Jasón y los argonautas, 1963

«Jasón y los argonautas»  (Jason and the Argonauts)

Don Chaffey
Reino Unido 1963

v.o.s.

Icónica adaptación de este clásico por la participación en la creación en los efectos especiales de Ray Harryhausen. Artesanales y primitivos, pero absolutamente eficaces y encantadores. Inolvidables gran cantidad de escenas, como la de la lucha de esqueletos, pero hay muchísimas más. Es una película que se puede revisar cada cierto tiempo con el mismo placer visual.
Los actores son de segunda fila, pero no importa demasiado. También cabe destacar la banda sonora del siempre genial Bernard Herrmann habitual de Alfred Hitchock.

Ipcress, 1965

«Ipcress»  (The Ipcress File)

Sidney J. Furie
Reino Unido 1965

v.o.s.

Película que tuvo cierta repercusión en su momento y ayudó a cimentar la fama de Michael Caine.
Cinta de espionaje bastante atípica. Rodada en escenarios corrientes: un despacho, un supermercado, la calle… vamos, una baratura. La acción o más bien la ausencia de ella transcurre entre situaciones y conversaciones banales. Tan solo la presencia del agente, o más bien el militar que desempeña un trabajo en lugar de ir a prisión, Harry Palmer.
Es difícil saber si la gracia está en Harry Palmer o en Michael Caine, sin duda en el actor, que lleva sobre sus hombros toda la película de no pasa nada. Solo al final una trama de «lavado de cerebro» al estilo de «El mensajero del miedo» (The Manchurian Candidate, 1962) da alguna vida al argumento.
Me preguntaba si hoy en día sería posible hacer una película de estas características.

Satiricón, 1969

«Satiricón»  (Fellini Satyricon)

Federico Fellini
Italia 1969

v.o.s.

Basada en la obra del mismo título escrita por Petronio hacia el siglo I. 
Como he leído esta pequeña novela no puedo evitar hacer comparaciones. La visión que ofrece Fellini es atrevida para 1969: homosexualidad, hermafrodismo, relaciones sexuales, crueldad, etc… que aunque también está en el libro, no es tan explícita.
Con una estética fea y peculiar, evidentemente muy felliniana. En cualquier caso es una visión muy desagradable de un mundo carente de civilización entregado solo a sus excesos. Si las cosas hubieran sido solo de esa manera, una desearía de que los bárbaros lo hubieran arrasado antes.

La piscina, 1969

«La piscina»  (La piscine)

Jacques Deray
Francia 1969

v.o.s.

Después de ver el remake «Cegados por el sol» (A Bigger Splash, 2015) tenía curiosidad de ver en qué sentido eran distintas las dos tramas. La sorpresa ha sido comprobar cuán parecidas son y qué poco aporta la nueva.
Es evidente que la cinta rodada en 1969 carga con el peso de los años, pero un cuarteto como Alain Delon, Romy Schneider, Maurice Ronet y Janet Birkin valen un viaje al pasado. Por otro lado, hay que reconocer que casi era más erótica, oscura y adelantada en el tiempo su final.
También hay que recordar que Alain Delon y Romy Schneider habían sido pareja hasta 1963 y en 1969 estaban ya con otras personas. Este reencuentro de escenas tan íntimas añadia morbosidad a la película.

Dos en la carretera, 1967

«Dos en la carretera»  (Two for the Road)

Stanley Donen
Reino Unido 1967

v.o.s.

Un matrimonio (Albert Finney y Audrey Hepburn) en la treintena y bien situado se siente al borde de la ruptura. Un viaje en coche servirá de recuerdo para todos los demás viajes que han hecho juntos y que han marcado las etapas de su relación.
Es una película magnífica. Ya desde los títulos de crédito de Maurice Binder y la música de Henry Mancini. Después hay que destacar el espectacular trabajo de montaje, ya que continuamente vamos atrás y adelante sin que nos cueste trabajo situar el momento, todo ello gracias a los cambios de coche, así como el vestuario y peinado de Audrey Hepburn.
Creo que es una cinta maravillosa que he visto muchas veces y siempre con el mismo entusiasmo. Sería una película perfecta y una obra maestra si no fuera por el sustrato de la historia. En teoría estamos ante una historia de amor que se supone ha de acabar bien. El problema es que la óptica de la relación amorosa es de 1960 que tenía graves deficiencias de asignación de roles, aunque entonces no lo viéramos.
Tal y como está explicada la relación matrimonial tenemos a una chica que se enamora de un joven recien licenciado sin recursos. Él no siente ningún interés por ella, pero las circunstancias los juntan y él se aviene a tener una aventura. Ella no se conforma y quiere casarse a pesar de que él no está seguro de la relación, pero es un joven sin complicaciones y se deja llevar. Una vez casados, como ella no tiene ni oficio ni beneficio han pasar al siguiente nivel: un hijo. A todas estas él a rastras. Ella quiere que su marido triunfe, pero ningún incoveniente derivado del éxito. Todo el tiempo le está marcando las pautas. En definitiva un incordio. Eso sí, guapa como la Hepburn. Estarían mucho mejor separados, a menos que consideren que discutir todo el tiempo los llena de vida.

