Los paraguas de Cherburgo, 1964

«Los paraguas de Cherburgo» (Les parapluis de Cherburg)

Jacques Demy
Francia 1964

v.o.s.

Se trata sin duda de un musical curioso. No es que hayan canciones, sino que TODO el diálogo es cantado. No hay ni una sola frase hablada. Lo cual en principio resulta extraño, ya que la temática es actual y lo que se dicen son cosas habituales. Cuesta un poco acostumbrarse, pero se soporta bien.
 
Desde 1957 a 1963. En la ciudad de Cherburgo una pareja joven está locamente enamorada. Hacen planes, pero él es llamado al servicio militar en Argelia, donde hay guerra. Deben separarse. Ella está embarazada y acepta a otro pretendiente en su ausencia y se casa con él. El joven vuelve algo amargado y le cuesta adaptarse a su vieja vida. Pero encuentra a una chica que lo comprende y se casa con ella. Al final vuelven a encontrarse los dos enamorados, cada uno con su vida diferente.
 
Se trata de un argumento aparentemente simple, pero que acaba calando por su gran romanticismo y tristeza por las oportunidades perdidas.
 
Con música de Michel Legrand y la interpetación estelar de Catherine Deneuve. Que lamentablemente no canta, ni ella, ni prácticamente nadie. Casi todos son doblados. (¿?).
 
Resulta una película con una cuidada composición visual, con gran profusión de colores llamativos que en el fondo esconden la sencillez de los elementos.
 
Demy realizó varios musicales franceses, cuya principal cualidad eran la música y la realización en exteriores. Tuvo también un gran éxito con «Las señoritas de Rochefort» en 1967.
 
Posdata
Destaco de forma separada el papel pintado de casi todas las paredes. Parece un homenaje al papel pintado de los años 60.
 
 
 

Las señoritas de Rochefort, 1967

» Las señoritas de Rochefort «
(Les demoiselles de Rochefort)

Jacques Demy
Francia 1967

v.o.s.

No es esta una película que sea fácil de ver para un espectador actual. Nunca la pasan por televisión y en DVD es difícil de encontrar, como todas las películas de Jacques Demy (1931-1990). Parece que lo único que pueda verse es el cine de François Truffaut y algo de Resnais y Godard, por lo que se refiere a la «nouvelle vague», me parece absolutamente irregular y frustrante.
«Las señoritas de Rochefort» fue y sigue siendo una película encantadora. Un musical «francés» al que sólo le falta el señor con la baguette bajo el brazo. No es una Francia soñada por los americanos como «Un americano en París», sino una Francia que le hace un guiño al musical americano y se traen incluso a Gene Kelly y a George Chakiris (West Side Story, 1961) para que intervengan, como homenaje y para que la película se venda mejor y ellos vienen porque Demy ya es un cineasta interesante por el que pueden sentir un gran respeto. Ya había tenido un gran éxito con un musical anterior «Los paraguas de Chesburgo».
Francoise Dorléac
Dos hermanas (en la vida real y en la película) Catherine Deneuve y Francoise Dorléac (que falleció a los pocos meses de un accidente de tráfico a los 25 años y con una carrera incipiente muy interesante), viven en la ciudad de provincias Rochefort, trabajan dando clases de baile y música y sueñan con ir a París. Llegan a la ciudad los feriantes para una fiesta local. Diversos personajes, todos ellos importantes se interrelacionan y llegan a conclusiones respecto a sus vidas: la madre Danielle Darrieux, el viejo amante Michel Piccoli, el joven enamorado del amor Jacques Perrin, etc.  Una acción ligera se entremezcla con canciones y bailes
Las canciones son de Michel Legrand: son alegres, divertidas, dinámicas, pegadizas y muy bonitas. Se quedan en la cabeza para toda la vida. Lamentablemente la única que canta de verdad es Danielle Darrieux, los demás están doblados, aunque no se nota.
Uno de los grandes atractivos de «las señoritas…» es que todo sucede al aire libre y cuando hay alguna escena de interior, o bien las ventanas están abiertas al exterior o hay grandes cristaleras que dejan ver la calle. El ambiente y el vestuario es colorista y alegre. El cielo azul y una luz brillante (y los reclutas vestidos de marineros) nos dicen que estamos cerca del mar, aunque no se vea.
Hay alguna cosa que chirría un poco: las bailarinas con pamela y bodies con panties de colores, los bailarines con botas blancas y algunos coros. Pero son detalles menores y se agradece ver una película tan optimista y tan despreocupada, en la que una madre deja que dos desconocidos le recojan el niño del colegio.