El instante más oscuro, 2017

Darkest Hour«El instante más oscuro»

(Darkest Hour)

Joe Wright

Reino Unido 2017

v.o.s.

El premier británico Winston Churchill cuando fue nombrado a la desesperada en 1940 para hacer frente a Hitler.

Por lo menos he visto dos películas más sobre este tema, por lo menos y además, de no hace mucho.

Desde luego ver a Gary Oldman en esa transformación física inimaginable, así como el esfuerzo por hablar igual (dificilísimo) que el político resulta de un interés añadido y no defraudado. Lo que sucede es que si el argumento ya lo has visto, y hace poco, y repetido, se genera un cierto cansancio.

Además últimamente me molestan las historias personalistas de hechos que incumbieron de muchas personas, pero son mostradas a través de una sola que parece la cabeza visible de la Historia, la mano del Destino. Teoría con la que estoy en desacuerdo.

Acabo teniendo la sensación de que los británicos con esto del Brexit se sienten necesitados de coartadas morales que justifican su acción y tienen que volver la vista a sucesos como éste o Dunkerque para sentirme más afianzados en sus decisiones.

Dunkerque, 2017

Dunkerque-531538517-large«Dunkerque»

(Dunkirk)

Christopher Nolan

USA 2017

v.o.s.

Aunque la crítica ha aplaudido casi unánimemente la película sentía una cierta pereza por verla, presentía que sería toda sentimiento y emoción.

De hecho es así: predomina el sentimiento y la emoción. Yo esperaba además cierta filigrana en la filmación, que Nolan nos daría alguna lección fílmica. Esto último no lo he encontrado. No he visto nada nuevo, ni sorprendente. Las tomas de la lucha de aviones son las mismas que las de los años 30, iguales y aburridas.

Hay más que nada en la cinta el deseo de plasmar (vuelvo a decirlo) el sentimiento y la emoción. El deseo de no dar protagonismo a nadie en particular, que sea una historia casi de personas anónimas, aunque podamos seguir a algunos de ellos.

La historia se desarrolla de una forma deliberada dando los énfasis que se creen oportunos. Casi todas las decisiones son acertadas. No vemos al enemigo alemán, los franceses son casi invisibles, las tropas inglesas se muestran quizá excesivamente calmadas, ordenadas, dignas, flemáticas… Y el capitán del único barco particular cuya participación de rescate seguimos, es quizá, el paradigma del inglés ideal sublimado.

A mí la película me ha parecido a ratos aburrida. Ningún elemento referente a la filmación me ha sorprendido. Es cierto que destacaría dos escenas en particular muy emocionantes: 1) la llegada de los pequeños barcos, y 2) el avión Spitfire planeando hacia la playa.

Por cierto estoy harta de que a Tom Hardy (el piloto) le tapen la cara en todas sus películas.

De todas formas hay que recordar que: un avión planeando aparece también, con una gran belleza, en «El paciente inglés» (The English Patient, Anthony Minghella, 1996), y hay una especie de plano-secuencia sobre los soldados abandonados en Dunkerque que durá bastantes minutos en la película «Expiación» (Atonement, Joe Wright, 2007), donde lo que predomina es «la confusión» del momento, que me parece expresa mejor la situación que esta pulcra y santificada versión de Nolan.

Lo que no quita para que una vez vista tengamos la sensación de buen cine.

Billy Lynn, 2016

Billy-Lynn«Billy Lynn»

(Billy Lynn’s Long Halftime Walk)

Ang Lee

USA 2016

v.o.s.

 

A pesar de que este tema de «hazañas bélicas en Irak o similares» lo encuentro extremadamente aburrido, la he visto porque se publicita como:  ‘Billy Lynn’ está filmada en 3D nativo, a resolución 4K y a nada menos que 120 fotogramas por segundo, frente a las 24 imágenes por segundo tradicionales.

La película tiene una buena imagen, pero nada especial en un televisor HD. Se ve como cualquier otra.

Aparte de la decepción visual, la película es lo esperable, si bien, una vez vista entera y en conjunto no está mal, pero es olvidable.

El cazador, 1978

«El cazador»  (The Deer Hunter)

Michael Cimino
USA 1978

v.o.s.