Playtime, 1967

«Playtime»

Jacques Tati
Francia 1967

v.o.s.

Dentro de la escasa filmografía del director francés (unos cinco largometrajes) «Playtime» es su siguiente cinta después de «Mi tío» (1958).
El argumento es mínimo. El Sr. Hulot se encuentra en una zona de París cerca del aeropuerto en la que todos los edificios son modernos e iguales bloques de cristal, seguramente para una entrevista de trabajo que ya se apuntaba en Mi Tío, pero que no llegará a realizarse por el laberinto que supone orientarse en la zona. Mientras, en el aeropuerto un grupo de turistas extranjeras llega a París para ver su monumentos, pero también acabarán atascadas en la misma zona de edificios en la que todo es igual a cualquier parte del mundo.
Se trata de una crítica al mundo ultramoderno, desapegado e indiferente que en 1967 se mostraba como futuro. Que todo sea transparente no significa que sea más próximo.
Como ya pasaba en Mi tío es casi una película muda con sonidos. Así como, se trata de un humor reflexivo en el que el espectador ha de estar atento a todos los sutiles detalles.
La cinta es relativamente costosa: los vestidos y actores del restaurante, para las posibilidades comerciales que tenía Tati. Precisamente la falta de respuesta comercial acabó con su cine.

El animador, 1960

«El animador»  (The Entertainer)

Tony Richardson
Reino Unido, 1960

v.o.s.
blanco y negro

Basada en la obra de teatro de John Osborne de mismo título de 1957. La acción es contemporánea a la fecha de escritura. En una población costera cercana a Londres malvive Archie Rice (Laurence Olivier) representando una obra de music hall cuando el género ya está muerto. La falta de éxito, al contrario de lo que sucedió con su padre, lo ha convertido en una mala persona que no duda en hacer daño a seres queridos y semejantes con tal de obtener sus propósitos.
En esta obra se unen, por así decirlo «los jóvenes airados» (Angry Young Men) por parte de John Osborne, y «el free cinema inglés» con Tony Richardson. Ambos movimientos se desarrollaron durante la década de los cincuenta y algo de los sesenta expresan en tintes oscuros y desesperanzados la situación de la clase baja inglesa. Era un momento en el que parecía que vivir en Inglaterra era una porquería y no había ninguna perspectiva para los jóvenes de clase baja. Sin embargo y demostrando que a veces los vaticinios pueden ser pesimistas, en poquísimo tiempo llegaron los Beatles (1962) y toda la explosión musical. Mary Quant, la minifalta y la moda, Barnaby Street etc. y Londres e Inglaterra se convirtieron en la máxima explosión de la modernidad.
La película y la historia son muy sinceras, pero también muy deprimentes. Es interesante de ver, sobre todo para admirar el gran trabajo de Laurence Olivier, tan alejado en este caso de sus papeles remilgados y shakesperianos. Una verdadera lección de actor.
Olivier comparte cartel con la debutante actriz en cine Joan Plowright, que interpreta a su hija y que se convertiría en su mujer al año siguiente. Aparecen también unos jovencísimos Alan Bates y Albert Finney.

La señora McGinty ha muerto, 1964

«La señora McGinty ha muerto»  (Murder Most Foul)

George Pollock
Reino Unido 1964

v.o.s.
blanco y negro

No sé si todas las adaptaciones de las novelas de Agatha Christie que interpretó la actriz Margaret Rutherford como Miss Marple eran intentos de actualizar sus argumentos al tiempo de los años sesenta, lo cual era un error, porque su encanto reside en que sucedan en el pasado con toda la parafernalia de ambientación que requiere.
Desde luego Margaret Rutherford como Miss Marple es original y simpática y es lógico que se hiciera popular con ello, pero hace que su personaje inunde la trama de forma que «el caso» pasa a segundo término.
Además el caso de La señora McGinty pertenece a Poirot, no a Miss Marple (¿?) siendo además su desarrollo completamente diferente a la historia original. Tengo demasiado presente el excelente episodio de «Poirot» (TV serie) y esta adaptación de 1964 es lamentable.

