¿Winona Ryder casada con Keanu Reeves?

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Últimamente de los diarios no suelo pasar de los titulares, porque te fríen a anuncios y además el contenido suele diferir de lo anunciado, e incluso ser falso. Pero me ha parecido tan delirante que lo he mirado.

Winona ahora con el «Revitalift» de la serie «Stranger Things» (2016-2019), de la que yo solo he podido soportar tres episodios, debe de estar subidita de ánimo y le da por contar insensateces. Aunque por lo visto, tampoco es ninguna mentira. Cuando rodaba con Keanu Reeves la película «Drácula» de Coppola en 1992, el director se empeñó que la ceremonia de matrimonio entre los dos personajes la oficiara un cura de verdad. El Keenu que es amigo suyo y tiene una vida complicada, me parece que no ha dicho nada. (Después me he dado cuenta que todo se debe al estreno de una película juntos, en la que lo que casarse forma parte del argumento).

Lo de esta actriz es un caso de lo más curioso. Muy joven empezó casi desde lo más alto, con un montón de películas super importantes y con directores de primera clase. Parecía la musa del momento. Y sin más, cuando tiene todo el dinero que quiere, en diciembre de 2001 sale de una tienda Saks Fifth Avenue de Los Ángeles y es detenida. Poco después será acusada de haberse llevado sin pagar ropa y accesorios valorados en 4.700 dólares. Totalmente absurdo e inexplicable. Es evidente que esta chica tenía o tiene un problema mental o dígale X, y que yo sepa nunca se la ha tratado como a una enferma, sino como a una delincuente.

Evidentemente este suceso la deja para el arrastre… sobre todo periodístico. Su carrera se resiente, pero sigue trabajando, pero mucho menos. Sigue teniendo amigos que le echan un cable.

A mí el caso Winona siempre me ha recordado otro caso igual, pero que se resolvió de forma distinta, lógica y sensata. Contaba el escritor Truman Capote (*), que el legendario actor Montgomery Clift (1920-1966) que se encontraba en un estado de ánimo lamentable por haber sufrido un accidente de coche y tener la cara (un poquito) desfigurada, o porque era gay sin admitirlo, o porque tenía una historia familiar complicada, o porque debido al accidente se había convertido en un borracho y dependiente de fármacos…  un día entró en una tienda de lujo y pidió que le mostraran suéters. Hizo un montón con ellos y salió a la calle, donde estaba lloviendo a mares, y los tiró al suelo. El dependiente sin perder la compostura, preguntó —¿Dónde he de llevar la factura?

(*) Esto lo he contado de memoria. Después he buscado la cita que se encuentra en el libro «Retratos» en el que está dedicado a Elizabeth Taylor. La historia con algún pequeño detalle más o menos es esa.

Abajo composición de M. Clift: antes y después del accidente.