Con ocasión de la muerte de Cimino el pasado día 2, me decido a ver su indiscutible obra maestra multipremiada con cinco Oscars entre otros galardones. Se trata de una historia previa que el director modifica firmando el guion.
A finales de los años sesenta. Un pueblo industrial de Pennsylvania con población de origen ruso. Tres amigos: Mike (Robert de Niro), Nick (Christopher Walken) y Steven (John Savage) están a punto de marchar a Vietman, uno de ellos se casa. El ambiente de la acería donde trabajan. Los preparativos de la boda, la celebración en la iglesia y el convite; todo ello marcado por las tradiciones rusas pero integradas en lo americano de lo que se sienten muy orgullosos. Camaradería, bebida, bromas, novias, etc.  Salida a cazar ciervos.
En una especie de segunda parte estamos ya en Vietman. Una escaramuza dramática en un poblado e inmediatamente ya los tres amigos en poder del enemigo que los obliga a jugar a la ruleta rusa. En la tercera parte hay el regreso de Mike, el reencuentro con Steven es un hospital y el regreso a Saigon para recuperar a Nick.
A pesar de toda la fama de la película, yo nunca había querido verla (había visto trozos) porque imaginaba perfectamente lo que era. Y así ha sido. Por alguna razón no conecto con Cimino y aquí tampoco lo he hecho, aunque reconozca que se trata de un gran trabajo, pero las intenciones del director se me escapan.
Cimino nació en Nueva York en una familia de ascendencia italiana. Al igual que en su película posterior de 1980 «La puerta del cielo«, el director hace una defensa y elogio de emigrantes procedentes de Este de Europa. En este caso es Rusia. Es un factor importante porque nos cuenta cosas que en verdad tampoco podemos entender ya que no hemos vivido esa situación, pero es un tipo de emigrante que sin renunciar a sus raíces se ha integrado de una forma intensa en la idea de Estados Unidos, ha adquirido un orgullo de ser estadounidense que hubiera sido imposible sentir de igual manera en sus países de origen. Son las masas desheradas del viejo mundo que adquieren nueva identidad en Estados Unidos.
Y precisamente porque hay ese orgullo de ser americano, la película no es una crítica al Vietman, aunque pueda parecerlo (*). No hay más que ver cómo el oficial Mike regresa a su casa orgulloso con un uniforme lleno de medallas que no se quita ni para dormir. Se habla del Vietman como de cualquier guerra, hay sí ese tono de sentimiento de pérdida de algún tipo de inocencia y de antibelicismo en general. También hay una lectura de que solo los fuertes (Mike) sobreviven, los que no se ofuscan y aprenden. No sé cómo interpretar en un rizar el rizo que se cante el himno «God Bless America» por parte de los amigos al final.
Tiene el mérito de estar rodada un año antes que Apocalypse Now de Coppola, por lo que algunas imágenes de guerra son muy originales. Todo el tratamiento de la historia tiene un marcado acento documental: se nos muestra, no se nos explica, lo que resulta bastante singular, si bien, para mí la boda es demasiado larga.
Otro atractivo importante es la elección de actores y su interpretación. Todos ellos hacen un trabajo magnífico.
Sin duda una obra importante con la que me cuesta sintonizar. Pero me gusta especialmente la segunda cacería del ciervo, cuando Mike demuestra su nueva sensibilidad frente a las armas y la caza.

Película en la lista AFI. Ocupa el
puesto 73 en 1998
puesto 53 en 2007

(*) La parte del regreso a casa me ha recordado a «Los mejores años de nuestra vida» (The Best Years of our Life, 1946) en la que se contemplan los devastadores efectos de la guerra en los excombatientes, pero no se critica a la guerra en sí.

Kartum, 1966

«Kartum»  (Khartoum)

Basil Dearden y Eliot Elisofon
USA, 1966

v.o.s.

En mi mente siempre se contraponen la película «Kartum» y «Lawrence de Arabia» y es lógico, porque tratan de temas muy parecidos: aventuras de ingleses que van por libre en países de desierto, Gordon y Lawrence.
Los productores también debían tenerlo en mente y viendo el éxito de Lawrence aprovecharon para hacer Kartum, pero cuando las vemos parece que Kartum esté realizada veinte años antes y no cuatro años después.
Lawrence es una película moderna completamente y Kartum es una película antigua. De estilo clásico, correcta, pero a años luz de lo que David Lean consigue, y este es un aspecto interesante y digno de estudio y comparación.
Sin embargo y a pesar de que soy plenamente consciente de esa diferencia, a mí «Kartum» me gusta. Es una cinta que siempre me ha gustado mucho. Es una historia de heroísmo sin esperanza, ya que todo el mundo sabe cómo acabó el General Gordon, y eso le da una tristeza especial.
Me gusta mucho cómo Charlton Heston da vida al general Gordon: un hombre mayor pero fuerte. Místico y de gran personalidad.  Así como Richard Johnson como el coronel Stewart. Laurence Olivier se disfraza como el Mahdi (como hacía Alec Guinnes como rey Faisal en Lawrence) y es soportable. 
Realizada en Cinerama no le aporta ningún extra visual. La música también es anodina.

M.A.S.H, 1970

«M.A.S.H.»

Robert Altman
USA 1970

v.o.s.

