«El Yangtsé en llamas» (The Sand Pebbles)
Robert Wise
USA 1966
v.o.s.
«The Sand Pebbles» es lo que es y además es muchas cosas más. Es una película con un transfondo histórico situado en la China de 1926, de rutinas militares en tiempos convulsos, de decisiones personales inevitablemente mal meditadas, de imposibilidad de lograr la felicidad… Es una cinta que se mueve en dos líneas: la general y la íntima.
Basada en la novela de Richard McKenna (1913-1964) del mismo título publicada en 1962. Mckenna sirvió en la Marina durante veinte y dos años, por lo que puede escribir de sus experiencias en primera persona. El argumento si bien está situado en una China prerrevolucionaria, puede entenderse de una manera más amplia como una crítica a los imperialismos o en ese momento a la Guerra del Vietman y un alegato en favor de la paz
A pesar de su espectacularidad visual. Tres horas de metraje. Exhibición con prólogo y intermedio, la cinta se niega a cada momento su comercialidad. Tan sólo se permite cierta instensidad en la demostración de afectos. Cada paso de todos los personajes está encaminado al fracaso, toda decisión a la decepción, toda amistad y amor a la muerte. No hay ninguna concesión, ni complacencia. No es extraño que el público le diera parcialmente la espalda, ya que es difícil de entender una obra tan suntuosa y tan pesimista.
No puedo evitar sentir una gran simpatía por ese planteamiento. Sin embargo, lo que verdaderamente me atrae de la película es su fotografía, no me canso de contemplarla. Es fabulosa. La fotografía y todos los planteamientos visuales. Hay muchos momentos en que el filme funciona como un ballet dramático. Como en la escena final, de una plasticidad y belleza increíbles: De noche, en un recinto amurallado. Aparecen de detrás de una puerta simulada y permanente, unas figuras blancas (los marineros vestidos de blanco) que se mueven como fantasmas por el espacio irreal como blancos móviles. Hay una discursión dramática que pone de manifiesto las contradicciones de cualquier acción y después un intercambio de disparos.
La fotografía era de Joseph MacDonald. Una banda sonora importante pero sobria, fue de Jerry Goldsmith y aunque el reparto fue discreto, destacan: Steve McQueen, Richard Attenborough, Candice Bergen, Richard Crenna, Marayat Andriane, Simon Oakland, Joseph Turkel, Mako.
De una manera vaga, la historia se ve emparentada con otras películas del momento en las que un héroe/antihéroe transita por los espacios periféricos del Imperio con desigual fortuna: «Lawrence de Arabia» (David Lean, 1966) y «Lord Jim» (Richard Brooks, 1965)
De esta película recuerdo vagamente que se estrenó en alguna clase de cine especial tipo Cinerama o algo así para dar relevancia a las imágenes. Y también me pareció oír que el país dónde había tenido más éxito comercial había sido España, pero estos dos datos no he podido corroborarlos, así que puede que sean falsos, pero es lo que recuerdo.
Nota:
En cuanto al sentido de «The Sand Pebbles» es controvertido, ya que por un lado el barco se llama «San Pablo», en español, una reliquia de la guerra de Cuba y por otro el término Sand Pebbles se encuentra en las cartas naúticas y significa piedras de arena. Parece un juego de palabras entre la mala pronunciación en inglés de San Pablo y el otro término para referirse a los tripulantes del barco.