La reina de Nueva York, 1937

«La reina de Nueva York»  (Nothing Sacred)

William A. Wellman
USA 1937

v.o.s.
color

El reportero de un periódico sensacionalista (Fredric March) intenta redimirse después de conocerse una historia falsa. Se entera de un caso de una chica (Carole Lombard) en un pueblo perdido afectada de contaminación por Radio y con poco tiempo de vida. Va a buscarla para traerla a Nueva York y hacerla reina por un día. La chica en cuestión no tiene nada. Había sido diagnosticada por error, pero eso sí, tiene una ganas locas de conocer la gran manzana. Todo ello en clave de comedia.

La película es en color, pero a pesar de que la he visto ahora, me viene a la memoria en blanco y negro.

A pesar de que es divertida, la película tiene un problema tremendo y es el cambio de mentalidad en el público. Lo que nos cuentan no tiene gracia. No hay manera de arreglarlo. 
Este problema ya es evidente en el remake realizado en 1954 «Viviendo su vida» (Living It Up) con Dean Martin y Jerry Lewis, siendo la reportera Janet Leight. Donde exageran los extremos cómicos, pero el resultado también es desafortunado. Yo la ví sin saber la conexión no hace mucho y no pude terminarla.

El enemigo público, 1931

«El enemigo público»  (Public Enemy)

William A. Wellman
USA 1931

v.o.s.

De entrada puede dar un poco de pereza verla, en la convicción de que estará bastante pasada, pero no es así. Quizá el principio, con la infancia de los protagonistas es menos interesante, salvando el magnífico inicio con la presentación del ambiente en general y en particular de la época (impagable), pero a partir de la mitad de la cinta descubres que está llena de hallazgos visuales y narrativos. Una gran película que merece ser saboreada más de una vez y en la que descubriremos hasta qué películas vieron en su día, por ejemplo, Francis Ford Coppola y sus Padrinos.

Una de las primeras películas en plasmar la vida de los gánsteres, con ese elemento extra de contarlo casi cuando estaba sucediendo en la vida real, y además con la disculpa por parte de la productora (Warner Bross) de no pretender hacer un retrato mistificador de los delincuentes, algo que evidentemente sí hacían.

Aparte del buen hacer del director Wellman, que de la necesidad hizo un mérito, como por ejemplo, la prohibición de mostrar asesinatos directamente, lo obliga a buscar soluciones muy creativas y mejores.

Tenemos también la, sin duda, gran interpretación de James Cagney, con un gran muestrario de muecas faciales, así como la perturbadora y patética (por su muerte en plena juventud) presencia de Jean Harlow, de la que cuesta adivinar su sex-appeal, en esa estructura física de huesos grandes.

curiosa y memorable escena en la que Tom Powers
(James Cagney) le restriega un pomelo en la cara a su ligue
(ver momentos)

Ha nacido una estrella, 1937

«Ha nacido una estrella»  (A Star is Born)

William A. Wellman
USA 1937

v.o.s.

Veo que la película está rodada con un temprano Technicolor que visto en pantalla (la copia que tengo) más bien parece una cinta coloreada por lo emborrachados que están los colores. Situación que no ayuda a que la película luzca.
 
Tema de especial cariño en Hollywood, ya que ha sido llevado a la pantalla en varias ocasiones: chica advenediza (Janet Gaynor) que quiere trabajar en la meca del cine, conoce y enamora a estrella masculina (Fredric March) ya en decadencia y finalmente logra un éxito arrollador. Realización convencional de los años treinta. Interesante quizá para hacer comparaciones.
 
Quizá lo que más me llama la atención es que las supuestas cualidades como estrella de Janet Gaynor nunca nos son mostradas, en un acto, sin duda de miseridordia.