 
Una pareja de recién casados, algo infelices, llega de viaje de novios a Roma. Ella sólo lleva una idea en la cabeza: la de visitar a su héroe de fotonovela (1) «El jeque blanco» (Alberto Sordi). La novia desaparecerá durante unas horas en las que tendrá oportunidad de desengañarse de su mundo de fantasía y el novio caerá en la desesperación de no saber dónde está y qué explicaciones dar a sus familiares de visita.
 
Rodada en blanco y negro con abundancia de exteriores, la película cuenta con una deliciosa interpretación de la pareja protagonista. El novio es Leopoldo Trieste, que también aparece en El Padrino II. Y ella es Brunella Bovo la protagonista de «Milagro en Milán». Si bien, debe de entenderse como una película en la que todos los secundarios tienen una gran importancia y forman ese micro mundo que sabía retratar tan bien Fellini, pero en un estadio primario, como más puro.
 
Una cinta encantadora llena de aciertos.

***

(1) la fotonovela era una variante de los seriales radiofónicos. En formato revista que se vendía en los kioscos, se fotografiaba a personas reales representando una historia, generalmente de amor, a los que se añadía «bocadillos» de diálogo tipo tebeos o cómics. Era bastante cutre.

 

Roma, 1972

«Roma«

Federico Fellini
Italia 1972

Rodada un año antes que «Amacord» donde el director desarrollaría con más profundidad y acierto los recuerdos de la niñez y de la adolescencia en la Italia fascista de provincias. En Roma, nos encontramos con pinceladas de lo que será Amacord y se centra en los recuerdos de cuando un joven Fellini llegó a la ciudad eterna, con mezclas del presente variado, en un momento en el que los hippies se habían adueñado del espacio físico de la ciudad.
Rodada casi como un documental, en los que hay momentos demasiado complacientes, como cuando se filma al propio equipo de rodaje, en un alarde de falta de ideas provisional, resulta en conjunto bastante desigual y sólo interesante para fans del maestro italiano.
Destacaría, sin embargo, la escena de los frescos evanescentes y el desfile de moda eclesiástico.

Casanova, 1976

«Casanova»  (Il Casanova di Federico Fellini)

Federico Fellini
Italia, 1976

Basada en algunos episodios narrados por el propio Casanova en su autobiografía. Giacomo Casanova, República de Venecia 1725, Dux (actual Rep. Checa) 1798, fue un escritor, diplomático y aventurero, cuyos intereses vitales eran variados.  Al final de su vida escribió sus memorias «Historie de ma vie» donde destacan especialmente los lances amorosos. Esta obra se hizo y le hizo muy popular quedando como sinónimo de gran amante.
La impresión es que Fellini no siente demasiada simpatía por el personaje, tanto por el tratamiento general de las situaciones, como por la elección del actor, Donald Sutherland, que por bien que haga su papel, resulta poco atractivo y demasiado anglosajón, por mucho que se diga que es parecido al retrato que se conserva del autor veneciano.
Giacomo Casanova retratado por su hermano vs Donald Sutherland
Parece que Fellini nos dice que Casanova estaba prisionero de su propia fama amatoria, entregado a una especie de atletismo sexual, mientras intentaba que se le valorara por otras habilidades. En lugar de la evolución de Casanova a través del tiempo, el director nos ofrece una serie de escenas en las que el personaje no avanza, salvo cuando llegamos a la última de la vejez. Casanova se mueve en parecidas situaciones en diferentes escenarios.
Sin embargo, aunque no me gusta el actor, ni la no evolución del personaje, el gran acierto de la película es, como casi siempre, el diseño de producción: con todas las elegorías visuales, el vestuario, los personajes grotescos y de rostros imposibles, la descripción elegante y al mismo tiempo cruel y triste de una época, y finalmente la maravillosa e hipnótica música de Nino Rota, acertadísima y hermosa.

Guilietta de los espíritus, 1965

«Guilietta de los espíritus»  (Guiliette degli spiriti)

Federico Fellini
Italia 1965

v.o.s.

Rodada en un desbordante Technicolor, en el que las fantasías visuales del director parecen todavía más hiperrealistas, un espectacular vestuario y una historia y guión del propio director. La música es nuevamente de Nino Rota.
Guilietta es una mujer de clase alta que sospecha que su marido, del que está muy enamorada y que ha sido su único amor, tiene una aventura y que puede perderlo. En este estado de ansiedad, Guilietta tiene propensión a las visiones en las que mezcla los recuerdos de su infancia y a su padre que también abandonó a su madre, con su educación católica represiva y sublimante y sus propios deseos inhibidos. Además Guilietta que es una mujer inteligente pero sencilla, vive rodeada de mujeres exhuberantes y bellísimas que hacen que se sienta insegura.
En esta película encontramos nuevamente el universo de Fellini, aunque el punto de vista es aparentemente el de Guilietta y hay que agradecerle al director su esfuerzo por intentar comprender el punto de vista femenino. La protagonista es Guilietta Masina, la propia mujer de Fellini, que no sé cómo podía sentirse rodeada de todas esas mujeres excesivas que en teoría poblaban la mente de su marido. Algo parecido a lo que sucedía con la mujer de Alfred Hitchcock. Yo creo que estas esposas, que además de bellas, aunque de otra forma no tan ostensiva, eran muy inteligentes debieron de sufrir bastante. Me imagino a Guilietta diciéndole a su marido: por lo menos me haces un vestuario deslumbrante.  Guilietta Masina hace una interpretación excelente y es el único ser real y sincero de la película. 
Merece una mención especial la presencia de nuestro José Luis de Vilallonga que en esos años colaboraba en diferentes cintas interpretándose a sí mismo. Hace de español sublime hablando de sangría, toros y García Lorca. A Fellini siempre le gustaba introducir pensamientos transcendentales en boca de diferentes personajes, en este caso es Vilallonga, que nos parece más bien ridículo, sin que sea la intención del director. Este es el peligro de las parrafadas filosóficas pseudointelecuales que a veces no sabes muy bien como recibirlas, a menos que tengas el contexto muy claro, como pasa aquí.
Por todo lo demás es interesante y sugestiva. 

