Mientras Nueva York duerme, 1956

«Mientras Nueva York duerme»  (While the City Sleeps)

Fritz Lang
USA 1956

v.o.s.

Un asesino en serie ataca a mujeres. El «Sentinel» un imperio periodístico toma el asunto como propio para resolverlo.
No sé hasta qué punto el tema del asesino en serie moderno había sido tratado, y esta película podía resultar novedosa en su momento. Ya que el asesino en serie clásico ya había sido abordado en «M, el vampiro de Düsseldorf» (1931) precisamente por Lang en Alemania,  En cualquier caso, la encuentro por debajo de otros trabajos del director. Aunque tiene momentos.
El asesino es demasiado de manual de psiquiatría y el periodista le dice al jefe de policía lo que tiene que hacer. Hay demasiadas cosas que chirrían, como las relaciones personales, pero por otro lado se tocan diferentes temas como es la vida en una redacción periodística y la lucha por el poder que hacen que se pueda ver.  Ayuda una colección de actores importantes encabezados por el casi siempre soso Dana Andrews
Para mí hay una referencia velada a Ciudadano Kane en el magnate del diario, cuyo nombre empieza por K.   O es quizá directamente al personaje real W.R. Hearst.

La tumba india, 1959

«La tumba india»  (Das Indische Grabmal)

Fritz Lang
Alemania 1959

v.o (alemán) s.

Desengañado al final de su etapa en Estados Unidos, el director alemán volvió a los estudios alemanes dónde había sido el rey, intentando recuperar algo de su pasado. Sin embargo, el proyecto que empezó con «El tigre de Esnapur» y su continuación «La tumba india» resulta algo poco adecuado. Aunque lo es si pensamos que Lang ya no podía conectar con la sociedad alemana y lo mejor era dedicarse a algo exótico y remoto.
La tumba india, es la continuación de la película anterior El tigre de Esnapur, que imagino será prácticamente igual, es más, dadas las fechas y las localizaciones en India, seguramente se filmó al mismo tiempo y se partió en dos entregas. Es una película de aventuras en la India, con Maharajas, bailarinas de la diosa Shiva, héroe civilizado alemán que salva a la chica, animales, personajes malvados, santones, etc.
Si hubiera sido rodada por otro director, no habría ningún problema: una película de aventuras más. Pero, que el director sea Fritz Lang nos sume en una perplejidad absoluta. Se tendría que hacer un esfuerzo sobrehumano para ver en ella algo más de lo que realmente vemos: una historia trillada, actores alemanes hablando alemán con exceso de maquillaje para parecer indios, peleas infames, montones de muertos en el suelo por arma blanca sin una gota de sangre, etc.
Por la parte positiva: localizaciones en India y sus palacios, un gasto en vestuario considerable y sin olvidar , y ya por ella merece la película ser vista, Dedra Paget, guapísima que se marca un baile increíble frente a la diosa Shiva y una serpiente, en el que constantemente nos preguntamos cómo se le aguantan los pedazos de pedrería.

Fritz Lang: el círculo del destino, 2000

«Fritz Lang: el círculo del destino»  (Fritz Lang: Le cercle du destin)

Jorge Dana
Francia, 2000

documental de 52 min.

Documental francés sobre, principalemente, la etapa alemana del director alemán. Mezcla de entrevistas a especialistas de diferentes países, algún comentario del propio Lang e imágenes de sus películas.
Es un trabajo interesante sobre el director de «Metrópolis», «M, el vampiro de Düsseldorf» o el «Doctor Mabuse» del que es fácil concluir que su etapa más interesante fue en Alemania. Vemos su tira y afloja con el régimen nazi y su final huida a Estados Unidos. Con los años volvió a rodar dos películas en su país natal, pero ya nada era lo mismo.
«Lo característico de todas mis películas
es la lucha contra el destino. No es el
destino lo importante, sino la lucha.»
Fritz Lang

Los sobornados, 1953

«Los sobornados» (The Big Heat)

Fritz Lang
USA 1953

Mágnifica película de cine negro. Es posible que los detalles de la historia sean ingenuos e irreales, pero han de situarse en su época. En cuanto a la realización de Fritz Lang la dota de una inmensa fuerza visual y gran sentido del ritmo narrativo.
Los personajes son todos interesantes: Glen Ford como el policía., Lee Marvin como malvado y mención especial para el estilo de Gloria Grahame, así como, por supuesto, para la escena mítica del café.
Obra imprescindible del cine negro. 

