«La soga» (Rope)
Alfred Hitchcock
USA 1948
v.o.s.
Technicolor
Dos jóvenes estudiantes, uno de ellos bien situado económicamente: con apartamento y criada, deciden matar a un compañero para demostrarse que son superiores y cometer el crimen perfecto. Después lo colocan en un arcón en la sala de estar y dan una fiesta a la que invitan a los padres del muerto, la novia y a un profesor del que se sienten influenciados.
El argumento en sí es bastante repulsivo y da como un poco de pereza abordar. Pero está basado en un caso real sucedido en Chicago.
Ya la había visto, aunque no la recordaba bien. Temía que fuera aburrida y una pequeña decepción como me ha ocurrido en algunas de las últimas que he revisado el maestro inglés. Pero no ha sido así, al contrario, me ha parecido deslumbrante y muy interesante, por motivos ajenos al propio argumento. Y es que es por este tipo de cosas es por las que Hitchcock es un genio.
Es de agradecer el ver esta copia restaurada y disfrutarla en una alta calidad visual. Fue la primera película que Hitchcock rodó en color, en Technicolor, que tenía el peligro de parecer un cromo, con colores muy saturados e ideales para un musical, pero no para un thriller. Este aspecto lo manejó muy bien el director y es agradable verla en color, con ese fondo del skyline de la ciudad que cuando empieza es de día y al terminar de noche con las luces nocturnas, así como la coloración de los letreros laterales que usará también en «Vértigo».
Una parte muy importante es la forma de rodaje. La idea es filmarla como una obra de teatro de principio a fin. Lo que sucede lo hace en tiempo real y en el espacio limitado de un apartamento. Ello también da la sensación de que está rodada en un mismo plano secuencia. Lo cual es imposible porque las bobinas duraban diez minutos, por lo que se usa unos tenues fundidos en negro como continuidad, pero resulta tremendamente original.
Aparte de cómo está rodada, lo cual es sí ya es un gran espectáculo, tenemos el propio argumento que en principio parece que no puede dar mucho juego. Entonces ver cómo Hitchcock le saca tanto partido y cada personaje está escogido y cuidado al máximo, y de todo se saca tanto provecho, es fracamente extraordinario.
Aunque no dice explicitamente es obvio que los dos personajes principales, los asesinos, son homosexuales, pero debido a la censura estadounidense se prohibió cualquier alusión a ello. Curiosamente la película sale ganando, porque ahora, y aunque estaba basada en hechos reales, se vería como homofóbica y censurable (son asesinos porque son gays). Para colmo, el profesor invitado era también gay y había tenido relación con uno de los alumnos. Todo ello se suprimió, si bien se puede entrever, y además se tenía pensado al actor Cary Grant para el papel de profesor (actor muy querido por Hitchcock) pero se desestimó por razones obvias (todos creían que en la vida real era gay) y se usó al boy scout James Stewart del que no se podía tener ninguna sospecha.
La película es como casi siempre una maravillosa sorpresa.