La dolce vita, 1960

«La dolce vita«
Federico Fellini
Italia 1960

v.o.s.

La dolce vita tuvo una gran repercusión en su día. Ganó la palma de Oro en el Festival de Cannes entre otros premios internacionales. También se consideraba algo escandalosa, pero me cuesta recordar el por qué. El baño de Anita Ekberg en la Fontana di Trevi se convirtió en icónico.
Con una duración considerable: casi tres horas. Rodada en blanco y negro. Nino Rota firma una inspirada banda sonora. La película es un trabajo de madurez de Fellini y en ella seguimos a Marcello Rubini (Marcello Mastroianni), un periodista todo terreno, especializado en cotilleo y prensa amarilla con repercusión. Lo acompaña un fotográfo llamado Paparazzo, que es el origen de la palabra «paparazzi» para referirse a este tipo de fotógrafos incordiantes.
El filme comienza con una estimulante secuencia en la que una estatua religiosa es transportada con helicóptero por Roma hasta el Vaticano. Con lo que tenemos una panorámica de la Ciudad Eterna. Le sigue otro helicóptero para cubrir la información periodística y gráfica: es nuestro primer encuentro con Marcelo y sus compañeros. Después asistimos a diferentes situaciones personales y de su relación con su trabajo de periodista: la llegada de una estrella de cine para hacer una película, el posible milagro de unos niños que ven a la virgen, su relación con personas de la alta sociedad…
Marcelo tiene una novia demasiado absorvente y posesiva con la que mantiene una relación de amor-odio. Marcelo se siente también atraído por todas las mujeres. Marcelo quiere ser algo más que un simple periodista amarillista, quiere escribir, pero, necesita una voluntad que no parece tener.
Vemos una Roma en la que se mezclan calles antiguas con rincones sorprendentes, con barrios nuevos a medio hacer. Gente de cine que acude a Roma con motivo de los numerosos rodajes que se hacían en Cinecittá, los grandes estudios que construyó Mussolini. Gente de cine propensa a los excesos y a la desorientación. Una alta sociedad decadente y hastiada. Un mundo bullicioso, festivo, pero sin rumbo.

Los inútiles, 1953

«Los inútiles» (I Vetelloni)

Federico Fellini
Italia 1953

v.o.s.

Federico Fellini (Rimini -Italia- 1920/1993) cimentó una sólida carrera cinematográfica con la escasa producción de sólo 25 títulos, de los cuales menos de 20 son películas completas. Claro que también se ocupaba de la historia, el guión, la producción, etc. Eran filmes completamente suyos.
Fellini tenía un universo imaginativo personal, tanto que creó un estilo: felliniano, que se utiliza frecuentemente. Es un mundo lleno de personajes extravagantes y excesivos, de mujeres exhuberantes, disquisiciones intelectuales, sueños, escenas oníricas, de seres que dejan huellas diversas: leves o constantes, que pasan o se quedan, de bulliciosa vida cotidiana italiana, de recuerdos de una niñez con fascismo…
I Vitelloni es la tercera obra del director. Esta rodada en blanco y negro. Tiene una banda sonora destacable de Nino Rota, un habitual de Fellini, en ésta su segunda colaboración. Está rodada en un pueblo que parece el mismo de Amarcord, película que rodará en 1973, con la que comparte muchos puntos en común. De hecho, todo pertenece al mismo universo particular.
En el caso de Los inútiles se nos presenta a varios amigos que viven en provincias y que no han trabajado nunca, a pesar de no tener una posición desahogada económicamente. Se dejan llevar por la inercia pueblecina y tienden a la desidia y la malicia. Cada uno tiene su propia circunstancia que exige cambios…
Hay una cosa que me ha llamado la atención. Estoy viendo totas las películas que puedo en versión original. De Fellini o italianas he visto últimamente unas tres y todas tienen un extraño problema con la versión italiana. Normalmente cualquier filme sale ganando en versión original, pero no es éste el caso. Sucede que el audio se oye como algo separado de la cinta. Por un lado hay la imagen y por otro el audio como si no coincidiera con los labios de los actores. Y no es un problema de sincronización. Dicen el texto como si lo contaran, no como si lo interpretarán. Es algo muy raro que causa una cierta distancia y perjudica la recepción. Parece doblada en estudio sin ningún enfasis. No lo entiendo. Queda fatal.