MASH significa es español -Hospital Móvil Quirúrgico del Ejercito-. Muy famosa en su momento, y supongo que todavía ahora. Basada en una novela que trataba sobre la guerra de Corea, que es donde sucede la acción, pero que todo el mundo contemplaba en clave guerra de Vietman.
La película no la había visto (ya tenía yo razón), pero sí la serie de televisión que se hizo después también con bastante éxito y con Alan Alda de protagonista. He de confesar que he necesitado TRES días para verla (una parte cada día). Me ha resultado profundamente desagradable.
Retrata el ambiente de un hospital de campaña durante la guerra de Corea. Los cirujanos se pasan por el forro toda la disciplina, humillan a los mandos y hacen lo que les da la gana, que por lo visto es muy gracioso. Eso sí, las operaciones les salen bordadas y curan a un niño y a un enemigo.
El problema es que todo es cuestión del punto de vista. Yo no lo veo de esa manera: Los cirujanos van de un sobrado que molesta. Evidentemente eran necesarios, incluso más que sus mandos en el hospital. No es que humillen a sus superiores, humillan a todos los que no piensan o tienen su sentido de humor. Humillan a las mujeres que no se acuestan con ellos y les hacen perder toda su autoestima. La escena de calentar a la chica para que se acueste con otro, es simplemente machista y asquerosa. Toda ella es supermachista. En realidad se pasan el tiempo haciendo «bulliyng» a los demás, gracias a la posición de fuerza que ostentan al ser imprescindibles. La escena de la última cena es innecesariamente larga (a mí la de Buñuel no me molestó), pero aquí la eternizan como dicendo, ¿no lo veis, no lo veis?. También todo el partido de fútbol americano es demasiado interminable, sin apenas sentido argumental; con los uniformes nuevos y el cesped en buen estado… Es de aquellas películas de gamberradas que encantan a los hombres (debe de ser por eso).
Que además los protagonistas sean Donald Sutherland y Elliot Gould, actores carentes de sex-appeal y básicamente desagradables, no mejora la cosa. Igual si viéramos a otros actores podría ser distinto.

La dirección de Robert Altman es en su estilo. Sabe moverse en la confusión, que da impresión de confusión. Y hay una cierta repetición de planos: el quirófano con la sangre, la cantina, el altavoz, etc. Tampoco es una maravilla de filmación y la fotografía es fea, quizás acertadamente, ya que no es cuestión de sacarlo bonito.
Un horror. Solo salvaría la canción que acompaña la cinta: «Suicide is Painless» canta Johnny Mandel

Película en la lista AFI. Ocupa el
puesto 56 en 1998 y
puesto 54 en 2007

La canción también está en la lista AFI de las 100 mejores canciones de película
puesto 66  (2004)

***

El gran desfile, 1925

«El gran desfile» (The Big Parade)

King Vidor
USA 1925

película muda

Jim (John Gilbert) es un agradable joven de familia rica, inconsistente y despreocupado al que la llegada de la Primera Guerra Mundial obliga a tomar decisiones. En el frente francés descubrirá la amistad, el amor y la realidad de la vida.
Retrato desengañado de la guerra en una línea parecida a «Sin novedad en el frente» (1930), pero menos contundente. Ya que la trama de la cinta dedica una excesiva tercera parte de su metraje al tiempo en que los soldados se estacionan en un pequeño pueblo francés, donde el protagonista se enamora.
Película que en su momento tuvo una gran repercusión moral y estética.

Sin novedad en el frente, 1930

«Sin novedad en el frente»  (All Quiet on the Western Front)

Lewis Milestone
USA 1930

v.o.s.

Basada en la magistral obra de Erich Maria Remarque. Novela prohibida y quemada en la Alemania nazi por su arrebatador antibelicismo. La película también sufrió la imposibilidad de exhibirla en varios países.
Al principio de la primera Guerra Mundial, unos jóvenes alemanes todavía estudiantes ven pasar las tropas al son de música y vítores, mientras, en su clase el profesor los arenga con discursos inflamados sobre la patria y el heroísmo. Todos se alistan y marchan a la guerra. Ésta se revelará cruel y absurda desde el primer momento. Atrapados en una contienda de trincheras sin ninguna clase de nobleza o dignidad, deberán enfrentarse a las muertes más crueles, a intentar no perder la cordura y a no morir de hambre. Finalmente el único consuelo será la amistad de los compañeros.
Película sonora, con el gran mérito de hacerlo en una cinta de acción. Parece alejada años luz del cine mudo que acababa de quedar atrás. Todos los actores son un modelo de economía de gestos. Un gran trabajo de dirección con gran cantidad de planos interesantes, como: al principio ver las tropas pasar desde el interior de edificios y ventanas; el punto de vista del público. Todas las secuencias de guerra, de un dinamismo y eficacia sorprendentes. La fidelidad a la novela, sin caer en efectismos innecesarios y fáciles.
Se trata de un tema muy triste y conmovedor. En este sentido es completamente fiel a la novela (que nadie debería dejar de leer).
En la lista AFI de mejores películas estaba situada en
1997 = puesto 54
2007 = no figura  

La gran evasión, 1963

«La gran evasión»  (The Great Escape)

John Sturges
USA 1963

v.o.s.