Estudio de terror, 1965

«Estudio de terror»  (A Study in Terror -Fog-)

James Hill
Reino Unido 1965

v.o.s.
color

Sherlock Holmes y Jack el Destripador en una ficción (ya que uno de ellos es ficticio) de posibilidades.
La película tiene un aire indudable de años sesenta y de clase B. Fidelidad por el personaje de Conan Doyle y un Holmes aceptable en John Neville. Aparece también una joven Judi Dench.
Al principio parece tan mala que no podremos seguirla, pero luego se soporta.

El manuscrito encontrado en Zaragoza, 1965

«El manuscrito encontrado en Zaragoza»
(Rekopis znaleziony w Saragossie)

Wojciech Has
Polonia 1965

v.o.s.

Adaptación de la novela del mismo título del polaco Jan Potocki publicada hacia 1804. Durante una guerra en Zaragoza dos oficiales de distinto bando encuentran un manuscrito que los abstrae de los combates mientras lo leen y nosotros nos trasladamos con ellos hacia 17.. y acompañamos a un oficial de la Guardia Valona de paso por Sierra Morena de camino a Madrid.
Potocki que viajó por España se dejó seducir, como otros muchos viajeros, por las historias de bandidos y fantasías de todo tipo, que refleja en su novela y que a nosotros como españoles nos puede hacer cierta gracia. Por otro lado, se trata de un relato tipo «Las mil y una noches» en el que se mezclan historias, dentro de otras historias con perfiles fantásticos.
Está rodada en blanco y negro, lo que me parece un fallo, ya que la historia pide el color. Así como la duración de unas tres horas es excesivo. A mí se me ha hecho pesada y algo aburrida.

El mensajero del miedo, 1962

«El mensajero del miedo»  (The Manchurian Candidate)

John Frankenheimer
USA 1962

v.o.s.

Thriller político basado en la novela del mismo título de Richard Condon publicada en 1959. Que la realización fuera en 1962 tiene una gran importancia ya que al año siguiente se produciría el asesinato del presidente John F. Kennedy estableciendo un paralelismo inquietante y que ya marcaría para siempre el imaginario estadounidense. Quizá por ello la película en 1998 figuraba entre las mejores cintas con el puesto 67 y ya en 2007 estaba fuera de la lista AFI.
Un grupo de combatientes estadounienses en la guerra de Corea es secuestrado y llevado tras la frontera en Manchuria. Allí son sometidos a un lavado de cerebro y condicionados para que le sea concedida una medalla a un oficial al que destinarán para cometer un magnicidio.
La historia tiene algunos grandes aciertos en cuanto a la visualización de las técnicas persuasivas, en la que los soldados están viendo a viejecitas en lugar de a torturadores. Así como la baraja de cartas y las reinas. En general es un argumento interesante y sugestivo con muchas ramificaciones.
Sin embargo, la realización que también tiene grandes aciertos, contiene también muchas torpezas, tanto en cuanto a dirección, como a intérpretes: no me gustan ni Frank Sinatra, ni Laurence Harvey. El personaje de Janet Leigh no se entiende.
En cambio la madre odiosa y absorbente a manos de la actriz Angela Lansbury está soberbia, tanto por ella misma como por los planos que se usan. La secunda perfectamente el actor James Gregory como el marido senador estúpido y manipulable.
En el 2004 hubo un remake que vi y apenas recuerdo, pero puesto a elegir me quedo con la primera.

Cómo matar a la propia esposa, 1965

«Cómo matar a la propia esposa»  (How to Murder your Wife)

Richard Quine
USA 1965

v.o.s.

Un exitoso dibujante de tiras gráficas (comic strip) para diarios vive instalado en su soltería dorada, cuando después de una borrachera se encuentra casado con una italiana despampanante que alterará todo su mundo.
Podría decirse que es una comedia «negra», pero en realidad es «cínica». Forma parte de ese tipo de comedias sofisticadas tipo Blake Edwards, con un diseño general muy trabajado y colorista.
El argumento, ahora, tiene como dos partes : la parte general, de Nueva York, apartamento, mayordomo, dibujar, gimnasio, amigos, etc… que está muy bien. Y otra que cuesta bastante de aceptar: en primer lugar la personalidad de la italiana que básicamente es un simple objeto sexual sin cerebro y por otro lado la visión del matrimonio, muy de la época.
Él es Jack Lemmon que como siempre borda el papel. Ella ejerciendo de diosa Afrodita es Virna Lisi, una atípica italiana guapísima y rubísima en su primer papel americano. Los buenos secundarios ayudan a crear un ambiente con más elementos.
Destacaría la música de Neal Hefti que no ha perdido prestancia.