M, el vampiro de Düsseldorf, 1931

«M, el vampiro de Düsseldorf»  (M)

Fritz Lang
Alemania, 1931

Primera película sonora del director alemán. Resulta curioso cómo en estas primeras películas sonoras hay una gran preocupación por encontrar el espacio narrativo del sonido, de una manera que después se ha perdido por considerarlo normal. Señalaría como ejemplo a «La muchacha de Londres» (1929) o «Los Pajaros» (1963) ambas de Hitchcock.
En M oímos sonidos ambientales que refuerzan la acción y circunstancialmente una melodía silbada o instrumental de Edvard Grieg «Peer Gynt». Es un uso espectacular del sonido al servicio de la narración que por un lado aumenta la tensión y por otro nos transporta a los cuentos de ogros.
M trata de Hans, un asesino de niñas en los años veinte. Historia basada parcialmente en un caso real. El actor Peter Lorre en su primera gran interpetación nos ofrece un trabajo insuperable, base para toda una colección de psicópatas posteriores.

La película está dividida en tres partes: en la primera tenemos la presentación del escenario, el ambiente y el asesinato de Elsie. Esta primera parte destaca por su magistralidad general. Soberbia. La progresión de los hechos, la aparición del asesino, que no se vea el asesinato, el globo atrapado en los cables de alta tensión y que nos identifiquemos con la angustia de la madre a través de su voz resonando en espacios vacíos.
En la segunda parte, la ciudad se plantea cómo capturar al asesino. Por un lado la polícia, y en un contrapunto original, también los delincuentes que ven cómo les es imposible trabajar con tanta investigación callejera. Se monta un dispositivo de vigilancia a través de los mendigos que logra su objetivo. En la tercera parte asistimos al juicio por un tribunal popular, en el que se exponen los hechos y las alternativas. Hans se defiende en una interpretación magistral por parte de Lorre. La policía interviene y realiza su propio juicio que intuimos, no vemos. La película termina sorprendentemente y novedosamente sin final, sólo las madres angustiadas que han perdido a sus hijas.
Fritz Lang tuvo problemas con la censura porque ya entonces los nazis se identificaban con no sé qué: con el asesino o los perseguidores. Lang huyó de Alemania y se instaló en Estados Unidos. También lo hizo Peter Lorre que desarrolló en Hollywood una carrera de éxito basada en villanos pusilánimes con cierto tono de humor. Lorre volvió después de la guerra, pero regresó a América de nuevo, donde era muy respetado y había logrado hablar inglés sin acento. Peter Lorre fue un actor al que ya casi nunca veríamos en papeles de protagonista, pero cualquier película con él dentro mejora notablemente. 
Es imposible ya rastrear la gran influencia que esta película causó en la historia del cine. La escena del tribunal popular aparece muy similar, por ejemplo, en «El delator» (1935) de John Ford. También me recuerda a «El tercer hombre» (1949) porque la presencia de Lorre y Welles es limitada pero importantísima y ambos componen a malvados que nos caen bien,  así como el posible homenaje en el vendedor de globos.

La mujer del cuadro, 1944

«La mujer del cuadro»  (The Woman in the Window)

Fritz Lang
USA 1944

v.o.s.

Por la parte positiva: tiene una historia bastante original dentro del género de cine negro y la presencia e interpretación de Edward G. Robinson.
Por la parte negativa: la dirección de Fritz Lang es bastante convencional y el rodaje en estudio sin exteriores, acaba siendo muy limitado.

El testamento del dr. Mabuse, 1933

«El testamento del Dr. Mabuse» (Das testament des dr. Mabuse)

Fritz Lang
Alemania 1933

Película estrenada en Hungría, ya que no pudo hacerlo en Alemania hasta 1951. Al parecer el negativo sufrió bastantes recortes, finalmente hay una versión restaurada del 2000 que es la que he podido ver.
Primero fue «El doctor Mabuse» de 1922 del mismo director que no conozco y supongo que tendría las limitaciones propias del cine mudo. En este caso y sin que necesitemos saber más sobre el malvado personaje, nos encontramos con una propuesta absolutamente estimulante y moderna, cuya fecha de realización nos sorprende tremendamente, tal es la cantidad de elementos visuales y narrativos interesantes que encontramos.
Tan sólo la presencia e interpretación femenina nos recuerda al cine mudo, todo lo demás es de una modernidad apabullante.

Muy interesante.