Warren Beatty (USA 1937)

Comentaba ayer que no comprendo el por qué no era posible encontrar la película «Prométele cualquier cosa» (Promise Her Anything, 1965) quizá el responsable sea precisamente el actor, Warren Beatty, que reniega de esa etapa primera de su carrera.

Warren Beatty era un chico guapísimo y simpatiquísimo, por lo menos en pantalla, en un Hollywood lleno a rebosar de chicos de esas características y más en ese momento. Sí ese momento en el que se dieron cuenta de que había un sector de público inexplorado: las adolescentes (teenage) que enloquecían en una fecha tan temprana (50s) con los conciertos de Frank Sinatra a años luz de lo que sería más tarde con los Los Beatles.

Bien Hollywood estaba muy bien surtido de chicos guapos y llegó otro guapo, que era uno más, pero, era el hermano pequeño de Shirley MacLaine una señora que ya era una estrella y no tenía ni las más mínimas ganas de ayudar a su hermano. El Warren se puso a la cola de todo y a lo que le echaran. Que le echaron bastante, pero de chico guapo, que por lo visto él quería más.

Como de momento estaba encasillado, pero colocado. El chico se traumatizó y le dió por aprovechar lo que tenía: la guapura y la simpatía y empezó a ligar en un no parar y coleccionar lo mejorcito de había en todo Hollywood, Los Angeles y el mundo entero. ¿Cómo sobrevivió a aquella tortura? no se sabe. Pero en cuanto pudo se puso a controlar su material haciendo cada vez cosas más de su gusto y más elaboradas y más profundas. Yo me quedé en «Rojos» (Red, 1981) lo posterior no me apetece.

Sin embargo, esa impresión es falsa porque hizo unos papelitos en televisión, luego le dieron un papel un poco amargo (guapo pero tonto) en «Esplendor en la hierba» (1961) de Elia Kazan. Estuvo nada menos que con Vivien Leigh en «La primavera romana de la Sra. Stone«, como gigoló, que igual le venía estrecho. Luego dos o tres comedias simpáticas y entonces, la bomba:  «Bonnie and Clyde» (1967, Arthur Penn) en la que él controlaba parte de la producción. Y a partir de ahí hizo lo que quiso: algunas aventuras con éxito y otras no. Lo cierto es que siempre se ha sentido ligeramente a disgusto en un medio del que no sé que esperaba.