Película basada en teoría en una historia real de fuga de casi sesenta militares de guerra de un campo de prisioneros alemán en la Segunda Guerra Mundial.
Vista ahora, forma parte de lo que ya comentaba a propósito de «Traidor en el infierno» de esas películas sobre campos de prisioneros de los alemanes, que en realidad describen una situación de privilegio: estufas, leña, comida… biblioteca, gimnasio, herramientas para jardinería (ya eran ganas, darles instrumentos para cavar), que dan un poco de rabia.
Ahora bien y afortunadamente, la cinta es eso y otras muchas cosas. Por ejemplo, es un trabajo de un gran y nunca suficientemente valorado, John Sturges, que contó con parte del reparto que ya tenía «Los siete magníficos», así como, repite como músico el extraordinario, Elmer Bernstein que vuelve a componer una banda sonora de recuerdo inolvidable. Rodada en Alemania en paisajes naturales.
El filme cuenta con una lista interminable de actores conocidos (en su día) para hacer toda clase de papeles. Destaca por supuesto Steve McQueen y su recordada secuencia de la moto. McQueen solo se avino a participar en el proyecto si le dejaban hacer sus piruetas motociclísticas, totalmente inventadas y finalmente el salto de la valla tuvo que hacerlo un especialista.
La película es válida por la gran cantidad de actores, por la dirección dinámica, por una gran banda sonora y fotografía, por cómo se lo montan para escapar y después por cómo los van deteniendo.

El puente sobre el río Kwai, 1957

El puente sobre el río Kwai
(The Bridge on the River Kwai)
Dir. David Lean
Reino Unido (coproducción con Estados Unidos) 1957

Película archiconocida y muy popular gracias a la melodía silbada de la “Marcha del Coronel Bogey” y al montón de premios y Oscars, rodada en CinemaScope y de una duración de casi tres horas (161 min.)
Últimamente tengo interés en revisar el cine de David Lean para fijarme en cómo rodaba. Pensando en por ejemplo, “Lawrence de Arabia” dónde cada plano está estudiado, no encuentro en “El puente” nada que destacar desde el punto de vista de dirección, salvo quizás la escena de la emboscada en la cascada, todo lo demás bastante es convencional y el metraje excesivo innecesariamente.
El único interés de la película sería su argumento. Que pone en evidencia y critica las contradicciones y el absurdo de los códigos y comportamientos militares, con especial énfasis el personaje que interpreta de forma genial Alec Guinness.
Es curioso que la voladura del puente y el descarrilamiento sean reales y yo tenga la sensación de haber visto una maqueta.

 Película en la lista AFI. Ocupa el
puesto 13 en 1998
puesto 36 en 2007

Acantilado rojo, 2009

«Acantilado rojo» (Chi bi: International Cut / The Battle of Red Cliff: International Cut)

John Woo
China, 2009
Esta versión internacional reducida de 148 min. engloba dos películas completas exhibidas en China en lo que se supone se trata de la producción más cara de ese país, que recrea la lucha de poder del primer ministro y diferentes señores locales hacia el 270 d.C.

Teniendo en cuenta la limitación al ser una versión recortada, la cinta tiene dos problemas: uno; hay demasiada guerra. Sobre todo al principio cuando nos vemos inmersos en diversas y dilatadas batallas que aunque están acompañadas de explicaciones de voz en off y los contendientes son presentados debidamente, al ser chinos nos cuesta más identificar.

El segundo problema es el gran parecido con otras películas. Por ejemplo: el principio en el palacio imperial y muchos detalles más a «Hero». Las naves infinitas y cuando uno de los protagonistas salta y le clava una flecha en la espalda a su enemigo a «Troya». La sorprendente escena de amor en una película china a «300». Tambien hay mucho de «Gladiador». Etc.  No le quito mérito al director John Woo que demuestra y ha demostrado ampliamente su capacidad para la filmación de escenas de acción. Pero en este trabajo más parece actuar como un artesano que cómo un creador.

Hechas estas salvedades, la película está bien y me quedo especialmente con «todo» el personaje del estratega Zhuge Liang (Takeshi Kaneshiro) para mí de largo lo mejor de la película.

Viendo esta película me pregunto si actualmente a los chinos les gusta verse reflejados en estas gigantestas epopeyas en las que queda evidente su grandeza, que les gustaría volver a recuperar y nosotros nos encontramos ante lo que será el futuro Imperio Chino mundial.